La Nucía es el municipio de la Marina Baixa que más dinero debe a los bancos y Finestrat, el que tiene una deuda por habitante más elevada.
Así se refleja en una información publicada por el Ministerio de Hacienda sobre la deuda viva de los ayuntamientos al cierre del pasado ejercicio presupuestario, según la cual solo nueve de los 18 municipios de esta comarca, la mitad, tenían contraídas operaciones de crédito a 31 de diciembre de 2021 por un valor total de algo más de 45,4 millones.
Entre los municipios que no habían tenido que recurrir a contratar operaciones de crédito se encuentran la gran mayoría de pequeñas poblaciones del interior, como Beniardà, Benifato, Benimantell, Bolulla, Confrides, Orxeta, Sella o Relleu.
Sin embargo, también destaca dentro de este listado la presencia de La Vila Joiosa, el segundo municipio con mayor población de la comarca, con 34.684 ciudadanos empadronados, y que, a pesar de la que ha caído en los casi tres últimos años como consecuencia de la pandemia de covid-19 y la crisis posterior, no necesitó recurrir a los bancos para poder atender todas sus obligaciones.
Por lo que se refiere a los ayuntamientos que sí deben dinero, La Nucía destaca por ser la población que acumula mayor deuda en esta comarca. En concreto, 12.240.000 de euros, lo que la sitúa no solo a la cabeza de las localidades de la Marina Baixa más endeudadas, sino también del conjunto de la provincia, donde ocupa el quinto lugar solo por detrás de Alcoy —23,9 millones—, Dénia —24,463 millones—, Bigastro —15,5— y Monóvar, que acumula una deuda viva de 15,3 millones de euros.
De este modo, para saldar la totalidad de la deuda contraída por el Ayuntamiento que gobierna el popular Bernabé Cano, cada uno de los 18.108 vecinos censados en La Nucía, tendrían que abonar 675,94 euros.
Si el Consistorio nuciero es el que más deuda global acumula, Finestrat se lleva el primer puesto en cuanto a volumen de deuda por cada uno de sus habitantes. En este caso, la población que gobierna el también popular Juan Francisco Pérez tenía al cierre del pasado ejercicio créditos bancarios por valor de 9.481.000 euros, lo que lo sitúa en segunda posición de los municipios más endeudados de la comarca. Sin embargo, y pese al importante volumen económico que generan las grandes superficies de su término municipal, la población censada en Finestrat apenas asciende a 7.402 vecinos, lo que hace que la deuda viva por habitante ascienda a la friolera de 1.280,87 euros.
En tercer lugar como municipio con mayor volumen de deuda está Benidorm, la localidad más poblada de la Marina Baixa, con un censo de 69.118 habitantes pero con una población real que, no obstante, prácticamente duplica esta cifra los doce meses del año y la triplica en temporada alta. El Ayuntamiento de la ciudad turística, gobernado por Toni Pérez (PP), declara a Hacienda una deuda viva de 8.885.000 euros, lo que hace que, pese a estar en tercer lugar en volumen total, retroceda hasta las últimas posiciones si dividimos la deuda por habitante: 128,54 euros por cabeza, sin contar con la población flotante.
L’Alfàs del Pi y Altea, con una población más o menos similar a la de La Nucía, acumulan prácticamente la mitad de duda que ésta: 7.093.000 euros en el caso del Consistorio alfasino, que gobierna el socialista Vicente Arques; y 6.044.000 euros el alteano, en manos del nacionalista Jaume Llinares. En ambos casos, la deuda por habitante se sitúa en 346,08 y 266,76 euros, respectivamente.
El siguiente en orden es Polop, gobernado por el socialista Gabriel Fernández y que, con 5.069 vecinos, tiene contraída una deuda municipal con los bancos que asciende a 1.631.000 euros. O, dicho de otra manera, 321,75 euros por ciudadano censado.
Le sigue el Castell de Guadalest, uno de los pocos municipios de pequeño tamaño que aparece en la lista de deudores y que tiene contraído un préstamo de 25.000 euros. Sin embargo, la escasa población de la localidad, con solo 243 vecinos, dispara hasta los 1.086,95 euros la deuda por habitante.
Por último, con cantidades muy residuales, se sitúan Callosa d’en Sarrià, que declara una deuda viva de 67.000 euros, y Tárbena, con 4.000 euros en números rojos. En ambos casos, la deuda por habitantes alcanza cifras testimoniales: 8,82 y 6,2 euros por ciudadano, respectivamente.
El endeudamiento crece de cara al año electoral
Los datos recogidos por el Ministerio de Hacienda apuntan a que en los dos últimos años, a pesar de la crisis sanitaria por el coronavirus, todos los municipios de la comarca que tenían deudas bancarias lograron reducirlas; incluso, en el caso de La Vila, rebajarla de 1,4 millones declarado al cierre del ejercicio 2020 a cero.
El caso más destacado es el del Ayuntamiento de Benidorm, que entre el 31 de diciembre de 2019 y la misma fecha de 2021 redujo sus créditos de 17,3 a 8,8 millones, siempre según los mismos datos.
Todo apunta, sin embargo, que de cara al siguiente ejercicio el endeudamiento se incrementará en muchas poblaciones de la comarca, muchas de las cuales se han lanzado o tienen proyectos para lanzarse a hacer obras antes de las municipales de 2023.
En el caso de Benidorm, por ejemplo, el Ayuntamiento ya ha contraído en lo que va de año dos operaciones de crédito: una de 19 millones de euros para financiar una treintena de obras, entre ellas algunos proyectos de la Edusi o la rehabilitación del pabellón Raúl Mesa; y otra de 4,3 millones para acabar de pagar la expropiación de terrenos de Enrique Ortiz en El Moralet. Además, ha anunciado que solicitará otros 4 millones para asumir el IVA del Centro Cultural.
Con todo, la capacidad de endeudamiento de la ciudad turística todavía se sitúa en el 37%, lejos del tope máximo que permite la ley y que se sitúa en el 110%.
