Benidorm. Agosto. Una larga cola de coches colapsa la avenida de Europa lo que provoca también retenciones en las calles adyacentes como Ibiza o Esperanto. Solo a unos metros, en Comunidad Europea, la fila de coches esperando para entrar en la rotonda que les llevará al centro o a Levante es tan larga que no se ve el final. Es la situación que en pleno de verano se repite cada día en la ciudad en esas y otras calles y que, además, este martes, se agravó con la lluvia. Porque se están registrando atascos diarios en la mayoría de zonas que llegan a desesperar a los conductores; y a los que el área de Movilidad y Seguridad intentan buscar una solución que, al menos, rebaje el tiempo de espera.
Trayectos que cualquier otro mes se hacen en apenas 10 ó 15 minutos ahora pueden convertirse en una odisea de hasta 45 minutos. En algunos momentos del día, hay calles en las que los coches en circulación se confunden con los aparcados porque el movimiento del tráfico es apenas de unos centímetros a cada minuto. Pero, ¿cuál es la razón del colapso que parece vivir la ciudad este mes de agosto? Pues una de ellas sería la gran cantidad de vehículos que han llegado a la ciudad a pasar las vacaciones. Porque Benidorm está llena de visitantes, algo que se repite cada año. La diferencia: la práctica mayoría este año es turismo nacional que ha viajado en vehículos privados. Las cifras así lo corroboran y algunos hoteles están casi al completo y llegando a ocupaciones de 2019, las de antes de la crisis sanitaria.
Pero además, algunas fuentes achacan que la «ratonera» en la que se ha convertido la ciudad en agosto también se debe a la peatonalización de muchas calles y la reducción de velocidad que se ha producido en algunas. En la avenida del Mediterráneo, la velocidad permitida es de 10 kilómetros/hora, lo que ralentiza la entrada de coches a este vía recién reformada y paralela al paseo de Levante. Consecuencia: más coches parados en la rotonda que la une con Europa.
La situación desespera a algunos conductores y otros se muestran resignados: «he tardado 40 minutos para cruzar cuatro calles, es desesperante». Pero no solo los turistas lo sufren sino que también entran en la vorágine de tráfico aquellos trabajadores que tienen que recorrer la ciudad cada día repartiendo o atendiendo urgencias: «en agosto siempre hay atascos pero lo de este año hacía tiempo que no lo veía».
Si bien es cierto que la afluencia de vehículos está siendo similar a la de 2019, uno de los mejores años del turismo; o, incluso, algunos días lo supera. Así, el concejal de Movilidad, José Ramón González de Zárate, explicó a este diario que hay días con picos de coches que superan a días de agosto de hace dos años, sobre todo, el pasado fin de semana y este lunes cuando «hubo operación salida y llegada». Así, hay jornadas en las que las entradas y salidas de Benidorm superan los 30.000 coche diarios. Unos vehículos que se mueven por la ciudad durante todo el día.
Para intentar poner remedio, el área de Movilidad revisa cada día los semáforos y los agentes en moto de la Policía Local se encargan de aligerar el paso de vehículos en los puntos más conflictivos. «Se regulan los semáforos para dejar más paso a los coches y que los peatones esperen un poco más», indicó el edil. Así se consigue descender poco a poco las colas de vehículos. Según el concejal, a pesar de todo, «se está funcionando bien».
Con todo, la ciudad cuenta con miles de coches al día en movimiento. Tanto que, según algunas fuentes, el lunes por la mañana alguna gasolinera se quedó sin combustible. Pero esos colapsos de coche preocupan a los sectores turísticos como el del comercio: «hay una gran cantidad de coches, más que en 2019», indicaron desde la asociación Aico. Así que piden más medidas para no disuadir a los compradores de otros municipios de venir a Benidorm ante ese «colapso» que se ve cada día. Entre ellas, proponen crear un gran parking fuera de la ciudad donde poder dejar muchos vehículos y frenar así ese trasiego diario. Pero sobre todo, piden más medidas para facilitar el aparcamiento.
