Menorca es la isla más oriental del archipiélago balear. En su cabo del Esperó, en la península de la Mola, es donde despunta el alba en territorio español. Un sol que ilumina esta isla, que tiene un pasado prehistórico, cuya huella sigue presente, que fue conquistada a los musulmanes por Alfonso III de Aragón y que durante un siglo estuvo ocupada por la corona británica.

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Mi avión aterriza en el aeropuerto isleño, procedente de la Península, cuando el sol de verano todavía no calienta, tengo todo un día por delante, de los tres que voy a pasar en Menorca. Lo primero que hago es recoger el coche de alquiler que había reservado en la web de la compañía. Alquilar un coche es una propuesta interesante si quieres conocer la isla, idea que deben pensar muchos de los que la visitan, ya que tuve que guardar cola para que me llevaran a la oficina y allí, esperar otra, para retirar mi vehículo.

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Una vez motorizado me dirijo a conocer el norte, la costa menorquina tiene diferencias entre el norte y el sur. En mi recorrido por las carreteras menorquinas diviso el monte Toro, coronado por el Santuario de la Virgen del Toro y con una altitud de trescientos cincuenta y ocho metros, tiene la cima más alta de la isla.

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Mi primera parada es en el faro del Cabo de Cavallería, la parte más septentrional de Menorca, una zona con acantilados y azotada por la tramontana. Después me dirijo a la playa de Cavallería, que con su arena gruesa y rojiza, marca la diferencia con las playas del sur.

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Llegada la hora de la comida me dirijo a Fornells, un pequeño pueblo pesquero situado en la bahía homónima, donde se puede degustar el plato estrella de la isla, la caldereta de langosta. En su origen es un plato de pescadores, porque la langosta no tenía demanda comercial, pero quién lo diría hoy en día, dado el precio que hay que pagar. Me decido por una mesa en la terraza del S’Algaret, después de confirmar que me pueden servir una caldereta con media langosta y que es mejor la capturada en el norte, porque vive en aguas más profundas. Pago por mi caldereta, que satisfizo a dos comensales, sesenta y seis euros, la mitad del precio de la carta.

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Dejando atrás Fornells y su caldereta de langosta voy en busca de la carretera Me-1, para tomar dirección a Ciudadela. A unos pocos kilómetros de la ciudad fortificada, a pie de la carretera, se encuentra la entrada a la Naveta des Tudons, un monumento funerario prehistórico, usado entre el 1400 y el 900 a.C. y único de la isla de Menorca.

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En Ciudadela tengo mi alojamiento, un pequeño hotel urbano con piscina, donde en el desayuno sirven ensaimadas, con el único inconveniente de la dificultad para encontrar aparcamiento en los alrededores.

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Termino mi primera jornada menorquina en el faro de Punta Nati. Situado a unos seis kilómetros de Ciudadela, que es un lugar idóneo para ver una puesta de sol en el Mediterráneo.

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Mi segundo día isleño lo dedico a la mar. En el puerto antiguo de Ciudadela me embarco en el Jumbo de Menorca Blava, que ofrece una travesía por la costa sur, con paradas en algunas playas que no tienen nada que envidiar a otras del planeta.

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La playa de Son Saura es la primera parada, desembarco en una playa de fina arena blanca y aguas cristalinas. El Jumbo reemprende la navegación con destino a la Macarella, que junto con su vecina Macarelleta, son el emblema de Menorca. Estas calas no permiten el desembarco, me debo conformar con verlas desde la proa del barco. En las aguas cristalinas de Cala En Turqueta me doy mi último baño, antes de regresar a Ciudadela.

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Las playas están comunicadas entre sí por un sendero, el conocido como Camí de Cavalls, que recorre toda la línea de costa de la isla, son cerca de doscientos kilómetros lineales de una antigua ruta que comunicaba las torres de defensa. En verano se puede acceder en coche a las inmediaciones de las playas, pero con una limitación, cuando se llenan los aparcamientos habilitados, el acceso se restringe, a excepción de Macarella, a la que solo se puede acceder en autobús. (Clicar aquí para reservar el tique)

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El Jumbo me deja en el puerto antiguo de Ciudadela, un lugar muy animado en las noches de verano, de la que fue la capital de la isla hasta la ocupación británica. El casco antiguo es una ciudad fortificada con laberínticas calles de herencia musulmana, en ellas encontraremos la Catedral de Menorca.

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En mi último día en Menorca me despido de Ciudadela y pongo rumbo a Mahón, haciendo algunas paradas, como en Cala Galdana, una de las playas más concurridas, que pertenece al municipio de Ferreries.

Tomo dirección al suroeste de la isla, una zona de acantilados y pequeñas calas, para llegar a uno de los lugares más visitados, la Cova D’En Xoroi. Situada en Cala En Porter, es una cueva habilitada para realizar espectáculos, con varios miradores y terrazas sobre un acantilado, a los pies del Mediterráneo. Si nuestra visita es diurna, como máximo hasta las cinco de la tarde, tendremos que pagar diez euros para acceder a la cueva.

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Binibeca Vell es mi última parada antes de llegar a Mahón. Situada en el municipio de San Luis es una urbanización creada en 1964 a la semejanza de un pequeño pueblo de pescadores, con calles angostas y casas blancas.

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Mahón se sitúa en un puerto natural. Su máximo esplendor le llegó con la ocupación británica de Menorca durante el siglo XVIII. Es una ciudad colonial que sucedió a Ciudadela como capital de la isla y que conserva algún vestigio de su pasado británico, como el reloj del Ayuntamiento, regalo del gobernador británico Richard Kane o la costumbre de beber ginebra. Mahón es el lugar donde pedir una pomada, bebida que combina la ginebra producida en Mahón, Gin Xoriguer, con limonada.

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Antes de dirigirme al aeropuerto, termino mi estancia menorquina con vistas al puerto y a la ciudad de Mahón, desde la península de la Mola, el punto más oriental de España y por donde despunta el alba en territorio español.

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Cómo llegar: el puerto de Ciudadela está comunicado con el de Alcudia, en la isla de Mallorca y Barcelona, y el de Mahón, con el de Palma, Barcelona y Valencia. Al Aeropuerto de Menorca llegan vuelos, entre otros, de los aeropuertos de Alicante, Barcelona, Madrid y Valencia. (Clicar aquí para ver destinos)

Fotografías y vídeo de J. Cintas:

1. Cala Galdana.

2. Cabo de Cavallería.

3. Faro de Cavallería.

4. Playa de Cavallería.

5. Fornells.

6. Caldereta de langosta.

7. Naveta des Tudons.

8. Punta Nati.

9. Ciudadela.

10.Playa Son Saura / Cala En Turqueta

11.Cala Macarella / Cala Macarelleta.

12.Ciudadela.

13.Cova D’En Xori.

14.Binibeca.

15.Mahón.

16.Península de la Mola.