La vida es una relación con otros, interactuar, y esa relación es muy distinta si se establece entre amigos, compañeros, conocidos, desconocidos o enemigos.

     Entre amigos. Es algo grande; ya el dicho popular señala que el que tiene un amigo tiene un tesoro. Es fácil separarle de lo que es un conocido, el enganche es el amor. Si le tienes, siempre que tú lo necesites el estará, y siempre que el té necesite tu estarás. La amistad es una relación especial que estableces con alguien. Yo siempre he creído que incluso puede darse entre un hombre y una mujer, sin ningún condicionamiento sexual o erótico.

    Esa relación puede incluso tener una duración infinita. Todos tenemos lo que llamamos algún amigo de la infancia. Otra cosa es que mantengamos un contacto intenso con él; a veces existe una distancia física por medio que la dificulta.

  Si tendrá valor la amistad que, a diferencia de la familia, al amigo le eliges tú. Yo incluso he oído decir en ese terreno, pues, porque es mi primo, o mi hermano, porque si no, ni siquiera seriamos amigos, y es que en la familia la relación está impuesta.

  Hay quien usa la frase amiguito del alma. A mí esa expresión no me gusta; no me gusta, ni creo que tenga que ver con el alma. Pero he leído que la amistad es como un alma que reside en dos personas, un corazón presente en los dos cuerpos. No se sabe cuál es la esencia del pegamento que une a dos personas que son amigas: podemos pensar si hay admiración, el valor de algunas de sus cualidades, o la felicidad que proporciona su presencia. Posiblemente es la suma de todas ellas y sobre todo del amor.

   Somos muy afortunados porque por lo general no sólo tenemos un amigo, sino que tenemos varios. Párese y piénselo, y añada que por fortuna no tenemos enemigos.

      ¿Qué harías por un amigo? ¿Qué haría él por ti? . Sin duda mucho. No me atrevo a decir que todo, no lo digo, pero lo pienso.

       No sé sí hay un número máximo de amigos por persona. Desde luego hay muchos con los que establecería una relación que llamo amistosa, pero quizá eso se coloca un poco por debajo de lo que es la auténtica amistad. La exigencia para calificar a alguien de amigo es mucho mayor. La amistad hay que cuidarla, hay que regarla, conviene mantener el contacto, aunque sea a distancia. Ahora disponemos de métodos que permiten hacerlo.

   La amistad es algo que proporciona alegría; compartir es algo maravilloso. Amigo es una palabra con seis letras, y una infinidad de momentos inolvidables.

     Siguiendo la escala en el terreno de las relaciones, para muchos hay compañeros, casi siempre son las personas con las que debes compartir muchas horas, generalmente en la actividad laboral. Pero es posible que entre ellos a muchos ni los conozcas.

       Sí que tiene sentido que te pares y pienses en las muchas buenas personas que hay en tu entorno. Seguramente son muy admirables en los aspectos profesionales, o por sus cualidades humanas. Pero eso sólo no les hace tus amigos. Esa relación se establece sobre bases más diversas, que seguramente tiene que ver con los rasgos de cada uno, pero, sobre todo, y lo comento una vez más, el añadirse el mundo de los afectos, del cariño, del amor. Los amigos de verdad saben que, a pesar de conocerse con sus virtudes y defectos, se quieren.

    En otros terrenos el calificativo de amistoso tiene menos enjundia. Se dice que dos países son amigos; seguramente es real que no hacen la guerra uno contra el otro. Pero posiblemente bastaría con que dijéramos que han establecido buenas relaciones. Y en ese terreno es posible que sea más fácil definir quién es el enemigo, sea en el terreno de lo económico, de lo social, de lo político o incluso de lo militar.

   Me ha llamado la atención que, con el valor que yo doy a la amistad en la religión católica no parece interesarle. Parece que Jesús el Nazareno no tuvo amigos; no aparecen como tales en la Biblia. Los califican de discípulos, algo que para mí sería como un seguidor próximo. Discípulo es un término que tiene su origen en un vocablo latino y que sirve para referirse a un individuo que sigue una determinada doctrina. Para que exista un discípulo (o seguidor) es necesario que exista un maestro (o líder).

     Sir Francis Bacon decía: La amistad duplica las alegrías y divide las angustias por la mitad. Las siguientes son frases anónimas sobre el tema, pero que creo merecen la pena considerar: No quedes con un amigo para matar el tiempo; quedar para vivir las mejores horas de vuestras vidas. Si alguna vez has puesto a prueba a un amigo y no te ha fallado, no le dejes escapar, engánchalo con cuerdas de acero. Un buen amigo es un buen ladrón de tu tiempo. La amistad está avalada por el respeto mutuo, la honestidad, la sinceridad y la confianza. Si quieres conseguir un amigo, lo primero es, que debes tu serlo. Un amigo real lo sabe todo sobre ti y, no por ello, deja de ser tu amigo. No dejes que la maleza crezca en la senda de una amistad. Un amigo de verdad viene cuando el resto se va. Los amigos multiplican las sonrisas y disminuyen las tristezas. Aunque ya no creas en ti mismo un amigo te seguirá apoyando y creyendo en ti. En este terreno Benjamín Franklin decía: tomate tiempo en elegir a un amigo, pero se más lento aun en cambiarle; y Khalil Gibran dejó escrito: Un amigo real lo sabe todo sobre ti y, no por ello, deja de ser tu amigo.