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Comercios y hostelería de Benidorm contra la medidas de ahorro: "En destinos turísticos son anticomerciales"

Los establecimientos aseguran que se perderán ventas presenciales y que no se puede apagar la luz en los horarios impuestos | Los sectores piden más tiempo para poder adaptarse a la normativa

Un negocio hostelero de Benidorm. David Revenga

Benidorm en pleno agosto en un hervidero de turistas, visitantes y vecinos más allá de las 22 horas. Las calles y la primera línea de playa siguen llenas de noche, pero no solo de viandantes sino también de clientes en los bares y terrazas o en las tiendas comprando productos. Los horarios en las zonas turísticas en verano se alargan y algunos comercios cierran a las 12 de la noche y los negocios de hostelería aún están llenos a esas horas. ¿Qué pasa entonces con las nuevas medidas de ahorro del Gobierno central? Por ejemplo, la de apagar escaparates y rótulos a las 22 horas. En una zona turística como Benidorm, es impensable para el sector que no quiere perder su luz.

A solo unos días de que las nuevas medidas aprobadas por el Gobierno central para el ahorro y la eficiencia energética (Real Decreto-ley 14/2022 de 1 de agosto), sectores como el comercial o el hostelero de Benidorm tienen claro que traerá consecuencias. Para comenzar, desde la Asociación de Comerciantes (Aico) de la ciudad alegaron que se confirma que el "desconocimiento sobre el comercio es total por parte de quienes han redactado y aprobado dichas medidas" ya que "si disfrutaran de los destinos turísticos del mediterráneo español como Benidorm, comprobarían que es prácticamente imposible adaptar el estilo de negocio a las medidas obligadas para su cumplimiento en plena campaña veraniega".

En zonas como Benidorm los comercios tienen completamente abierto al público los locales. David Revenga

Porque ahora mismo, el municipio es el epicentro del turismo y en sus calles se ve cada día. Por la noche es cuando más gente pasea o consume y más con una ola de calor que hace que las horas centrales del día sea muy complicado realizar ciertas actividades. El clima, la humedad, los horarios de los negocios... todo cambia en una ciudad turística y, sobre todo, en verano. Y en eso es en lo que hacen hincapié desde el sector comercial.

Cabe recordar que las medidas aprobadas por el Gobierno central recogen, entre otra cuestiones, apagar la luz de escaparates y edificios no ocupados a partir de las 22 horas, que entrará en vigor el 10 de agosto. "Un establecimiento sin su escaparate es como un vehículo en la noche sin sus faros, no se le ve", indicaron desde Aico. Así, el presidente de la entidad explicó a este diario que "muchos negocios cierran a las 00 horas en verano, qué van a hacer ¿apagar las luces?". Pero además, crea "zonas de inseguridad". En el mismo sentido se pronunciaron desde Abreca, asociación de Bares, Restaurantes, Cafeterías y Ocio Nocturno de Benidorm.

"¿Cómo va a apagar un bar las luces a las 22 horas?", indicó Álex Fratini, hostelero. "En verano aún hay luz natural a las 21 horas, vamos a encender la luz para tener que apagarla y además no pone cuándo la podemos volver a encender", apuntó. "Se nota que han hecho la ley sin conocer la realidad de los negocios o de las diferentes zonas de España".

Otro de los puntos es mantener la calefacción a un máximo de 19 grados en invierno y un mínimo de 27 grados en verano en los establecimientos destinados a usos administrativos, comerciales, culturales como cines o teatros, de ocio y estaciones de transporte de viajeros como aeropuertos y estaciones de tren. Una temperatura cuando hace calor que es prácticamente imposible de mantener. "En cualquier destino de la costa mediterránea es anticomercial el límite aplicado para los sistemas de aire acondicionado", explicaron desde Aico. Parra apuntó que "no es lo mismo la humedad que hay aquí con la de Sevilla o la temperatura de una parte de España con otra".

