Muere Jaume Antón Grau, presidente de honor de la Unión Musical de Benidorm

El mundo de la cultura de Benidorm se ha despertado hoy con la peor de las noticias. Ha fallecido Jaume Antón Grau, presidente de honor de la Unión Musical de Benidorm y una de las figuras imprescindibles en la promoción de la música de bandas y la educación y tradición musical de la ciudad, donde hay tres sociedades y cientos de músicos en activo.

"Jaume Antón era, con toda seguridad, la persona que mejor representaba el espíritu de la Unión Musical, su historia, el orgullo y la responsabilidad que comporta ser miembro de la misma". Así lo han destacado desde la propia entidad, que ha dado cuenta de su fallecimiento por medio de un emotivo mensaje en redes sociales hacia quien fuera su presidente.

Efectivamente, Jaume cumplía con todos los requisitos de un buen músico, un buen amante de la música, pero sobre todo una buena persona.

Empresario y comerciante, presidió la Unión Musical entre 1984 y 2003, dos décadas durante las cuales vivió "en cuerpo y alma para la banda", en el ámbito directivo y a nivel musical, de la mano del entonces director de la misma Rafael Doménech Pardo, haciendo crecer la escuela de música y sembrando la semilla de la que hoy es la Orquesta de cuerda. "Una figura primordial sin la cual no podemos concebir los útimos 40 años de historia".

Desde esta entidad cultural han recordado que la influencia de Jaume Antón en los ámbitos culturales de Benidorm fue muy amplia. No en vano, además de presidir la UMB también cantó copletes a la Mare de Déu, a quien tenía gran devoción; participó activamente con numerosos colectivos sociales y festeros, presidiendo la Comisión de Fiestas Mayores Patronales; y también divulgó y promovió la enseñanza en Benidorm de la xirimita y el tabalet.

Fruto de su trayectoria, Salvador Chuliá le dedicó en 1998 el pasodoble que lleva su nombre y que interpretó a la Unión Musical como homenaje a su figura en noviembre del pasado año, cuando se inauguró el nuevo auditorio del Centro Cultural de Benidorm, que lleva por nombre Rafael Doménech Pardo.

Además de todo lo ya mencionado, Jaume Antón fue un gran amante de la gastronomía autóctona y participó activamente en la Barraca Festera de Benidorm, en la elaboración del tradicional arròs amb fessols, que se podía degustar todos los años en la festividad del 9 d'Octubre. No en vano, en reconocimiento a su impulso a este plato típico y la gastronomía benidormense en general, en el año 2006 se bautizó con su nombre un concurso de arròs amb fessols que entonces se realizaba coincidiendo con el día de la Comunidad Valenciana.

Entre los distintos reconocimientos que obtuvo en vida, fue merecedor en 2013 de la Distinció Cultural Ciutat de Benidorm, que el Consistorio benidormense entrega también coincidiendo con el 9 d'Octubre y cuya galardonado seleccionan los premiados en anteriores ediciones. Entonces, el jurado valoró la figura imprescindible de Jaume Antón para la cultura y la sociedad local.

"Persona auténtica, sensible y de gran corazón", como lo han definido mejor que nadie desde la Unión Musical, estuvo ligado hasta el último día a esta entidad y seguía acudiendo con regularidad a los conciertos, prácticamente hasta última hora, a pesar de sus complicaciones de salud y de la edad.

"Nada más terminar el último concierto de Año Nuevo de nuestra Orquesta Sinfónica, nos dijo: 'Hoy me habéis hecho tocar el cielo'", han revelado desde la agrupación.

"Al cel t’esperen la teua Mare de Déu, Sant Jaume i tots els membres de la Unió Musical de Benidorm que ja no estan amb nosaltres. Gràcies per tant, President", concluye el escrito publicado por la entidad.

También allí le esperan los cientos de amigos que Jaume hizo en vida y partieron de este mundo antes que él.

En Benidorm no solo deja huérfanos y consternados por su partida a su mujer, hijas y otros familiares, sino también a muchos músicos, festeros y amigos que tuvieron la suerte de conocerle y de disfrutar de su persona. A la música y a la cultura que tanto luchó por promocionar. A todo el que ayudó de una manera u otra a tener una vida mejor.

Descanse en paz.