La sequía y las altas temperaturas adelantan la cosecha de los nísperos tempranos
Los productores de la Marina Baixa miran con preocupación al cielo por temor a que la falta de lluvias empañe la actual campaña

Una trabajadora de la cooperativa de Callosa, con varias cajas de nísperos ya recolectados. / ÁXEL ÁLVAREZ
La escasez de lluvias que azota desde hace meses a la provincia de Alicante y las altas temperaturas que se han registrado el pasado febrero comienzan a pasar factura en el campo de la Marina Baixa. Agricultores de municipios como Polop, Altea, Tárbena y, principalmente, Callosa d'en Sarrià llevan ya varias semanas recolectando las variedades más primerizas del níspero, que este año están madurando al menos quince días antes sobre la fecha habitual y que anticipan lo que podría ser una campaña bastante atípica si el clima no se pone de su parte, según apuntan distintas fuentes.
«En los últimos días de febrero es habitual que empiece ya a haber algo, pero es que este año hay agricultores que están recogiendo nísperos desde finales de enero», explica Rafael Gregori, el representante de la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja) en Callosa. Gregori llama la atención también sobre la importancia de que en los próximos días lleguen lluvias a la comarca. «Los nísperos se están quedando muy pequeños; sin agua, no va a crecer el calibre y podemos perder muchos kilos en la cosecha de este año», agrega este agricultor, lo que puede acabar teniendo efectos muy negativos sobre la economía de cientos de familias callosinas y también de otras localidades de la comarca, donde el níspero es el cultivo principal.
Lo mismo indica Salvador Solbes, el presidente de la Cooperativa Agrícola de Callosa, Ruchey. "La sequía nos está afectando mucho y es que prácticamente llevamos acumulado ya un año en el que no ha caído ni gota".
Solbes explica que la cooperativa lleva ya semanas recibiendo cajas de nísperos de algunos de sus socios, al haberse adelantado la cosecha de las variedades más tempranas frente al calendario habitual. En concreto, según apuntan otras fuentes del sector, hasta el almacén de esta entidad están llegando alrededor de unos 500 kilos diarios, una cifra todavía muy escasa frente al volumen total de nísperos que se cultiva en Callosa -que ronda los 13 millones de kilos anuales-, pero que da una idea de la cantidad de frutos que estarían madurando a estas alturas del año: casi dos meses antes de que la campaña llegue a su momento más álgido.

Un níspero recién cogido del árbol, en una imagen de esta semana. / AXEL ALVAREZ
"Tenemos ya fruta, pero para la que todavía queda en el árbol es imprescindible que llueva", apunta el presidente de la cooperativa, que también indica que, aunque la previsión apunta a que en los próximos días podrían producirse precipitaciones, "aquí lo que nos hace falta es que tengamos tres o cuatro días seguidos de lluvia, recoger un centenar de litros, para que el calibre pueda crecer". «De hacer un calibre G a que sea doble o triple G, se va mucho la diferencia de precio», mantiene, por lo que para los agricultores el agua sería en este momento más crucial que nunca.
El grueso de la cosecha, una incógnita
Al margen de la pronta maduración de las variedades más primerizas, los productores callosinos tienen también ciertas dudas sobre cuándo llegará el grueso de la cosecha, que habitualmente se alcanza durante el mes de abril.
Para Rafael Gregori, el portavoz de Asaja en la localidad, los días fuertes de la campaña "se podrían adelantar", como ha ocurrido con las variedades más primerizas, si seguimos teniendo temperaturas más altas de lo habitual. "En febrero ha habido algún día que se han alcanzado los 23 grados. Si esto se mantiene, lo que queda en el árbol también madurará antes".
Frente a esta opinión, el ingeniero agrónomo de la Cooperativa Ruchey, Esteban Soler, opina que el grueso de la campaña podría llegar "más tarde" que otras veces. A su juicio, "aunque ha habido días de mucho calor, a primera hora y cuando cae el sol está las mínimas son más frías que otros años", un hecho que podría hacer que algunas variedades más tardías "lleguen con retraso".

En la cooperativa Ruchey están recibiendo del orden de 500 kilos diarios, una cantidad aún pequeña frente al volumen total de producción, en torno a los 13 millones de kilos. / ÁXEL AVAREZ
Sea como fuere, Soler también pone el acento en la necesidad de lluvias. Y mostró su esperanza de que ocurra como en la pasada campaña, en la que las precipitaciones de marzo y abril permitieron cerrar un año bastante bueno en cuanto a volumen.
La mitad de la producción del país y el 80% se exporta a Italia
En la comarca de la Marina Baixa, y fundamentalmente en Callosa d’en Sarrià, se cultiva más de la mitad de la producción de nísperos que se cultivan en España. De ahí, la importancia de una fruta que históricamente ha sido el sustento de cientos de familias de esta comarca. Según datos que maneja la propia Cooperativa Ruchey, el níspero llega a dar empleo en plena temporada a unas 7.000 personas. O, dicho de otra forma, en un volumen similar al de toda la población empadronada en Callosa: 7589 habitantes, según el INE. El cultivo tiene un volumen de negocio cercano a los 25 millones de Euros y el grueso de su producción se exporta, el 80% para su consumo en Italia.
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