Negocios hosteleros de Benidorm con locales completamente abiertos. AXEL ALVAREZ

Y temen que lo que provoque sea la "incomodidad en el establecimiento" y, por tanto, la "pérdida de ventas presenciales y que previsiblemente se desviarán a otros canales de compra, como el on-line y centros comerciales". Una piedra más en el camino de un sector que aún se está recuperando de la crisis sanitaria. En cuanto a la hostelería, Fratini indicó que "hemos invertido mucho en dar un servicio de calidad en los establecimientos y queremos que el cliente vuelva y así no va a volver, pasando calor. Esa no es la imagen que queremos dar a los turistas". Y se suma que los negocios de hostelería tienen "máquinas que desprenden mucho calor" y que no se puede "no tener en cuenta el bienestar de los empleados" y cumplir el Estatuto de los Trabajadores.

Y ¿qué hay del cierre obligado de puerta? Se establece que los locales climatizados deben tener un sistema de cerrado de puertas antes del 30 de septiembre. "Gran número de los establecimientos dirigidos exclusivamente al cliente turístico, más otros que dependen en gran medida sus ventas del visitante, carecen de puertas para su acceso, siendo de libre entrada por lo ancho de la fachada comercial", apuntaron desde la asociación de comerciantes.

Así explicaron que ante "esta singularidad comercial", la aplicación de esta medida "comporta una inversión económica importante y obligatoria hasta el 1 de noviembre de 2023, sin tiempo para amortizar el gasto" y que previsiblemente llevará al "incumplimiento de gran parte de estos locales por la demanda que las empresas instaladoras van a tener para poder cumplir con la fecha límite". Por ello piden más tiempo sin que se sancione a los mismos. "Nos hicieron que tuviéramos el comercio ventilado y ahora nos piden que lo cerremos", añadió Parra.

En este sentido, desde Abreca, explicaron que en Benidorm existen "varios tipos de locales de hostelería" y algunos de ellos "no pueden poner este tipo de puertas". Pero hay más, Fratini explicó que "estamos en agosto, se han pedido presupuestos para ponerlas y no te sirven en dos meses y los costes son de 5.000 euros, dependiendo del local". Pero además alegó que "muchos clientes buscan precisamente los locales abiertos para disfrutar de su comida o cena".

Con todo, la norma establece además que los establecimientos deben incorporar paneles informativos con la aplicación de las medidas. "Esta medida es la menos gravosa para cualquier tipo de negocio siempre y cuando, no se nos obligue a adquirir aparatos que den dicha información, pudiendo utilizar aplicaciones digitales, herramientas y medidas que sean fiables para que la información sea veraz", indicaron desde Aico.

Concienciados con el ahorro energético

La asociación comercial apuntó que "apostamos, apoyamos y concienciamos a nuestros asociados al ahorro energético, porque más interesados que el Gobierno, somos los propios empresarios quienes miramos por los costes" y "no solo energéticos, si no en todas las áreas de las que somos responsables en nuestro negocio pero, sin sacrificar el bienestar de nuestros clientes y empleados que repercuten directamente en la viabilidad y futuro de nuestros establecimientos". Algo que comparten desde Abreca: "Hemos invertido mucho en medidas de ahorro porque supone algo bueno para el sector".

Con todo, los comerciantes de Benidorm presentarán un escrito al presidente de la Generalitat Ximo Puig, para trasladar la "realidad comercial de la ciudad sobre estas medidas" y con la intención de "consensuar acciones alternativas y/o complementarias a lo publicado en el Real-Decreto". Entre ellas, la validez de las cortinas de aire como puertas de cierre, ampliación de plazo para acometer la reformas de instalación de los establecimientos, ayudas directas para soportar las inversiones limitadas a los próximos catorce meses y, dotar de más números de cuerpos de seguridad para la ciudad con el objetivo de mitigar en lo posible las pérdidas económicas en los establecimientos de Benidorm, de seguridad para la ciudad y social para los clientes y empleados.

Mientras, la aplicación de la norma sigue en macha y los empresarios temen que tenga consecuencias ya que las sanciones oscilan desde los 60.000 euros por infracciones leves, 6 millones las graves e incluso 100 millones de euros las muy graves. "Son medidas chapuza y las multas excesivas", indicó Fratini. "El sector turístico parece el saco de boxeo de Pedro Sánchez. El turista es el que nos da de comer y no podemos hacer que no esté cómodo", añadió.

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