El "atasco" eterno de la estación de autobuses de Benidorm

El Ayuntamiento ha agotado el plazo del convenio firmado con Ortiz para tener los nuevos pliegos y poder sacar de nuevo a licitación la instalación | Pasillos vallados y suciedad siguen llenando la infraestructura a pesar de las obras para rehabilitarla

La estación de autobuses de Benidorm es una de las puertas de entrada para miles de visitantes y turistas que llegan a la ciudad. Pero su imagen actual está muy alejada de aquella que debería dar la capital turística: suciedad acumulada, escaleras cerradas y pasillos de la zona comercial vacíos a la espera de una rehabilitación integral que parece más parada que en marcha. La situación administrativa de esta infraestructura sigue "atascada" sin que, por ahora, haya una solución final sobre la mesa. Un viaje que se está haciendo eterno.

La historia para arreglar el problema de la estación de autobuses es interminable. Tras ver algo de luz en marzo de 2022 con la firma de la modificación del convenio que se firmó con el empresario alicantino Enrique Ortiz, quien aún mantiene la concesión en sus manos, el tiempo pasa sin que el proceso administrativo llegue a final de trayecto. De hecho, el Ayuntamiento agotaba el pasado 16 de diciembre el plazo de seis meses más tres prorrogables para sacar a licitación el nuevo pliego de condiciones para sacar de nuevo la concesión a concurso y que Ortiz deje de ser el que la tenga en sus manos.

Pero por ahora nada se sabe de la nueva documentación para poder adjudicar de nuevo la gestión de la estación de autobuses y la zona comercial que la acompaña, ahora mismo cerrada y sin actividad a excepción del gimnasio en la última planta y el hotel. Pero, ¿cuando se tendrán listos esos pliegos? La concejala de Urbanismo, Lourdes Caselles, explicó a este diario que los técnicos municipales siguen trabajando en la redacción de los mismos para poder llevarlos a pleno y aprobarlos: "Están muy adelantados pero aún no se han entregado por parte de los técnicos", apuntó. La intención es "tenerlos lo antes posible". Así, se preveía que sí estuvieran para el último mes de 2022, pero no ha sido así.

Los accesos desde la planta baja están vallados.

Los accesos desde la planta baja están vallados. / David Revenga

El convenio nuevo se firmó el 16 de marzo de 2022. Desde ahí se tenían seis meses de plazo, con una prórroga de tres meses más, para tener esos pliegos listos. Además, en dicho convenio se recogía que el Ayuntamiento deberá pagar a Ortiz por rescindir el contrato 24,5 millones de euros. Una cantidad que no pagará el Ayuntamiento de Benidorm sino que será el nuevo adjudicatario del contrato el que tendrá que abonarla cuando se haga con la concesión.

En dicho acuerdo firmado por ambas partes quedaba muy claro qué tenía que hacer cada una de ellas en el proceso. Así, ¿puede tener consecuencias para el Ayuntamiento no haber cumplido con ese plazo recogido en el documento? La edil del área indicó que solo se darían si hay una reclamación por parte del empresario. Según las fuentes consultadas, sí podrían devengarse intereses por esos millones que hay que abonar al empresario al no cumplirse el plazo. Mientras, la concesión sigue en sus manos hasta que se adjudique la nueva.

Desde la oposición, el portavoz de Ciudadanos (Cs), Juan Balastegui, ya avisó de que el Gobierno del PP había incumplido los plazos y que, mientras eso pasa, la estación se mantiene en condiciones pésimas con espacios cerrados y obras de rehabilitación que no terminan. La formación naranja lleva meses preguntando en comisiones sobre este tema pero sin recibir respuesta alguna. El PSOE también ha planteado en más de una ocasión cuándo acabará el proceso administrativo iniciado y se sacará a licitación la nueva concesión.

Vista de la zona cerrada de la estación donde se acumula la suciedad.

Vista de la zona cerrada de la estación donde se acumula la suciedad. / David Revenga

Pero la historia no acaba ahí. En ese convenio también se incluía el compromiso de Ortiz de hacer obras de rehabilitación en el actual edificio por valor de 287.141 euros. El plazo se establecía en dos meses y las obras comenzaron a finales de marzo de 2022. Los trabajos tabicaron los locales para evitar que pudieran entrar personas y vallaron escaleras y accesos. Se realizaron algunas mejoras pero, desde hace meses, los movimientos en las mismas son mínimos o ni siquiera los hay, como así atestiguan algunos de los viajeros que pasan por la estación. Y aquello que parecía un escenario de guerra o ciencia ficción, lo sigue siendo aunque con algún tabique o valla más. Las obras deben estar terminadas antes de que la nueva adjudicataria se ha haga con el servicio, según confirmó la concejala de Urbanismo.

La estación lleva así desde hace años, en estado de abandono. Poco a poco, las marcas comerciales la abandonaron y ahora solo funciona un gimnasio y el hotel. Cada periodo de vacaciones o temporada turística, los viajeros se encuentran el mismo panorama cuando llegan. Solo la planta baja, donde aparcan los autobuses, tiene una actividad normal. Miles de pasajeros han cogido un autobús en Navidad o lo hicieron en verano y el comentario casi es el mismo y corre por las redes: el abandono que sufre la instalación.

El periplo de la estación de autobuses arrancó en 2012 cuando una sentencia del Tribunal Supremo ratificaba otra sentencia dictada por el TSJCV en 2007 que anulaba la autorización municipal que en 2003 concedió el Consistorio a Ortiz para ampliar la zona comercial de la terminal y, con ella, la concesión para su explotación. Así, el fallo de hace 10 años obligaba a rescindir el contrato de explotación entre el Ayuntamiento y Ortiz. Así, los últimos tres gobiernos de Benidorm habían intentado alcanzar un acuerdo con el empresario, algo que llegó en octubre de 2020 tras meses de reuniones. Fue en marzo de 2022 cuando se firmó el convenio definitivo. ¿Será marzo de 2023 la fecha en la que llegue la solución final?