Cáncer equivale a tumor maligno. Se usa esa palabra en latín significa cangrejo, porque cuando un tumor maligno invade a un órgano, éste se destruye y entonces es como si la lesión fueran las patas de ese animal. Es la tercera causa más frecuente de muerte por enfermedad en el mundo occidental. Todos los órganos pueden ser asiento de la enfermedad. Esta enfermedad surge, lo hace, porque una célula sufre daños, y comienza a dividirse sin control. Así, aunque hablemos de cáncer por ej. de mama, o de pulmón puede haber en esos órganos muchos tipos diferentes de cánceres porque tienen células muy diferentes.

   ¿Por qué una célula comienza a dividirse de forma alocada?

    Debemos saber que todos procedemos de una única célula, que se dividirá millones de veces, al tiempo que se diferenciará y eso dará origen a los distintos órganos o tejidos, primero del embrión, luego del feto, mas tarde del recién nacido, luego al joven, etc. Pero hay muchos mecanismos que regulan el control de las divisiones de las células. Nadie mide quince metros, nadie tiene ojos de 40 cm, ni estos se localizan en la axila. El organismo sano tiene mecanismos que lo regulan todo; el problema surge cuando los mecanismos de control se alteran.

      A veces el trastorno está en la propia célula, en los genes que llevan sus cromosomas, localizados en la parte central o núcleo; su alteración favorece la génesis del tumor. Es por lo que a veces encontramos que en una familia particular abundan personas con determinados tumores. Podemos heredar genes dañados o que favorecen la aparición de tumores.

     Otras veces son sustancias tóxicas las que los producen. Seguro que ha oído como el tabaco produce muchos cánceres, entre ellos el de pulmón. Al quemar el tabaco y aspirar el humo las inhalamos, lo que favorece esa transformación; pero no solo en las células de los bronquios, que es donde se localizan la mayor parte de los tumores que llamamos de pulmón, sino también en las células del labio, la lengua o la laringe, y el cáncer puede surgir en todas ellas. Esos tóxicos son substancias que pueden dañar esa parte de la célula y favorecer que el tumor surja.

    El cáncer también puede surgir por el efecto de radiaciones ionizantes. Son muy nocivos los residuos de las centrales atómicas o nucleares, y en los hospitales los servicios que manejan isotopos observan condiciones regladas de aislamiento.

   Conviene que sepa que desde que una célula inicia su división incontrolada, hasta que podemos apreciar la existencia del tumor, por ej. porque aparece un bulto palpable al tacto, o una mancha en radiografía pueden pasar más de siete años. Es el tiempo que tarda esa célula que mide siete milésimas de milímetro, en originar esa lesión que mide por ej. un centímetro, y que es cuando podemos detectarla.

   Aparte de ocupar espacio, el cáncer daña el órgano donde asienta, y éste funciona mal. Es otro rasgo que permite al médico sospechar la presencia del mismo. En ocasiones las células tumorales consumen mucha energía, la que tenemos a partir de los alimentos que tomamos para estar vivos, ello favorece que el sujeto pierda peso, adelgace. Es una manifestación, aunque poco especifica que puede ponernos de sobre aviso de que nuestro cuerpo alberga un cáncer. Llamamos síndrome tumoral o neoplásico a un conjunto de manifestaciones que cualquiera puede apreciar, los signos; por ej. notar el bulto, y también manifestaciones subjetivas, los síntomas, como sentirse cansado.

    Se ha progresado mucho en el tratamiento de los tumores malignos. Puede usarse fármacos (quimioterapia), extirparlos mediante cirugía, o usar radiaciones para destruirle (radioterapia).

     Pero el mundo de los tumores es tan peculiar que una de sus células de un órgano, por ej. un pulmón  puede producir hormonas de otro, por ej. del tiroides; eso es lo que se llama síndrome para neoplásico y la lesión se expresa como si el daño que estuviera en el tiroides.

¿Quiénes se dedican a estudia los y tratarlos?

