La desesperación de los vecinos de un edificio de Benidorm: cuatro meses con los escombros encima

Los residentes del inmueble sobre el que cayó un talud en el paseo de Poniente piden que se actúe ya en la zona ante el miedo de más derrumbes | Las obras se adjudicaron por urgencia pero aún están pendientes

El estado en el que quedó la parte trasera del edificio de Benidorm tras el desprendimiento.

El estado en el que quedó la parte trasera del edificio de Benidorm tras el desprendimiento. / David Revenga

Cuatro meses han pasado desde que el talud de la parte trasera de su edificio de Benidorm se viniera abajo y cayera sobre el inmueble afectando a la vivienda del conserje y a un restaurante ubicado en el local de la planta baja. Desde entonces, no se ha movido una piedra del lugar y los escombros siguen en el mismo lugar donde acabaron después de que la lluvia hiciera derrumbarse esa montaña de piedras y tierra. Los vecinos no pueden más con la situación y piden que se actúe ya sobre la zona ante el miedo de que se produzcan más derrumbes que provoquen no solo daños materiales, sino personales.

El talud de la parte trasera de este edificio se desprendió con las intensas lluvias del pasado mes de septiembre de madrugada. El inmueble es el edificio Velázquez, situado en la avenida Armada Española, en la primera línea de la playa de Poniente, un inmueble característico de la zona y de los años 70. El susto fue tremendo para los residentes. Un miedo que mantienen pero que además se ha transformado en desesperación ante la falta de una solución que no mantenga el montón de rocas sobre la pared trasera de sus casas.

Como ya publicó este diario, la zona donde se encuentra el desprendimiento es de difícil acceso. La pared de varios metros de altura que cayó sobre el estrecho pasillo de la zona de atrás del inmueble hizo que una gran losa de hormigón entrara de lleno por la pared del baño de la vivienda del conserje que en ese momento no se encontraba en casa. Él no ha podido volver a utilizar su vivienda como tampoco ha podido volver a abrir las puertas el restaurante Paquillo porque el desprendimiento afectó a toda la maquinaria de la cocina. Su negocio quedó precintado aún en temporada alta y no ha podido volver a levantar la persiana.

"Los vecinos estamos desesperados", indicó una de las residentes del inmueble. "Llevamos cuatro meses y no sabemos nada, es una indefensión absoluta", añadió. Y esa es la sensación que tienen los vecinos que ven cómo pasa el tiempo y no pueden hacer nada o no se hace nada para solucionar su problema. "Hace tres semanas dijeron que empezaban, pero falta saber la fecha a qué año se referían", indican con ironía. Así "miramos al cielo para que no llueva" y la situación pueda emporar aún más. "El portero no puede vivir en su casa, los vecinos del primero tampoco pueden vivir y han tenido que pasar las Navidades fuera de su casa", añadieron.

El restaurante afectado lleva cerrado desde septiembre.

El restaurante afectado lleva cerrado desde septiembre. / David Revenga

Javier Bautista es el gerente del restaurante afectado que lleva abierto desde 1993: "Estoy viendo que llega Semana Santa y tampoco puedo abrir". Todo ello después de perder "toda la Navidad y los puentes además de todos los días de buen tiempo que ha habido". Él, autónomo, está en un ERTE con sus empleados pero sigue pagando gastos "y los ahorros se acaban". Bautista se pregunta que "¿por qué tengo que sufrir yo las irresponsabilidad de otras personas?".

El Ayuntamiento aprobó las obras por urgencia y las asumirá de forma subsidiaria. Así las adjudicó a una empresa pero aún no se han llevado a cabo. Según fuentes municipales se está a la espera "de que entre el proyecto definitivo para la limpieza de la zona y poder acometer la consolidación del talud para que no se repita lo sucedido". Así, a pesar de que en un primer momento se planteó realizar ambas cosas por separado, finalmente será una sola intervención.

Los vecinos han realizado varias reuniones para plantear el asunto y ver qué pueden hacer para intentar que la solución llegue lo antes posible. Así, según fuentes vecinales, si la situación no avanza próximamente, se plantean tomar alguna medida para que les hagan caso. Porque temen que, si llueve, la situación empeore y se produzcan daños mayores. Lo único que quieren es que los escombros que dejó el desprendimiento desaparezcan y volver a estar seguros en sus casas.

Convivir con más obras

El edificio afectado está ubicado en la avenida Armada Española, en el paseo de Poniente, una vía que también se encuentra ahora mismo en obras para implantar una Zona de Bajas Emisiones (ZBE). Así, los vecinos no solo tienen que convivir con su actual situación sino con una calle que está ahora mismo en plena actuación con las molestias que genera. Pero además, según algunas fuentes, temen que esos trabajos puedan afectar a los que se lleven a acabo en sus viviendas. Solo esperan que no sea así.