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Preocupación porque la situación de sequía de la Marina Alta afecte al turismo

El sector turístico asegura que la situación que se ha dado en los municipios del norte de la provincia podría tener consecuencias si se alarga en el tiempo y si la noticia acaba llegando a los países emisores de visitantes

Turistas contemplan Calp desde lo alto de Poble Nou de Benitatxell.

Turistas contemplan Calp desde lo alto de Poble Nou de Benitatxell. / David Revenga

Benidorm

Reparto de agua porque la del grifo no es potable. La imagen no es nueva porque ya se ha visto en las últimas décadas cuando la sequía aprieta. Pero no por ello deja de ser una preocupación principalmente para los vecinos de los municipios que están sufriendo esta situación; pero también para los visitantes y el sector turístico quien muestra su preocupación ante los problemas hídricos que se están dando en el norte de la provincia de Alicante y, sobre todo, si la noticia llega a los países emisores de visitantes y tiene consecuencias.

Teulada-Moraira y Poble Nou de Benitatxell, en la Marina Alta, están teniendo un mes de agosto demasiado complicado en el que se han quedado sin agua potable en el grifo. Los residentes y los que pasan sus vacaciones en estas localidades abren el grifo y por él sale agua, pero salada. Así que desde hace días cargan con garrafas de agua para poder beber, lavarse los dientes, alimentos o cocinar. Y no solo los vecinos, sino también los negocios como hostelería, hoteles o comercios. Todos han tenido que adaptarse a una situación que ahora intentarán paliar los ayuntamientos de ambas localidades repartiendo agua a sus censados.

Pero, ¿cómo puede afectar al turismo que no haya agua potable por ahora en estos municipios? Fuentes consultadas por este diario aseguran que los efectos no serán inmediatos pero preocupa que sí tenga consecuencias si la situación se alarga y, sobre todo, si se extiende a otras poblaciones en las que se impongan restricciones o en las que ya empiezan a ver las orejas al lobo. Porque beber agua de una botella es ya casi un gesto habitual, pero no tanto tener que ducharse o lavar alimentos con agua salada.

La preocupación está sobre la mesa. Así se desprende de las palabras del presidente de la patronal hotelera Hosbec, Fede Fuster, si se le pregunta por las posibles consecuencias que podría tener sobre el turismo una situación como la actual y si va a más. Porque "puede que redunde en un impacto negativo desde el punto de vista de la imagen" de un sector que, además, en pleno agosto está en la parte alta de ocupación y afluencia.

El responsable de la entidad, también hotelero en Benidorm, asegura que aunque es difícil de prever el efecto que tendrá, "si se conoce en otros países la situación, si salta la noticia, puede que la gente no distinga exactamente donde se está dando y se ubique como en toda la Comunidad Valenciana". Es decir, si conocer los problemas hídricos en países emisores de turistas hará que se piensen lo de venir al destino.

Fuster apunta que Benidorm ya conoce muy de cerca los efectos negativos que puede tener sobre el turismo la falta de agua porque los sufrió hace décadas: "Por desgracia sabemos lo que es". Y es que en los años 70, la capital turística perdió al mercado alemán por una situación extrema de sequía: "Se trajeron barcos con agua por una crisis de abastecimiento. Fue un punto de inflexión porque los alemanes después de eso nunca se han llegado a recuperar". Aunque la situación es ahora diferente, ese "fantasma" siempre se recuerda.

"Son avisos que hay que tomarse en serio", indica Fuster porque "puede pasar en cualquier otra parte", y más, cuando la situación es de sequía extrema en toda la provincia. Así indica que "es muy sorprendente que en la Marina Alta, con lo que llueve y la cantidad de agua que tienen, no se cuente con infraestructuras para aprovechar esa agua, nunca han tenido problema". El empresario aboga porque "haya un plan nacional para conectar todas las cuentas" y se hagan inversiones en infraestructuras.

