La piqueta ha borrado del mapa en un par de días una de esas históricas casas de la Marina Alta que, por su recia arquitectura (tenía reminiscencias de las antiguas «cases fortes»), parecía que iba a seguir en pie por siempre. No ha sido así. La casa de Sant Vicent o d’Espinós, del siglo XVIII y de indudables valores patrimoniales, ha acabado reducida a escombros. Estaba en Teulada Moraira, en concreto, junto a la rotonda en la que confluyen las carreteras que bajan a Moraira desde Teulada y desde el Poble Nou de Benitatxell.
Se hallaba un poco escondida. Pero sí sobresalía su característica torreta. Solo los vecinos más observadores se han dado cuenta estos días de que allí había movimiento de palas y camiones. La histórica casa se ha echado abajo para levantar un supermercado. La Marina Alta pierde una edificación singular y gana otro supermercado (el cuarto en la carretera que une Moraira y Benitatxell).
Fue la plataforma «Salvem la Teulada gòtica enmurallada» la que dio ayer la voz de alarma. Lamentó la demolición de una casa que era «un ejemplo de arquitectura popular de la Marina Alta» y lanzaba, entre otras preguntas, la de por qué este inmueble no estaba protegido.
Y, efectivamente, esta histórica casa carecía de protección patrimonial. Lo confirmaron ayer las fuentes municipales consultadas por este diario.
El geógrafo Paco Tortosa, en su libro «Teulada Moraira. Balcó a la mar entre riuraus i ceps de moscatell», advertía de que la casa d’Espinós «es una de las pocas edificaciones próximas al mar que conserva los rasgos de la arquitectura tradicional teuladina». Tortosa logró que el entonces propietario le franqueara la puerta. Tomó magníficas fotografías de los arcos del porche con columnas y capiteles de piedra tosca, de la torre, de las vigas y jácenas y de los esquinales de la casa con sillares de piedra. Esas fotografías se han convertido de la noche a la mañana en un testimonio único. De la casa no queda más que escombros.
La piqueta también ha tirado un moderno chalé que estaba junto al inmueble del siglo XVIII. La histórica casa había sido restaurante y también se alquilaba para bodas y celebraciones y como mansión de lujo para turistas opulentos.
