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El «boom» de las bicicletas causa problemas de inseguridad en los pueblos de Alicante

Bolulla o Benifato impulsan medidas para controlar el paso de algunos ciclistas a gran velocidad y evitar incidentes tras las quejas de los vecinos

Dos ciclistas circulan por una senda en un espacio natural. | INFORMACIÓN

Llega el fin de semana y los pueblos del interior de la provincia se llenan de visitantes buscando el aire libre. Y muchos de ellos lo hacen desde hace unos meses en bicicleta, sobre todo, de montaña, con la que recorren rutas y senderos por espacios naturales. Pero ese «boom» impulsado por la pandemia ha hecho que algunos municipios pequeños se encuentren con problemas de seguridad en sus calles por las que algunos de estos deportistas, no todos, circulan a grandes velocidades que pueden provocar incidentes. Por lo que los ayuntamientos han tomado medidas para evitar estas situaciones.

La crisis sanitaria ha hecho que pasar el día al aire libre el fin de semana sea una de las actividades más demandadas. Y entre ellas, las de circular en bicicleta. De hecho, desde que se inició la pandemia, la venta de estos vehículos de dos ruedas se ha disparado llegando incluso a aumentar un 400% en el último año. Según las fuentes consultadas por este diario, las empresas de venta de bicicletas tienen listas de espera de clientes deseosos de subirse a las dos ruedas y «echarse al monte» con ellas. Unos plazos que pueden ser de hasta 6 meses.

Y esa «fiebre» se deja ver en las montañas y rutas naturales de la provincia. En el interior de la Marina Baixa, cruzarse con grupos de ciclistas por senderos y carreteras es algo habitual el fin de semana. La mayoría de ellos cumplen con las normas y respetan al resto de personas con las que comparten espacio; pero en algunos casos se ocasionan problemas de seguridad vial, sobre todo, por las velocidades que algunos llegan a coger tanto en carretera como en el interior de algunas localidades por las que transcurren esas rutas.

El cartel que prohíbe el paso de bicicletas y otros vehículos en Benifato. | JUANI RUZ a.vicente

En Bolulla, el Ayuntamiento ha recibido más de una queja de vecinos tras los últimos fines de semana en relación a «ciclistas que acceden al municipio a gran velocidad atravesando sus calles y, con esto, poniendo en peligro la seguridad de las personas, sobre todo de las mayores». Porque en esta localidad, las calles estrechas por las que los vecinos salen a comprar o a dar un paseo y esas bicicletas, sobre todo de montaña, pueden ocasionar algún incidente. Por ello, desde el consistorio han pedido a la población que «si siguen viendo este tipo de actitudes nos avisen indicando fecha y hora aproximada para llevar un seguimiento de estos hechos», según rezaba esta semana una comunicación oficial.

Y han tomado medidas. Protección Civil va a llevar a cabo la vigilancia por «si vuelve a suceder de forma asidua y, si se diera el caso dar parte a las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado». Así lo confirmó el alcalde Adrián Martínez: «es un peligro para nosotros, los vecinos, pero también para ellos». Porque de un golpe así salen dañadas las dos partes. «En Bolulla apostamos por el ciclismo y por eventos relacionados. Amamos y respetamos el deporte. Pero dos no pueden tachar esta afición» apuntó el primer edil, quien indicó que «el 90% que pasa por aquí lo hace de forma correcta».

Como este municipio, otros han tomado ya medidas para evitar el peligro aunque todos destacan que aquellos que lo provocan solo son grupos reducidos que no cumplen con las normas, pero que empañan la actividad de todos los demás. En Benifato, su alcalde David Blanes explicó que «en la ruta que tenemos desde el pueblo a la Font de Partegat se han prohibido las bicicletas, los quads y las motos» además de por supuesto el paso de coches. «Es una senda estrecha en la que se podría producir algún incidente». Así que se ha dejado solo para las personas a pie. Además se han colocado escalones u otros elementos para impedir el paso ya que siempre hay alguien que se salta la prohibición y, también, para evitar el deterioro de la senda por el paso de estos vehículos.

Esos problemas de inseguridad se trasladan en otros municipios a las carreteras. Por ejemplo, en Sella, muchos ciclistas eligen la CV-770 para sus rutas de fin de semana, una vía que en tramo recorre una parte del pueblo con bares o negocios. «Bajan de hacer rutas y en la zona del colegio suelen ir a gran velocidad para luego coger la curva», apuntan fuentes municipales, con el considerable peligro si en ese momento cruza alguien. Así que estas pequeñas localidades solo esperan que esos pocos que circulan a gran velocidad tengan en cuenta que pueden encontrarse con viandantes a su paso. Y eso puede ocasionar un accidente en el que salgan perjudicados tanto ellos como los vecinos.

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