Después de casi dos décadas nadando en un vacío legal y cuando todo parecía ya perdido, el Ayuntamiento de Benidorm ha conseguido cerrar, por fin, el primero de los convenios urbanísticos que permitirá legalizar el exceso de edificabilidad de uno de los siete hoteles que en la década del 2000 se construyeron o se ampliaron acogiéndose al ya famoso premio hotelero. Y, lo que es más importante, el municipio podrá de una vez percibir una serie de compensaciones por la obra que entonces construyeron de más, pero que nunca llegaron a resarcir.
La edil de Urbanismo, Lourdes Caselles, elevará el próximo lunes a la comisión informativa de Urbanismo la exposición pública del Plan de Reforma Interior (PRI) del hotel Deloix, un establecimiento de cuatro estrellas ubicado en la avenida de Severo Ochoa, en el Rincón de Loix, y que abrió sus puertas en el año 2005 con un total de 194 habitaciones. El mismo se construyó acogiéndose a las normas establecidas en este primer premio hotelero, lo que le permitió incrementar en 1.506 metros cuadrados su edificabilidad, según los informes urbanísticos. Ahora, mediante este PRI, legalizará toda la superficie que se ejecutó en su día de más y, además, compensará al municipio por la misma mediante la cesión de suelo destinado a servicios generales, con el fin de mejorar las infraestructuras del Rincón.
Como ha venido publicando de largo este diario, el premio hotelero fue un conjunto de bonificaciones urbanísticas que el gobierno popular de Vicente Pérez Devesa introdujo en el año 2000 a través de una modificación puntual del Plan General, la número , con el visto bueno de la Conselleria de Obras Públicas. El objetivo era favorecer la construcción de hoteles de cuatro y cinco estrellas en la ciudad y se ciñó única y exclusivamente al ámbito de Benidorm, sin que el Consell dejar a extender la figura a ningún otro municipio. La medida contemplaba la posibilidad de construir establecimientos aumentando el aprovechamiento del suelo previsto en el Plan General, pero sin que éste computara como un incremento de la edificabilidad. O, dicho de otro modo, pudiendo elevar en algunos casos hasta un 0% el volumen de edificabilidad para construir habitaciones más grandes, salones o spas, gracias a que no se computaban urbanística hablando espacios comunes como vestíbulos, pasillos, escaleras, almacenes, ascensores, cocinas, terrazas o aparcamientos. A cambio, eso sí, los hoteles debían compensar al municipio este exceso de edificabilidad, bien con suelo para dotaciones públicas bien con dinero, unas compensaciones que nunca se llevaron a cabo y que acabaron guardadas en un cajón hasta que en 2017 un ciudadano denunciase a título particular ante el Síndic de Greuges que el Ayuntamiento consintió que se vulnerara el interés general, lo que llevó a esta institución a abrir una investigación.
Ahora, el Consistorio se encuentra a las puertas de cerrar el primer PRI para legalizar a uno de los siete hoteles que se construyeron o ampliaron gracias a este primer premio hotelero. Aún quedarán pendientes los de los hoteles Madeira, Victoria, Flamingo Oasis, Meliá Benidorm, Levante Club y Mediterráneo.
Investigación: Establecimientos sin licencia, en el punto de mira
La apertura de hoteles sin licencia fue una práctica que se vino repitiendo durante décadas en Benidorm y que el Consistorio consintió sin rubor alguno. Así se desprende de varias investigaciones que se han abierto en los últimos años sobre este tema, entre ellas la iniciada en 2017 por el Síndic de Greuges en relación al primer premio hotelero o la que desde 2020 lleva a cabo la Agencia Valenciana Antifraude, en ambos casos, por la denuncia de sendos particulares. Ante los requerimientos del Síndic, el Ayuntamiento acabó reconociendo la existencia de siete hoteles sin los pertinentes permisos porque nunca aprobaron los PRIs para fijar las compensaciones urbanísticas. Ahora, Antifraude también ha detectado irregularidades en nueve establecimientos más. Entre 2016 y 2021, regularizaron su situación otros 15 hoteles que también operaban sin licencia.
