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El cese de sanitarios pone en jaque el plan para reducir la lista de espera en la Marina Baixa

La baja de 104 trabajadores impide al Hospital seguir programando cirugías o pruebas diagnósticas por la tarde uLa Junta de Personal carga contra Sanidad: «Es indignante»

El Hospital Comarcal de la Marina Baixa, donde los recortes de Sanidad provocarán el cese de 104 sanitarios de refuerzo. | DAVID REVENGA

El cese de personal sanitario que va a ejecutar la Conselleria de Sanidad a partir del 1 de junio va a comprometer seriamente el plan de choque puesto en marcha por el Hospital Comarcal de la Marina Baixa para reducir los tiempos de espera para ser operado o someterse a una prueba diagnóstica en este centro sanitario, unos plazos que se han visto agravados en los últimos meses debido a la pandemia de covid-19. Así lo ha denunciado la Junta de Personal de este departamento de salud, que ha cargado duramente contra la Conselleria de Sanidad por no renovar al cien por cien de trabajadores contratados como refuerzos covid: «Es indignante», afirman.

A partir del 1 de junio, el Hospital perderá a casi el 30 por ciento de los refuerzos contratados para reforzar la plantilla. La Junta de Personal confiaba en que estuvieran, al menos, 6 meses más.

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El departamento que dirige Ana Barceló incorporó en toda la Comunidad a cerca de 9.300 sanitarios para reforzar las plantillas de hospitales y centros de salud en el peor momento de la pandemia. De todos ellos, 3.309 fueron a parar a la provincia de Alicante y 350 le correspondieron al área de salud de la Marina Baixa, de los cuales ahora sólo serán renovados 246. Dicho de otro modo, el centro perderá a casi el 30% de los refuerzos, ya que algo más de un centenar de trabajadores se irán a la calle, principalmente quienes estaban destinados al Hospital Comarcal, puesto que en Atención Primaria se mantendrán la mayoría de las plazas para poder mantener el actual ritmo de vacunación contra el coronavirus.

El Hospital de la Marina Baixa arrastra desde hace décadas un importante déficit de personal. Por eso, los nuevos recortes van a notarse más que en otros centros.

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Enfermería (con 31 bajas de 82 refuerzos), técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería (19 de 59) y celadores (20 de 28) son los grupos profesionales que más afectados se verán por estos despidos, que también afectarán a otras categorías laborales. Entre ellas, tres matronas de las tres contratadas; tres ginecólogos de los tres incorporados; uno de los tres psicólogos; cuatro técnicos de Laboratorio (TEL) de los seis contratados para reforzar el servicio; los dos técnicos de radiodiagnóstico (TER); así como tres enfermeros de Atención Primaria de los 26 que se incorporaron, según la información aportada por la propia Junta de Personal.

El mayor recorte se aplicará en enfermeros y celadores. | ÁXEL ÁLVAREZ

¿Cómo se van a traducir estos recortes en el trabajo diario del Hospital? Por lo pronto, la dirección del centro se va a ver obligada a tener que reducir buena parte de los servicios que se habían duplicado para aligerar la demora, como cirugías, pruebas o consultas externas. Por ejemplo, la URPA (Unidad de Recuperación Postanestésica) pasará de tener seis camas a contar únicamente con tres debido a la falta de personal cualificado para atender a los pacientes recién operados, lo que obligará a reducir el número de intervenciones diarias que ahora se estaban realizando en horario de mañana y tarde, según explica el presidente de la Junta de Personal, Juan Ramón Such. También se reducirán las pruebas de digestivo o las de radiodiagnóstico, ampliadas igualmente al horario de mañana y tarde para recuperar muchas de las pruebas que tuvieron que ser aplazadas por la virulencia de la tercera ola. Por último, se suprimirán los dobles circuitos, por ejemplo en la puerta de Urgencias; o el control de los accesos al Hospital para evitar masificaciones.

Meses de esperas

Los grandes perjudicados, además del propio personal que no ha sido renovado, serán de nuevo los pacientes. El también representante sindical de CC OO señala que hay personas que tienen que esperar hasta seis meses para ser operadas, por ejemplo, de una hernia en la Marina Baixa; o nueve meses para poderse hacer una gastroscopia, una demora que para Such es «intolerable»: «La Conselleria de Sanidad tendría que haber prolongado otros seis meses todos estos contratos, permitir que los hospitales pudieran poner al día las listas de espera y, después, decidir qué hacía con el personal. Recuperar la actividad normal era algo básico y necesario y, con estos recortes, ahora no se va a poder hacer», lamenta.

Desde la Junta de Personal destacan también que después de 18 meses contratados, todo el personal que ahora será despedido eran trabajadores «cualificados y con una experiencia que ahora se va a perder». Por eso, exigen a la Conselleria que recapacite y dé marcha atrás: Si Hacienda dice que hay que reducir gastos, se puede ahorrar de muchos sitios, pero no de la Sanidad Pública y menos en un momento tan complicado como éste», concluye Juan Ramón Such.

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