¿Cómo eran las pinturas de una villa romana del Alto Imperio en La Vila?

Las excavaciones arqueológicas en la villa romana de Barberes Sur sacan a la luz más de 4.000 fragmentos que decoraban las estancias señoriales

Una de las guirnaldas decorativas romana hallada en Barberes del Sur de La Vila.

Una de las guirnaldas decorativas romana hallada en Barberes del Sur de La Vila. / INFORMACIÓN

La Vila Joiosa

Las villas romanas del Alto Imperio tenían todo tipo de decoraciones que dejaban ver la riqueza de los nobles. Las estancias señoriales se decoraban con preciosas pinturas que representaban vegetales o aves. Y una prueba de ello se ha encontrado en La Vila Joiosa, en concreto en las excavaciones arqueológicas en la villa romana de Barberes Sur donde se han sacado a la luz más de 4.000 fragmentos de las pinturas que decoraban esas habitaciones y parios a principios del siglo II.

Esta campaña de excavaciones está siendo desarrollada en una superficie de 842 m² donde se ubicaba esta gran villa del Alto Imperio, situada junto a la calzada que conectaba por la costa la ciudad romana de Allon con su territorio, a cargo del Servicio Municipal de Arqueología y la empresa Alebus Patrimonio Histórico.

Los trabajos han permitido a los arqueólogos conocer una parte de la planta de la villa, construida durante el reinado del emperador Trajano, con una parte de uso industrial, un patio o atrio con diferentes habitaciones (probablemente para uso de la servidumbre), según explicó el Ayuntamiento vilero. Por último, un gran espacio al aire libre, porticado con grandes columnas, destinado al jardín de la vivienda y rodeado de estancias señoriales que, en su momento, se encontraban ricamente decoradas. De esta parte solo se conservan los cimientos en la actualidad.

La limpieza e inventario de piezas en Vilamuseu.

La limpieza e inventario de piezas en Vilamuseu. / INFORMACIÓN

Los muros estuvieron construidos con tapial (arcilla apisonada) y aparecían derrumbados en el interior de las estancias y del patio porticado, según añadieron. Una de las estancias señoriales "conservaba todo el derrumbe de sus muros, cuya excavación ha supuesto una tarea muy minuciosa al conservarse fragmentos de enlucidos pintados". Cada fragmento o grupo de ellos se ha consolidado por las restauradoras, previamente a su extracción, y se ha numerado y realizado fotogrametría de cada una de las capas de estuco para su ubicación, lo que permitirá hacerse una idea de la composición original.

Las decoraciones localizadas

Una vez concluida la excavación, se ha comenzado la consolidación y reconstrucción de los paneles que decoraban la estancia en el laboratorio de restauración de Vilamuseu. Con estas tareas se empieza a vislumbrar la rica decoración de la estancia, incluso se ha podido reconstruir hasta el momento parte de un panel con 22 fragmentos de los 866 documentados en este derrumbe.

Uno de los estucos de una columna.

Uno de los estucos de una columna. / INFORMACIÓN

Así, entre los hallazgos, se muestra una rica decoración de guirnaldas vegetales, alternadas con aves y rematada en su parte superior por una moldura. En los trabajos de limpieza participa el voluntariado de Vilamuseu bajo la dirección del departamento de conservación. Entre el resto de pinturas, en proceso de inventario y restauración, destacan fragmentos de estucos curvos, decorados imitando columnas estriadas, que revestían grandes columnas que sustentaban el espacio porticado que rodeaba el jardín residencial de la villa.

El yacimiento de Barberes del Sur

El Servicio Municipal de Arqueología excavó parte del yacimiento, concretamente una superficie de 510 metros cuadrados, entre los años 2009 y 2012, por lo que con los trabajos que se están llevando a cabo ahora intervienen sobre los 840 metros cuadrados restantes. La base es una residencia señorial, construida a las afueras del "municipium" romano de Allon entre finales del siglo I a. C. y principios del siglo I.

Junto a esta villa romana se ha hallado un tramo de la calzada que conectaba la ciudad por la costa con las actuales Benidorm y Altea, que formaban parte del término municipal de Allon. Entre los últimos trabajos de excavación se localizó además una cantera de áridos destinados a pavimentar esa calzada.

Unas décadas después, a finales del siglo I d. C., la villa sufre una gran remodelación y las estancias principales de la nueva villa se decoran con lujosas pinturas murales, coincidiendo con un momento de esplendor de la ciudad de Allon, que en estas fechas recibe la categoría de municipium a través del Edicto de Vespasiano (73-74 d. C.).

El abandono de la Villa se produce en las últimas décadas del siglo III d. C., momento en el que sufren un incendio algunas de sus estancias, como también le ocurrió a la villa monumental de Torre la Cruz, junto a otro camino, el que iba a los valles de Alcoy. Este hecho podría corresponder a un episodio violento, común en yacimientos de estas fechas, y que se suele relacionar con la inestabilidad del Imperio romano por las invasiones llamadas “bárbaras” y por revueltas internas.

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