Unas vacaciones inolvidables. Un grupo de amigas siempre tendrán un hueco en su memoria para el viaje que realizaron este verano a Benidorm. Las chicas decidieron alquilar un piso para disfrutar de unos días de descanso en la capital turística, unos días que recordarán toda la vida y no precisamente por el placer de la experiencia.

Ha sido una de las integrantes del grupo quien ha narrado lo sucedido. Sara Galindo -@98_saragalindo en Twitter, plataforma donde ha narrado los hechos- ha sido la encargada de poner la voz para contar la historia de sus vacaciones por la capital de la Costa Blanca, y en concreto, para compartir con pelos y señales (y manchas) todo lo que se fueron encontrando en la vivienda en la que se alojaron.

La joven inicia su testimonio calificando de "timo" la experiencia vivida y denunciando que "podrían haber pillado de todo", en alusión a las condiciones del piso. Tras una breve presentación inicial en la que la chica señala que la casa "tenía buena pinta" cuando la vieron por Airbnb (portal en el que realizaron la operación). "El precio era bastante aceptable y tenía buenas reseñas", indica y añade: "Algo normalito, nada del otro mundo". Y de otro mundo acabó siendo lo que se encontraron.

Pronto comenzaron a aparecer los problemas. Lo que en un principio podían parecer contratiempos molestos, pero quizá, menores (ausencia del casero, el baño sin luz o una cafetera rota), era solo la parte visible de un iceberg enorme que acabó hundiendo las expectativas de sus vacaciones.

La chica afirma que en un primer momento tiraron de paciencia y no le dieron demasiada importancia a la primera impresión: "Estábamos un poco quemadas, pero bueno, son cosas que pueden pasar". Pero poner buena cara al mal tiempo no les sirvió de mucho. Nuevos inconvenientes no tardaron en surgir, y cada vez, de mayor magnitud: "La cocina hecha una mierda, café con mofo, horno sucio, olor a aceite quemado, los enchufes hechos polvo, cubiertos y platos sucios, y el suelo lleno de agua con un color raro".

Ya eran muchas pegas, demasiadas como para ser ignoradas o enterradas bajo la más firmes de las ilusiones de disfrutar de unas vacaciones, por mucho que el destino sea Benidorm. Pero lo peor estaba por llegar. Todo lo detallado hasta ahora fue un primer vistazo de la vivienda, y ante tal panorama, las chicas decidieron irse a dormir con la esperanza de que el amanecer trajera mejores noticias, pero antes de que llegaran a la cama, la realidad volvió a girar de forma cruel.

Contra todo pronóstico, el sofá cama "también estaba roto", lo que obligó al grupo de amigas a sacar el colchón y dormir en el suelo. Lo que no son precisamente unas vacaciones de ensueño se transformó en una pesadilla cuando fueron a coger las sábanas, que según les aseguró la mujer de la limpieza -que fue la persona que les entregó las llaves- acababan de ser lavadas.

Lo primero que vieron al abrirlas fue una enorme mancha de un color amarillento, tal como se puede apreciar en el vídeo que Galindo ha compartido en medio de su hilo. No fue el único rastro de suciedad sospechoso con el que se toparon, ya que, según detallan, los cojines del sofá también tenían manchas similares. La joven que articula la historia apunta que en este momento no llevaban ni una hora en el interior de la casa y que no les quedó otra que limpiar ("no queríamos vivir entre la mierda") y utilizar las toallas que llevaban para la playa como improvisado elemento de descanso. 

Ante tal situación, las jóvenes no tardaron en intentar ponerse en contacto con el responsable del inmueble. No recibieron respuesta hasta el día en el que abandonaron la casa y su contestación, vía llamada, fue que les regalaría una semana gratis por las molestias, una oferta que quisieron tener por escrito. Según cuenta la chica, todo hace indicar que ese mensaje nunca llegó: "Al final les escribimos nosotras diciéndole que queríamos el dinero de vuelta porque no queremos volver a la casa". 

El propietario se volvió a hacer de rogar en su respuesta y en un primer momento solo Airbnb les ayudó a encontrar una solución y les ofreció una devolución del 30% del precio total, algo "que no equivale ni a la primera noche", lamenta la autora de esta denuncia. Durante la estancia, la compañía de alquiler vacacional fue el único clavo al que se pudieron agarrar las afectadas ante el mutismo del casero, que varios días después de recibir la reclamación de la devolución del dinero por parte de sus inquilinas, volvió a dar señales de vida.

La joven que ha publicado todo lo acontecido informó de la esperada respuesta dada por el dueño, que en un inesperado giro de los acontecimientos, retiró la oferta de una semana gratis, pero no se detuvo ahí. El anfitrión pidió a las jóvenes 150 euros más por haber alojado en el piso a una persona más de las indicadas en la reserva, algo que, según da a entender la joven que firma el hilo, notificaron en su llegada a la vivienda y nadie les dijo nada de un posible suplemento.

"Nos quiere cobrar 150 euros por dormir en el suelo", es la amarga queja con la que Galindo cierra su testimonio. El último tuit sobre este asunto está datado del 29 de julio, pero dista mucho de ser el final de esta historia, titulada como #PesadillaEnBenidorm y que también ha sido difundida en forma de vídeo en TikTok por otra integrante del grupo. La autora que vertebra el testimonio principal concluye su publicación con una una crítica a la plataforma por no ofrecerles una reubicación debido a las condiciones insalubres de la vivienda, y argumenta que otras compañías como Booking y Expedia sí dan soluciones ante este tipo de problemas. "De momento Airbnb tampoco nos devuelve el importe íntegro de la reserva", fue la frase con la que la joven puso fin a su testimonio, que al parecer, no cayó en saco roto.

@mirvntidos PROBLEMAS CON @airbnb @airbnbtok 🤢🤮 #vacaciones #estafa #suciedad #pesadilla #insalubre #viral #tiktok #parati #comparte #airbnb #holidays #summer #desastre #ayuda #timo #devuelvenoseldinero ♬ Playmate at a scary scene - Kohrogi

Tras la publicación de esta noticia, Airbnb se puso en contacto con este medio para informar del desenlace de esta polémica, que ha llegado incluso a tener impacto nacional después de que Cuatro también diera cobertura al tema en uno de sus programas. "Hemos realizado un reembolso total a la huésped y tomado las acciones correspondientes con el anfitrión", afirman desde la compañía, que también apunta que "es muy poco probable que se den este tipo de casos".

Queda cerrada por lo tanto la controversia en torno a este piso de Benidorm, bajo la que se esconda una realidad que empieza a salir a la luz. Tal como ha publicado en el ejemplar de hoy este diario, representantes del alquiler turístico denuncian que una de cada tres viviendas vacacionales son ilegales y desde el propio sector no solo culpan de ello a los propietarios partícipes en esta actividad ilegal, sino que también hace hincapié en la responsabilidad de los clientes: "Hay apartamentos piratas que funcionan porque los turistas los contratan por sus precios ventajosos".