     Los médicos que se dedican a estas enfermedades son los oncólogos, pero para decir la mejor decisión ante un caso concreto suelen reunirse todos los implicados en un comité de tumores. Lo componen médicos, cirujanos, radioterapeutas u otros expertos. Una vez aplicada la mejor terapéutica convendrá reevaluar periódicamente al enfermo.

      Cuanto antes se reconozcan, y se diagnostiquen las posibilidades de curación son mayores. En general se clasifica el tumor de cada enfermo por estadios, desde 0, o localizado hasta IV extendido. Pueden afectar a todos los órganos del cuerpo, y cuando se extienden a veces lo hacen por caminos predeterminados, que los médicos escudriñan para detectar esa extensión. Muchos hacen escalada en un ganglio linfático vecino; es lo que llamamos el ganglio centinela; otras veces se extienden hacia el hígado o el pulmón, pero pueden ir a los huesos, o el peritoneo, una estructura serosa que tenemos en la cavidad abdominal. A veces descienden por conductos del cuerpo o incluso células del estomago pueden depositarse porque sedimentan sobre los órganos de la pelvis.

      No olvidemos que después de haber sido dados por curados algunos pueden reaparecer, y como la célula neoplásica es muy pequeña puede ser difícil de detectar. En la mayoría de los casos, el que no lo hagan en los cinco años siguientes es un argumento sólido para suponer que se han curado, pero algunos como el cáncer de mama o el melanoma pueden hacerlo aún más tiempo después.

     ¿Como los tratamos?

Sin parar se inician terapéuticas eficaces; no me extrañaría que pronto la palabra cáncer desapareciera del listado de enfermedades humanas. Por ejemplo, inmunoterapia, u hormonoterapia. En ese caso se actúa cambiando la respuesta del sujeto para que su propio sistema inmune lo bloquee o dándole hormonas que disminuyan la división de las células tumorales, si ellas tienen receptores para que las hormonas actúen sobre ellas; seria como favorecer que una llave eche la puerta si la célula tiene la cerradura adecuada para que la llave actúe, la cierre.

¿Cuántos tumores nos afectan en España y cuáles son sus tipos?

Su número va creciendo desde 2013; los sufren 275.562 españoles y su número es mayor en los hombres que en las mujeres; en ellas el más frecuente es el de mama, en ellos el de próstata; luego le siguen a todos los de colon. Cuando las mujeres no fumaban no padecían cáncer de pulmón, ahora está presente en ellas.

Se calcula que a partir de 2030 morirá por cáncer un español cada 3,8 minutos. Pero también se estima que los avances científicos aumentan en España un 1 % los canceres curados en cada año. La asistencia sanitaria para tratar el cáncer es alta; seria importante invertir en investigación; España no lo hace, está muy por debajo de la media de lo que invierten otros países de Europa.

 Castilla León y Asturias son las comunidades que más los padecen.

Su incidencia es baja entre los jóvenes, se dispara a partir de los 60 años, y cuanto mayor es la edad son más los hombres afectados. Por ej. a partir de los 80 años una de cada 3 mujeres tiene posibilidad de padecerlo, y uno de cada 2 hombres, es decir 33% frente a 50%.

    A veces los tumores afectan a las células de la sangre, son tumores líquidos, que llamamos leucemias, otras veces a los tejidos linfáticos, y los llamamos linfomas.

    En los niños y jóvenes están mas presentes los del sistema nervioso, por ejemplo, el meduloblastoma, o el retinoblastoma, y también las leucemias mieloblásticas, es decir de leucocitos inmaduros, y los tumores de Wilms o nefroblastomas, que surgen en un riñón. Mantener habitos saludables de vida evitaría padecer muchos tumores malignos. Ello implica hacer una dieta sana, rica en pescado, frutas y verduras, evitar las carnes rojas y los alimentos procesados como por ej. los perritos calientes, evitar la sobreexposición al sol, practicar regularmente ejercicio físico, evitar el sobrepeso y la obesidad, evitar toxicos, por ej. no fumar ni ser fumador pasivo, es decir estar en ambientes con fumadores y beber solo un poco de alcohol. Junto con hacerse todos los chequeos de salud que nos aconsejan tos médicos.