La estación de autobuses de Benidorm se vuelve a torcer

El Ayuntamiento divide en tres lotes la licitación tras dos intentos fallidos de adjudicar un nuevo contrato y amplía a 40 años la explotación | Si las ofertas no llegan a los 24,5 millones habrá que abonar a Ortiz la diferencia

Corría el año 2003 cuando el Ayuntamiento de Benidorm dio al empresario Enrique Ortiz la autorización para ampliar la zona comercial de la estación de autobuses de Benidorm y la concesión. 20 años parece que no son nada, aunque sí. Aquel proyecto se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para la administración pública que, tras varios intentos para solucionar el problema con su gestión, ha visto como se volvía a torcer la posible solución. El consistorio ha vuelto a sacar a licitación la explotación de lo que se ha convertido ya en un complejo inmobiliario y lo ha hecho modificando las condiciones iniciales para ver si es más atractivo para que pujen las empresas y acabar por fin con el entuerto.

El periplo de la estación de autobuses arrancó en 2012 cuando una sentencia del Tribunal Supremo ratificaba otra sentencia dictada por el TSJCV en 2007 que anulaba esa autorización de 2003. El fallo obligaba a rescindir el contrato de explotación entre el Ayuntamiento y Ortiz. Así, los últimos tres gobiernos de Benidorm habían intentado alcanzar un acuerdo con el empresario, algo que llegó en octubre de 2020 tras meses de reuniones. Fue en marzo de 2022 cuando se firmó el convenio definitivo y cuando se puso en marcha la maquinaria para intentar encontrar un nuevo licitador que asumiera la gestión y acabara con la mala imagen que la estación tiene desde hace años.

Viajeros en la estación de Benidorm.

Viajeros en la estación de Benidorm. / David Revenga

2023 ha sido un año de decepciones en este asunto. En enero, el gobierno actual lanzaba un concurso público, pero la licitación quedó desierta con un precio de 24.516.647,32 euros. Lo hacía por un tiempo de 26 años, 10 meses y 8 días y la licitación se hizo por lotes. En el primero, está incluida la terminal, la zona comercial de la dársena y el aparcamiento exterior; mientras que el segundo era el centro comercial, hotel y aparcamiento subterráneo. Ninguna oferta por lo que quedó desierto.

Se pasó a un proceso abierto de negociado sin publicidad al que se iba a invitar a cinco empresas, entre ellas, a la actual empresa concesionaria en la que participa el empresario Enrique Ortiz. Pero tampoco llegó a buen puerto. Y se ha tirado de una tercera opción: otra licitación abierta pero con novedades para intentar llamar la atención de las empresas. Para empezar, la duración del nuevo contrato serán 40 años. Algo que a la vista de los licitadores puede ser mucho más atractivo para amortizar los millones que tendrán que pagar.

Pero hay más: se han ampliado los lotes. Es decir, en lugar de dos, ahora son tres. El servicio de autobuses por 516.647,32 euros; 9,1 millón de euros el centro comercial y la planta dos del aparcamiento; y 14,9 millones de euros el hotel y la otra plante de parking. En total, esos 24,5 millones que el Ayuntamiento contabiliza como lo que queda por amortizar de la estación y que será con lo que tendrá que indemnizar a Ortiz.

La concejal de Urbanismo, Lourdes Caselles, explicó que se han incluido varias cuestiones que se diferencian con las anteriores licitaciones, como por ejemplo que se vaya a dar prioridad a una oferta "integradora" por encima de otras. y, ¿eso que significa? Pues que si alguna empresa se decide a pujar por los tres lotes a la vez tendrá preferencia. Siempre y cuando supere los 20 millones de euros. Porque esa es otra parte de la letra pequeña: si no se llega a ese importe, la adjudicación quedará desierta de nuevo. Como tercera opción estaría que alguien se presente a uno o dos lotes y que se superen esos millones en las ofertas, en ese caso, habrá adjudicatario pero el Ayuntamiento tendrá que hacer frente a la diferencia hasta esos 24,5 millones que tiene comprometidos con Ortiz; es decir, deberá abonar esa parte y que puede llegar a 4,5 millones si se da el caso. Si no, según la edil, el consistorio se podría enfrentar a una "apropiación indebida" del edificio. Lo que supondría un problema más añadido.

El interior de la estación de Benidorm.

El interior de la estación de Benidorm. / David Revenga

El Ayuntamiento espera que este pliego de condiciones sí tenga un final feliz. "Es el pliego que se merece el pueblo de Benidorm para poder dar el mejor servicio a visitantes y vecinos de la ciudad", indicó Caselles. Porque en los últimos años, aunque los autobuses han funcionado sin problemas, el estado en el que se encuentra la terminal deja mucho que desear siendo una de las entradas de miles de visitantes al año.

Pero, ¿qué pasa si no se llega a esos 20 millones y el concurso queda desierto de nuevo? El gobierno local y también la oposición esperan que eso no pase. Si se da el caso, la pelota pasa a manos del Ayuntamiento que, según Caselles, tendrá que hacerse cargo del servicio de autobuses. Y, ¿cómo? Pues a través de un contrato de gestión de servicios como ya se ha aplicado en otras instalaciones municipales como el aparcamiento de l'Aigüera.

La oposición es crítica con la situación. La portavoz del PSOE, Cristina Escoda, afirmó que "volvemos caso al principio" aunque sí recalcó que los nuevos pliegos sí cambian en el tiempo de concesión y la liberalización del hotel, algo que puede "ser atractivo para los licitadores". Calificó como "maldecido" al edificio y añadió que solo "hay un beneficiado, Ortiz".

Por su parte, el portavoz de Cs, Juan Balastegui, explicó que es el cuarto intento para solucionar la estación de autobuses y acusó al PP de "dejar con los últimos movimientos que Ortiz explote gratis, de regalo, el actual complejo inmobiliario, construido ilegalmente en 2004, bajo también gobierno de los populares". El edil hizo cálculos: "Todo para regalar 14 años, más dos de forma gratuita, la explotación, con lo que hará que al final el Ayuntamiento de Benidorm tendrá que esperar 55 años para recuperar un inmueble que, la ley, marca en 40 años".

La zona de dársenas de la estación de Benidorm.

La zona de dársenas de la estación de Benidorm. / David Revenga

Una estación abandonada en la mayoría de su extensión

Y mientras el proceso administrativo está en marcha (de nuevo), la estación de autobuses de Benidorm sigue inmersa en un estado de abandono y deterioro en las dos plantas superiores. Las obras para rehabilitarla, que hizo el concesionario, cerraron locales y mejoraron algunas cuestiones para evitar que los destrozos fueran a más. Pero el paso del tiempo y la acción de algunos amantes de lo ajeno ha hecho que la instalación siga ofreciendo una mala imagen para aquellos que deciden pasear por las zonas desiertas que no están valladas y cerradas. La suciedad se acumula en un espacio abierto que lleva meses sin actividad a excepción de un gimnasio.

En la zona de dársenas, muchos turistas miran escaleras mecánicas arriba, que a veces no funcionan, buscando algún local comercial o algo de vida en lo más alto del edificio. Pero nada. Lo que sí sigue funcionando es el hotel y quizá sea lo más llamativo para que las empresas se animen a pujar y acabar de una vez por todas con la historia interminable de la estación de autobuses de Benidorm.