Silvia Blasco, presidenta de la patronal de viviendas turísticas, APTURCV, indica que "no es la primera sequía la que nos enfrentamos" y asegura que "en este momento la situación no va a afectar porque el que vaya a venir no dejará de venir". Así destaca que los turistas suelen adaptarse a las situaciones, aunque si la situación se alarga sí podría tener mayores consecuencias: "Los recursos son los que son y si se plantean más restricciones habrá que ver qué pasa". Por ahora, "no tenemos cancelaciones que hayamos visto por este motivo". Así añade que "a la larga sí podría afectar si no se toman decisiones y hay una política sobre este asunto".

Tomar decisiones antes de que lleguen los problemas es algo que se ha hecho en otras zonas de la provincia. Así, es por lo que aboga parte del sector turístico consultado por este diario, por poner sobre la mesa decisiones que pongan solución a la situación actual pero, sobre todo, que sirvan para que no pase en el futuro. Preguntado por si la situación que se está viviendo en el norte de la provincia podría afectar a otras zonas, el alcalde de Benidorm y presidente de la Diputación de Alicante, Toni Pérez, explica que en el caso de Benidorm y los municipios que forman parte del Consorcio de Aguas de la Marina Baixa, "el suministro de agua potable está garantizado" con los aportes externos que llegan. Es decir, con el agua que se compra a la desaladora de Mutxamel.

A ello se suma las infraestructuras hídricas en las que se ha invertido en los últimos años: "En mayo ya hicimos los deberes y ya empezamos con los aportes externos y tenemos el consumo garantizado todo el año". Sobre los pueblos de la Marina Alta con una situación complicada o aquellos que han tenido que tomar medidas en el interior de la Marina Baixa, apunta a que "por ahora sin situaciones puntuales que esperemos que no pasen del mes de agosto". Con todo alegó que "hacemos nuestras las preocupaciones de los alcaldes y corporaciones que están envueltos en este problema y trabajaremos con ellos para intentar ayudarlos".

Opiniones en los municipios afectados

No tener agua potable en pleno mes de agosto no es una buena noticia para nadie, sobre todo para los municipios de costa que se llenan en verano de turistas, como Teulada-Moraira o Benitatxell. El alcalde de este último, Miguel Ángel García, indicó a este diario en plena situación de emergencia que "es cierto que al turismo no se le traslada una buena imagen" pero que "el abastecimiento de agua está garantizado lo que pasa es que no se puede usar para ciertas cosas". Para ello, el municipio como el otro afectado ya han comenzado con el reparto de agua entre los vecinos. Así sí indica que "para el turismo puede ser un problema pero no tiene por qué condicionar su estancia".

Preguntado uno de los negocios hosteleros de Teulada-Moraira asegura a este diario que no habían notado que la gente haya dejado de ir a los bares o restaurantes aunque sí destacaron el gasto "extra" que supondrá un verano teniendo que usar agua embotellada para cocinar o hacer tareas cotidianas. Así, consultados establecimientos indicaron que sí les preocupa la situación si se alarga mucho más en el tiempo.

Recursos hídricos

Si bien es cierto que la situación no es igual en todos los municipios porque los recursos hídricos de cada uno son diferentes. Cerca de Teulada-Moraira y Poble Nou de Benitatxell, Xàbia es también un municipio turístico. Allí cuentan con su propia desaladora que ahora puede producir al día 28.000 metros cúbicos de agua desalada y de calidad. Está preparada para ampliarse y llegar a los 42.000 m³. Esta infraestructura la construyó el propio municipio y son los vecinos los que la pagan con sus recibos.

Xábia, como las dos localidades donde se han quedado sin agua potable, cuenta con una población flotante muy por encima de la empadronada y con un modelo urbanístico disperso de chalés. Los más de 4.900 vecinos de Poble Nou de Benitatxell se multiplican en verano y los más de 12.600 de Teulada-Moraira pueden llegar a triplicarse por tres. Muchos de ellos tienen segundas residencias pero también hay hoteles, apartamentos, villas en alquiler, casas... Y eso es lo que preocupa a los empresarios, si tras un agosto muy complicado, esos visitantes decidirán volver otra vez tras tener que tirar mano de garrafas para las cosas cotidianas más allá de para beber.

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