Después de casi veinte años guardado a pedazos en un almacén municipal, el Ayuntamiento de Benidorm ha dado ya el primer paso para recuperar una de las joyas más valiosas de su patrimonio histórico: un mural que el artista alicantino Gastón Castelló creó para decorar una de las paredes del antiguo mercado municipal, por encargo del entonces alcalde Pedro Zaragoza Orts.
La pieza, que data de principios de los años 60 y ocupaba una superficie de unos 14 metros cuadrados, recrea una de las escenas más tradicionales del Benidorm de principios del siglo pasado: una mujer teje una red de pesca, cuyo extremo sujeta un hombre, mientras que otro arregla el mástil de una barca en la playa de Poniente, con l'Illa, la Punta Canfali y el casco antiguo de fondo. Todo ello, con una estética perfectamente reconocible del pintor que retrató muchísimas de las fiestas, tradiciones y lugares emblemáticos de la provincia hasta su muerte, en 1986.
El Consistorio ha incluido en la última comisión informativa de Hacienda la aprobación de un gasto de 14.701,50 euros para sufragar la restauración de este mural, con el objetivo de devolverlo a su estado original y poder volverlo a colocar en un edificio público.
Los trabajos se encargarán al restaurador ilicitano Rafael Ramos, la misma persona que en el año 2003 se ocupó de desmontar la pieza antes de la demolición del antiguo mercado, unas labores que se realizaron por tramos, como si se tratara de un puzzle que ahora habrá que recomponer.
Un trabajo minucioso de recuperación
Dentro de los trabajos contratados por el gobierno local se incluye el traslado de todas las piezas de cerámica hasta el taller de este especialista en Elche, que se realizará seguramente la próxima semana. A partir de ahí, se limpiará cada fragmento utilizando limpieza mecánica y aspirador para los restos alojados entre las teselas y la tela que tiene adherida en la parte anterior; tras lo cual se procederá a la colocación de las teselas desprendidas de la tela sobre ésta.
Pero la cosa no queda ahí. La restauración también prevé la fabricación de las teselas que le faltaban al mural cuando se extrajo, con materiales iguales o similares, rectificando colores y texturas para que sean como los originales, además de la fabricación a medida de seis planchas de nido de abeja a las que se pegarán las pequeñas piezas de cerámica para poder darles la vuelta y continuar con una nueva fase de retirada de la tela que actualmente las sostiene.
Tras la retirada de esta tela, se realizará una limpieza mecánica y química de las teselas, para retirar la cola la que se les puso cuando se extrajo el mural y, una vez acabada su restauración, se alinearán los bordes con pequeños cortes para que al unir las planchas casen perfectamente unas con otras.
Fuentes municipales han explicado que, finalmente, se entregará el mosaico con plano para su colocación en una nueva ubicación que, gracias al montaje del mural sobre unas planchas, no tendrá por qué ser la definitiva, sino que esta opción permitiría mover la obra sin demasiada dificultad y sin que la misma sufra daños.
En busca de nueva ubicación
Aunque los trabajos de restauración todavía traerán su tiempo, el gobierno del popular Toni Pérez, y muy especialmente la concejalía de Patrimonio Histórico que dirige Ana Pellicer, han comenzado ya a buscar distintas ubicaciones para colocar de nuevo el mural de Gastón Castelló, como ha ocurrido también con otros frisos que también se van a recuperar, entre ellos el de la fachada del antiguo hotel Selomar o el de los antiguos talleres de Renault en Emilio Ortuño.
Sobre todo, porque además de por su valor patrimonial también tiene un especial valor sentimental para muchos benidormenses que durante décadas convivieron con él cada vez que acudían a comprar al mercado, así como de muchos niños que crecieron jugando en las inmediaciones de este recinto.
Entre las opciones que se barajan está la futura Aula del Mar que el Consistorio construirá en el solar que albergó el chalé de veraneo de José Martínez Alejos, en primera línea de la playa de Levante y cuya temática, además, casa muy bien con el propio mural.
