Fue el último hospital de la provincia en disponer de un equipo de resonancia magnética pero la falta de personal está impidiendo que el mismo pueda funcionar a pleno rendimiento. El Hospital Comarcal de la Marina Baixa continúa derivando a cerca del 70% de los pacientes que requieren de una de estas pruebas diagnósticas a la sanidad privada debido a la falta de personal para poder asumir toda la actividad con medios propios.

Y, lo que aún es peor: este desvío de pacientes obliga al Departamento de Salud a desembolsar alrededor de 1 millón de euros al año a las clínicas donde se realizan las resonancias, cuando contratar al personal necesario supondría un coste de unos 300.000 euros anuales. O, dicho de otra manera, podría comportar un ahorro de 700.000 euros, más de 100 millones de las antiguas pesetas, cada ejercicio.

Así lo han denunciado este miércoles los sindicatos sanitarios en una reunión mantenida con diputados autonómicos de Compromís, tras lo cual la formación nacionalista ha exigido a sus socios en el Botànic, que están al frente de la Conselleria de Sanidad, que pongan fin a esta externalización que, a su juicio, "supone un gasto que no nos podemos permitir y un sobrecoste que ya se tendría que haber revertido".

Tras muchos años de reivindicaciones, el Hospital de la Marina Baixa, ubicado en La Vila Joiosa, comenzó a realizar resonancias magnéticas con su propia maquinaria en enero de 2020, seis meses después de que finalizase la instalación del equipo, por las complicaciones para encontrar profesionales destinados a este servicio; fundamentalmente, radiólogos. Entonces, se empezó a trabajar solo de mañana, aunque las citas se han ido ampliando hasta el calendario actual: de lunes a sábado, en turnos de mañana y tarde.

El Hospital Comarcal fue el último de la provincia en poder disponer de su propio equipo para las resonancias magnéticas. La maquinaria se instaló en 2019. David Revenga

Sin embargo, según fuentes sindicales, el servicio está trabajando únicamente con un técnico, un enfermero y un facultativo por turno, lo que demora enormemente el trabajo diario e impide sacar adelante a un mayor número de usuarios: "Con más personal, mientras un paciente está en la prueba, se podría ir preparando a otro, o a dos más y agilizar mucho la agenda. Pero con solo tres trabajadores por turno es imposible llegar a más", explican estas fuentes.

Lo mismo ocurre con las resonancias que requieren de anestesia. En este caso, todas, el cien por cien, han de ser derivadas a la sanidad privada puesto actualmente que el servicio carece de anestesiólogos.

¿Qué personal sería necesario para poder asumir todas las pruebas? Un estudio elaborado por la propia Conselleria de Sanidad y del que se han hecho eco los sindicatos cifra en nueve trabajadores la plantilla que sería necesaria para mejorar el funcionamiento de este servicio: dos radiólogos, un anestesista, tres técnicos, un auxiliar administrativo, un celador y un enfermero, cuyas contrataciones, como se ha apuntado anteriormente, costarían al Departamento alrededor de 300.000 euros al año.

Entre 7 y 9 meses de espera

Contrariamente a lo que ocurre con otros servicios externalizados, como los del plan de choque para reducir listas de espera, la derivación de pacientes de la sanidad pública a la privada para las resonancias magnéticas tampoco está sirviendo en la Marina Baixa para rebajar las listas de espera. Así lo aseguran desde Comisiones Obreras, cuyo delegado sindical en el Hospital de La Vila, Juan Ramón Such, ha lamentado que la demora para estas pruebas es de entre 7 y 9 meses.

Y ello, a pesar de que se trata de una prueba diagnóstica insustituible que los profesionales de la salud utilizan hoy en día para diagnosticar multitud de afecciones, desde rupturas de ligamentos hasta tumores, anomalías congénitas, patologías neurodegenerativas o procesos epilépticos, infecciosos y metabólicos.

Desde CC OO han tachado de "incomprensible" que "pudiendo hacer todas las resonancias en el Hospital, se esté gastando un dinero en clínicas privadas en lugar de invertirlo en mejorar el propio hospital, tanto en personal como en medios".

Por su parte, Carles Esteve, diputado de Compromís en Les Corts, ha censurado el "sobrecoste" que este concierto sigue provocando a la sanidad pública, pese a tener equipos propios a los que no se les está sacando el rendimiento oportuno.

Los diputados autonómicos de Compromís Papi Robles y Carles Esteve, comparecen junto a miembros de la coalición en la comarca tras la reunión con los sindicatos del Hospital. David Revenga

Compromís pide dimensionar los servicios sobre la población real de la comarca y no la empadronada

La coalición Compromís planteará a la Conselleria de Sanidad un cambio de modelo en la prestación de la atención sanitaria en la Marina Baixa para que medios y profesionales se distribuyan en esta comarca atendiendo a la población real y no únicamente a la empadronada; en función del número total de residentes y no únicamente sobre los que tienen tarjeta SIP.

Los diputados nacionalistas Papi Robles y Carles Esteve se han reunido este miércoles en La Vila Joiosa con representantes sindicales en el Hospital Comarcal para conocer de primera mano cómo está funcionando la sanidad pública en la comarca. Y, aunque han calificado el inicio de las obras de ampliación presentadas el martes por el propio conseller Miguel Mínguez como una "muy buena noticia que esta comarca llevaba demasiado tiempo esperando", han dicho que "todavía sigue habiendo cosas que preocupan" a su formación.

Entre ellas, se han referido al desvío de resonancias magnéticas, a que todavía se desconozca el plan de vacaciones para este verano o al que han calificado como "una problemática cronificada en esta comarca: que el número de pacientes se determina en función de la gente empadronada y no de la población real, lo que hace que si el servicio se vincula únicamente a las SIP se está dejando de dar una respuesta real a las necesidades sanitarias que tiene esta comarca y eso provoca una sanidad pública peor", ha afirmado la también síndica de Compromís.