Benidorm ha sido de nuevo este miércoles el bastión de la resistencia contra la tasa que pretende aprobar el Gobierno del Botànic para gravar las pernoctaciones turísticas en la Comunidad Valenciana. El Instituto Valenciano de Tecnologías Turísticas (Invattur), con sede en la ciudad, ha albergado la presentación de un estudio encargado por Turisme Comunitat Valenciana a la Universidad de Alicante para analizar el impacto que supondría la aplicación de este impuesto.

Y, además de para cerrar filas una vez más contra el gravamen, el acto ha servido también para escenificar de nuevo el apoyo sin fisuras de empresarios del sector y de alcaldes como el popular Toni Pérez al secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, muy crítico con la postura de su propio partido por la tasa, y para dejar patente la división en el seno del PSPV, que ha enviado al evento una destacada cuota de cargos públicos.

Universidad, alcaldes y empresarios han insistido en que la tasa no solo es "contraproducente", "contradictoria" e "injusta" sino que además perjudicará especialmente a destinos como Benidorm. Y lo han hecho con números en la mano.

Según el informe elaborado por la UA, la aplicación del impuesto permitiría a la Generalitat recaudar como máximo 53,6 millones de euros, contando con que todos los municipios acordasen aplicarla, 17 de los cuales se ingresarían directamente desde Benidorm. Ni más ni menos que un tercio del total, debido al peso de las pernoctaciones hoteleras en la capital turística frente a otros modelos, como el de la segunda residencia, pese a ser ésta ciudad la que más ingresos genera a la Hacienda autonómica por impuestos derivados de la actividad turística, la más sostenible y la que más empleo turístico crea.

Igualmente, el documento recuerda que la actividad turística ya genera ingresos en la Comunidad Valenciana por encima de los 3.800 millones de euros anuales por recaudación de impuestos, lo que supone un 15,3% frente a la recaudación total de impuestos y una aportación del 15,5% al PIB autonómico.

Principales conclusiones

El acto ha arrancado con la intervención de Francesc Colomer, quien a raíz de los recelos suscitados en el Botànic por la presentación de este estudio, se ha limitado a explicar que en la propia esencia del Invattur está "aportar conocimiento cualificado y poner estudios de solvencia académica al servicio del sector y de la sociedad, especialmente en un momento de debate parlamentario como el actual". "Nuestra aportación es este documento y después cada cual que haga lo que quiera", ha agregado el secretario autonómico.

Toni Pérez, alcalde de Benidorm, durante el turno de debate. David Revenga

Armando Ortuño y Reyes González, miembros del equipo del Instituto Universitario de Investigaciones Turísticas de la UA encargado de redactar el informe, han presentado los detalles principales de dicho estudio. Entre sus principales conclusiones, además del perjuicio evidente que la tasa causará a Benidorm frente a otros destinos competidores fuera de España y de la propia Comunidad Valenciana, los profesores Ortuño y González han afirmado que el sector se verá abocado inevitablemente a tener que reducir las tarifas para compensar la aplicación de la tasa, como ya ocurrió después de la crisis de 2008, cuando los precios bajaron hasta un 12% y costó ocho años volver a recuperar el importe previo a la recesión.

Además, también han puesto el foco en que el Rev/Par, como en el argot se denomina a los ingresos diarios por habitación, ya están muy por debajo tanto de la media nacional como de otros destinos donde sí se aplican tasas, con lo que el perjuicio en nuestra comunidad sería aún mayor. En concreto, han trasladado que en Barcelona, el Rev/Par fue de 109 euros en 2019; en Palma, de 86 euros; que la media nacional se situó en 73 euros y, frente a ellos, la media de la Comunidad se quedó en 50,90 euros, por lo que la rentabilidad hotelera se vería seriamente mermada con la tasa.

"La tasa turística tal y como se plantea es un impuesto a un determinado modelo turístico y empresarial, que además se ceba con la ciudad más sostenible de la Comunidad"

Armando Ortuño - Profesor de la Universidad de Alicante

Y, sin abandonar los precios, también han destacado la dificultad de repercutir esta tasa, principalmente en los primeros años de aplicación, dado el importante volumen de estancias que se venden a través de la touroperación y que estos mayoristas cierran precios como mínimo con un año de antelación, por lo que en muchos casos el impuesto tendría que acabar siendo asumido por los propios hoteles, campings o apartamentos.

Igualmente, han llamado la atención en el peso de las pernoctaciones que se producen en alojamientos privados, como segundas residencias o casas de familiares o amigos, que en 2019 alcanzaron tres de cada cuatro estancias que se realizaron en la Comunidad, y que en ellas no se aplicaría la tasa, de modo que habría una clara desventaja tanto para el alojamiento turístico como para la oferta no reglada, a pesar de los importantes esfuerzos realizados por Turisme para hacer aflorar la oferta de alquileres sin declarar.

Como ejemplo, observando la comparativa entre municipios aportada por la UA, podríamos destacar que en lugares con una oferta turística importante, como Benidorm, se recaudarían 17 millones frente a los 600.000 euros que se obtendrían por esta tasa en Torrevieja, donde el turismo residencial es el mayoritario.

