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La Generalitat finaliza la primera fase del Centro Cultural de Benidorm 14 años después de iniciar el proyecto

La SPTCV está ya en disposición de entregar el inmueble al Ayuntamiento, que es quien ahora tendrá que amueblarlo y dotarlo de personal. El Consistorio también tiene que abonar la parte del IVA a la que se comprometió en su día

Fachada lateral del Centro Cultural, que da acceso a los conservatorios y al auditorio menor. DAVID REVENGA

Ha costado. Mucho. Pero ya empieza a ser una realidad. La Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunidad Valenciana (SPTCV), la empresa pública de la Generalitat encargada de ejecutar grandes proyectos e infraestructuras, ha finalizado la primera fase de las obras del Centro Cultural de Benidorm catorce años después de poner en marcha el proyecto.

Así lo han confirmado a este diario fuentes del Consell, que han explicado que la SPTCV ha terminado los últimos trabajos que quedaban pendientes, así como las pruebas y certificaciones de todos los aparatos instalados, desde ascensores a luminarias, aires acondicionados, etc., con lo que estaría ya en disposición de entregar el edificio al Ayuntamiento para que éste empiece a utilizarlo.

La finalización de la obra se produce casi con un año de retraso sobre la fecha inicialmente prevista, mayo de 2021, y seis meses después de concluir el grueso de la obra civil, que se demoró debido a distintos problemas generados por la pandemia, como cuarentenas de sus trabajadores o falta de suministro de muchos materiales de obras. Después, vino la rotura de stock a nivel mundial del mercado de los microchips, que retrasó la entrega de los elementos necesarios para realizar la instalación eléctrica definitiva y obligó al propio director general de la SPTCV, Antonio Rodes, a comparecer públicamente para dar explicaciones por esta nueva demora.

Una vez solventados estos problemas, fuentes de la Generalitat han asegurado que en los próximos días se comunicará al Consistorio la finalización de esta primera fase, para acordar cómo y cuándo se producirá formalmente la entrega de la obra.

Entonces, la pelota pasará al tejado del propio Ayuntamiento, que es ahora quien ha de abonar la parte del IVA que por convenio se comprometió a asumir con fondos propios -cuya cuantía podría estar en torno a 2,6 millones de euros-.

Además de hacer frente a ese gasto, el Ayuntamiento también tendrá que amueblar el edificio, dotarlo de personal y de otros servicios, así como darle la actividad cultural para la que en su día se concibió.

Zona interior del Centro Cultural, con escaleras que conectan los distintos espacios de los conservatorios. David Revenga

Equipamiento

La primera fase del Centro Cultural cuenta con una superficie de 11.000 metros cuadrados construidos y contempla la puesta en marcha del Conservatorio Municipal de Danza, el Conservatorio Profesional de Música José Pérez Barceló, ambos ahora dando provisionalmente clase en otros espacios, una sala menor con capacidad para 450 butacas  y una cafetería para dar servicio a todos estos espacios, todo ello con acceso desde la calle Jaén, desde donde ya se puede apreciar que la obra en sí del edificio está totalmente terminada.

En su construcción el Consell ha invertido 12,7 millones de euros, tras una modificación al alza sobre los 10,5 inicialmente previstos, para incluir en el Conservatorio «algunas propuestas que formuló el Ayuntamiento» y que fueron asumidas por el Consell, según explicó en su día Antonio Rodes.

Esta cuantía se suma a los cerca de 24 que se habían invertido ya en la ejecución de toda la estructura del inmueble, lo que eleva a más de 36 millones el dinero que hasta la fecha la Generalitat habría invertido en esta obra, una de las últimas infraestructuras faraónicas de la época del PP.

Y, junto a todo ello, todavía quedaría una cantidad más o menos similar para finalizar la segunda fase, todavía sin fecha pero en la que, además de acabar de cubrir las tres fachadas que restan, también estaría previsto ejecutar el auditorio mayor, con unas 1.100 butacas; una sala de exposiciones; biblioteca y parking subterráneo, entre otros. El presupuesto de todo ello, aún sin cuantificar, podría superar los 20 millones.

Una obra interminable

La historia de esta infraestructura arrancó en 2006 de manos del entonces gobierno del popular Francisco Camps en la Generalitat, quien firmó el primer convenio con el Ayuntamiento de Benidorm para dotar a la ciudad de un gran Centro Cultural.

El proyecto, diseñado años antes por el arquitecto Juan Navarro Baldeweg, se adjudicó el 1 de marzo de 2007 a la UTE Dragados y Rover Alcisa, con un presupuesto de licitación de 45 millones de euros, que la UTE rebajó hasta los 37.

La obra comenzó en 2008 y en 2010, tras la moción de censura comandada por Agustín Navarro que desalojó al PP de la Alcaldía, quedó paralizada, aunque con idas y venidas que nunca llegaron a fructificar. 

Tras años de promesas por parte de la Generalitat popular, en 2015, después de ganar las elecciones, el socialista Ximo Puig se comprometió a retomar las obras y finalizarlas a lo largo de aquella legislatura. En julio de 2018 se firmó un nuevo convenio a dos bandas entre Puig y Toni Pérez para dividir el proyecto por fases. Finalmente, en 2019 volvieron a retomarse los trabajos que, esta vez sí, han sido los definitivos que han permitido acabar esta fase. 

La incógnita ahora es si en 2023 habrá presupuesto para retomar las obras y finalizar todo lo que resta del edificio.

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