El 29 de julio de 1538, La Vila Joiosa se vio asediada por 28 galeras sarracenas que bajo las órdenes de Zallé Arráez querían conquistar "la villa de las joyas". Las tropas moras se desplegaron por la bahía para atacar el municipio defendido con todo su empeño por las tropas cristianas desde la arena. Los intentos de llegar a la paz antes de que la pólvora se dispare no consiguen parar el ataque sarraceno.

Es el principio del Desembarco Moro de las Fiestas de Moros y Cristianos de La Vila Joiosa, uno de los actos más emocionantes y atractivos de los días grandes del municipio. La playa Centro se convirtió en el epicentro de la batalla desde la madrugada donde se reunieron las tropas cristianas así como numeroso público para seguir cada paso del acto de cerca.

Un emisario sarraceno se acercó con una barca a la orilla para hablar con el monarca de la villa y llegar a un acuerdo para que no haya batalla. Guerreros cristianos lo llevan ante el Rey con los ojos vendados para darle un mensaje de su enemigo en el que se incluyen las condiciones para evitar el enfrentamiento. Al jefe de las tropas de la Cruz no le convencen los argumentos y rompe el documento por lo que "¡habrá guerra!".

Este año, como diferencia a cualquier otro de las fiestas, la falta de cargos ha hecho que l'Associació Santa Marta haya buscado una solución alternativa. Aquellos que ocuparon el cargo de Rey Moro y Cristiano en 2001 serán los encargados de subirse al castillo en las Embajadas. Ellos no pudieron hacerlo en el año de su reinado al producirse un grave accidente con la pólvora el día del Alijo de 2001 y suspenderse el resto de actos.

Sobre la arena, el ruido de los trabucos y la pólvora. Los Cristianos esperaban al enemigo que de lejos se acercaba subido en sus barcos moros. Desde las 4.30 horas ya se podían oír los primeros ruidos de arcabuces y cañones. Poco a poco, la batalla se acerca pero las tropas de la cruz no rendirán la plaza, así que el enfrentamiento sigue en el mar y desde la arena. Pero no está todo perdido. La imagen de la patrona Santa Marta apareció iluminada recreando lo ocurrido el 29 de julio de 1538 cuando ayudó a los habitantes de La Vila a que las tropas berberiscas no conquistaran y arrasaran la villa.

Los esfuerzos fueron muchos pero, finalmente, los cristianos tuvieron que retirarse y el Rey Moro y sus tropas se hicieron con el control del castillo. Sin embargo, la victoria mora sobre la fortaleza sólo durará unas horas. Las tropas cristianas se reagruparán y se rearmarán además de pedir ayuda a los pueblos de la montaña para luchar y recuperar el control de la ciudad, perdido de madrugada.

Así, esta tarde de jueves tendrá lugar el acto de la Embajada Cristiana y la Reconquista, que permitirá recuperar la villa que estará unos horas en manos de las tropas moras. Las Fiestas de Moros y Cristianos de La Vila continúan este viernes con el día en honor a la Patrona, Santa Marta. Por la tarde, a las 20.00 horas, tendrá lugar Procesión por las calles del centro histórico.