Por último, además de abordar otras cuestiones, como el daño en la imagen del destino; la sensación de improvisación o indefinición; o las dificultades para las propias empresas que supondría la gestión, cobro y tramitación de esta tasa, los profesores de la UA no han tenido reparos en afirmar que la tasa turística tal y como la plantea el Consell no es más que un "impuesto a un determinado modelo turístico y empresarial, que además se ceba con la ciudad más sostenible de la Comunidad".

Debate

Tras la presentación en sí del estudio, se ha abierto un intenso turno de debate que ha contado con la participación de muchos de los presentes en el encuentro, bien tomando la palabra, bien a través de los aplausos para mostrar su apoyo a los comentarios más críticos con esta tasa, entre ellas la del propio alcalde de Benidorm, Toni Pérez, que se ha sentado junto al primer edil de Dénia, el socialista Vicent Grimalt, quien también ha mostrado públicamente en distintos foros su rechazo a este impuesto.

Precisamente el Partido Socialista ha sido uno de los de mayor presencia de cargos públicos y orgánicos en este acto. Además de Grimalt y Colomer, al mismo también ha acudido el director general de Turismo, Herick Campos; las diputadas autonómicas Trini Castelló y Sandra Martín, que también es miembro de la ejecutiva provincial, a la que han acompañado otros miembros de la dirección del PSPV alicantino, como Dani Luque, edil en Benidorm; Sergio Carrasco, concejal en Ibi; además de las ediles de Alicante Trini Amorós y Lola Vílchez, el alfasino Luis Miguel Morant o Darren Parmenter, de San Fulgencio.

Precisamente, la única voz crítica con el estudio presentado por Colomer ha sido la de la diputada Trini Castelló, portavoz socialista en Les Corts en el debate de la tasa turística. Castelló ha puesto en duda las afirmaciones del informe sobre que la aplicación de la tasa provocaría un descenso de turistas haciendo alusión a otro estudio de la Universitat de València que, según ha afirmado, plantearía que este impuesto voluntario no afectaría a la demanda, puesto que en ciudades donde ya se aplica no se ha cuantificado este efecto a posteriori. Igualmente, la diputada del PSPV ha planteado que los turistas han de ayudar a sostener los gastos en limpieza, seguridad o mantenimiento del patrimonio; que los ingresos por la tasa deben ir destinados a mejorar los propios destinos y que la tasa "es una posibilidad de mayor autonomía financiera municipal", tras lo cual ha destacado que "se pondrá en marcha cuando cada ayuntamiento quiera, no tiene fecha para 2024 ni para 2050".

Su intervención ha sido rápidamente contestada por el alcalde de Benidorm, Toni Pérez, quien se ha preguntado "si es un impuesto voluntario, que no es necesario que se aplique ni en 2024, ni en 2025 ni en 2050, ¿qué sentido tiene que se apruebe?", tras lo cual ha recordado a la socialista que "todos los turistas ya pagan un IVA por el consumo que realizan en el destino, por alojarse y por otras actividades en el destino". El edil benidormense también ha defendido que la ciudad turística "ya contribuye suficientemente al bien común" con toda la actividad económica que genera.

"Llevamos décadas con una financiación paupérrima y lo que tiene que hacer la Generalitat es ir al Estado y exigir que nos llegue el dinero que nos corresponde, no cargárselo a nuestros turistas y nuestros destinos"

Toni Mayor - Presidente de Hosbec

Otros intervinientes, como el presidente de Hosbec, Toni Mayor, también han insistido en que la tasa turística "no es la solución a la infrafinanciación que desde hace décadas sufre la Comunidad" y ha destacado que esta batalla se ha de pelear en Madrid: "Llevamos décadas con una financiación paupérrima y lo que tiene que hacer la Generalitat es ir al Estado y exigir que nos llegue el dinero que nos corresponde, no cargárselo a nuestros turistas y nuestros destinos".

Entre quienes también han participado en el debate destaca la concejal socialista de Alicante Trini Amorós, que ha opinado que además del impacto en el sector turístico, la tasa también tendrá un efecto negativo en los ingresos de los propios municipios; el presidente de la Asociación de Apartamentos Turísticos Aptur, Miguel Ángel Sotillos, quien ha hablado de las pérdidas en cadena que provocará la aplicación de este impuesto; Juan Delgado, de la Asociación de Campings, que ha lamentado que en un sector con los precios tan ajustados como el suyo el efecto de la tasa provocará un importante desvío hacia comunidades limítrofes, como Murcia; Gabriel Martínez, en representación de los puertos deportivos y turísticos, quien ha considerado un "sinsentido penalizar a quienes vienen a vernos y a visitarnos" con un impuesto de estas características; o Fede Fuster, hotelero y miembro de la directiva de Hosbec, quien ha destacado que la fiscalidad en nuestro país ya es lo suficientemente alta como para añadir un impuesto más, en este caso por viajar.