Adiós definitivo al aparcamiento del paseo marítimo de Altea. Este lunes por la mañana comenzaron las obras de la segunda fase de la regeneración del frente litoral en el casco urbano del municipio que llevará a cabo el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) con la finalidad de crear una playa de unos 400 metros de longitud entre la playa de L’Espigó y la mitad de la playa La Roda, y mejorar esta hasta el puerto de Altea en una longitud cercana a los 200 metros.
La regeneración del frente litoral tiene una duración prevista de 12 meses, y paralelamente a la misma comenzará en diciembre la actuación urbanística en el espacio del aparcamiento y la parte superior del paseo marítimo entre el Carreró del Astillero y el Carreró de Sant Pere para que las obras afecten lo menos posible a los establecimientos hosteleros de la zona. El coste de las obras asciende a 4.086.148 euros, de los que el MITECO asume los costes de las obras en la zona marítima, valorados en 1,5 millones de euros, y las arcas municipales el importe restante para el espacio terrestre de la actuación.
Durante la mañana de este lunes, los operarios de la empresa adjudicataria de las obras, Torrescámara y Cía. de Obras S.A, comenzaron a cerrar con vallas los 460 metros del perímetro del aparcamiento del paseo marítimo, con una superficie cercana a los 4.700 metros cuadrados y capacidad para 175 vehículos, para dotar al espacio de las medidas de seguridad pertinentes. Mientras, varios técnicos de la empresa de mantenimiento de las farolas y operarios de la Empresa Pública de Desarrollo Municipal estuvieron desmantelando las farolas que se hallan entre el aparcamiento y la calle Sant Pere de cara a la actuación que habrá en la zona eliminando el mirador de la palmera sobre la playa y la escultura homenaje a los marineros para que los camiones y vehículos pesados puedan maniobrar tanto hacia el aparcamiento como hacia la playa de La Roda para crear la nueva playa. Durante esta semana se procederá principalmente al vallado, señalización, y aportación de material, entre otras, para preparar la obra pesada.
Por otro lado, las obras obligarán al cambio de sentido del tráfico rodado en la calle Sant Pere, y la dirección será desde el Carreró Sant Pere, donde se ubica el restaurante 8 de Tapes, hacia el puerto.
Esta segunda fase de la regeneración del frente litoral del casco urbano de Altea culmina la reivindicación que venía haciéndose desde finales de los años 90 del siglo pasado para regenerar la costa alteana entre el río Algar y el puerto pesquero. La primera fase se realizó en 2016 eliminando el “charco” y creándose la playa de L’Espigó con una inversión superior a los cuatro millones de euros financiados por el Ministerio de Medio Ambiente. Ahora, con esta segunda fase, Altea volverá a tener una playa de la que disfrutaron los ciudadanos hasta la década de los 70 del siglo XX cuando el mar comenzó a comérsela y fue necesario construir un espigón de protección que llevó a la creación del aparcamiento actual que ahora desaparece.
Desde el Ayuntamiento de Altea se han celebrado varias reuniones con los propietarios de los establecimientos hosteleros y comerciales afectados por las obras para llegar a unas propuestas encaminadas a minimizar el impacto de las mismas en comercios, locales de hostelería y vecindario afectado. Según afirmó recientemente el alcalde Jaume Llinares, “los 29 establecimientos directamente afectados podrán estar ejerciendo su actividad hasta finales de año, por lo que durante el verano las terrazas podrán ofrecer servicio. Este era un tema que nos preocupaba mucho sobre todo después de un año de pandemia en la que han visto mermados gran parte de sus ingresos, y tras varias reuniones, hemos conseguido que el Ministerio y la empresa concesionaria hayan adaptado el plan de trabajo a nuestras peticiones con el objeto de perjudicar lo menos posible a los afectados. Tanto en el ámbito comercial como en el referido al tráfico”.
