El Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), organizador del programa de vacaciones sociales para personas de la tercera edad, ultima todos los detalles para sacar a la venta a partir del próximo día 20 los viajes para la campaña de este año. Una campaña que estará, sin duda, marcada por la inflación y por el recelo de muchos hoteleros a seguir contratando con los bajos precios aprobados por el Ministerio de Ione Belarra: 22 euros por persona alojada y día, en régimen de pensión completa.

El plan de rescate acordado con la Generalitat para evitar una fuga masiva de establecimientos del programa oficial, con una aportación de 6 euros adicionales por habitación para cada pernoctación del Imserso, llevó a los hoteleros de la Costa Blanca a superar estas reticencias, que sí se mantienen en otros destinos. De este modo, serán alrededor de sesenta los hoteles de la Comunidad, en su mayoría ubicados en Benidorm, que continuarán dentro del Imserso a partir de octubre, cuando está previsto que comiencen a llegar los primeros cupos de jubilados. "No se cubren todos los costes de producción -que el sector cifra en 35 euros por persona y noche para el Imserso-, pero el porcentaje de pérdidas es asumible", mantienen.

Fuentes de Hosbec han asegurado este jueves que el sector confía en que las ventas de viajes a Benidorm, Calp, Dénia, Torrevieja y otros destinos, previstas entre los días 20 y 24 de septiembre, se agoten "en cuestión de días", debido a otros dos factores que también condicionarán esta campaña: la mayor demanda y el recorte de plazas previsto.

Según los datos ofrecidos por el propio Imserso, el número de personas que se han acreditado este año para poder optar a alguno de estos viajes asciende a 2,6 millones de españoles, tras registrarse 171.494 nuevas altas, un 31,47% más que en la edición anterior, y 71.052 modificaciones, un 14,91% más. Este incremento, según el propio organismo, se debe a la "elevada expectativa y confianza en el programa" por parte de jubilados y pensionistas.

Frente a este dato, la campaña 2022-2023 prevé comercializar un total de 816.000 paquetes vacacionales en el conjunto del país, de los cuales 150.000 tendrán como destino un alojamiento de la Comunidad Valenciana. Esta cifra supone un recorte de unas 30.000 estancias en esta autonomía con respecto a la edición de 2019-2020, que arrancó antes del estallido de la pandemia y que tuvo que quedar suspendida en marzo de 2020 tras decretarse el confinamiento general de la población.

Ante este recorte, la patronal hotelera Hosbec insiste en que, más allá de un necesario incremento del presupuesto para asegurar un precio hotelero "digno" de cara a próximas campañas, el Gobierno central también tiene "la obligación moral" de incrementar la dotación para programar más viajes, teniendo en cuenta el importante retorno económico que esto genera: mantenimiento de puestos de trabajo, más cotizaciones, menos prestaciones, más recaudación por impuestos y más gasto en los destinos.

"El Imserso debe crecer en presupuesto y en oferta", afirma la secretaria general del Hosbec, Nuria Montes, que considera que, como mínimo, se habrían de igualar los 1,2 millones de paquetes vacacionales que el Gobierno de Rodríguez Zapatero puso en marcha en la campaña 2009-2010, en plena crisis económica, para asegurar el mantenimiento de miles de empleos en todo el país.

Los empresarios turísticos, además, comparan datos del propio Ministerio para calificar de "irrisorio" el número actual de viajes. "Con 2,6 millones de personas acreditadas, apenas se están ofertando 816.000 plazas, no llegamos ni a la mitad, que debería ser lo mínimo", mantiene Montes, quien además pone como ejemplo las políticas que están llevando a cabo algunos países del norte de Europa, donde se está planteando subvencionar viajes a otros países, como España, para favorecer el ahorro energético durante los meses más fríos. "Es una medida que aquí también se podría plantear perfectamente: financiar estancias de una o dos semanas a personas de las zonas más frías de España durante el invierno hacia destinos cálidos, lo que permitiría menor consumo energético en sus zonas de origen y saldríamos todos ganando", plantea.