¿Qué tienen en común Jennifer López y Benedicto XVI? ¿Y éstos con Salman Rushie? Seguramente aquellos que hayan visto The leftovers, una de las nuevas propuestas para esta temporada de HBO, ya sabrán la respuesta. Los tres son algunas de las celebridades que desaparecieron de la faz de la Tierra y sin dejar rastro aquella fatídica fecha del 14 de octubre. Un total de 140 millones de personas se desvanecieron ese día de todo el planeta, el equivalente a un dos por ciento de la población mundial. Otros famosos desaparecidos ese día son Condoleeza Rice, Shaquille O'Neal, Gary Busey, Anthony Bourdain y Bonnie Raitt. Nadie sabe qué pasó, ni cómo, simplemente y de manera simultánea de repente ya no estaban.

The Leftovers está basado en una novela de Tom Perrotta y es la nueva serie de Damon Lindelof, uno de los guionistas más criticados por el final de Lost. Aquí lo dejan claro desde el principio, esto no es una serie de por qués, así que antes de que los haters de Lost volvais a dar la matraca con lo mismo, ya estáis avisados. La historia que se nos cuenta es la de los que se quedaron y de cómo afrontan su dolor, intentando buscar un sentido a algo de lo que nadie tiene la respuesta. Los defensores de la ciencia tratan de exponer argumentos científicos y los de la fe buscan una señal religiosa. Pero lo cierto es que ni los unos ni los otros saben qué fue lo que pasó. Todas las comisiones gubernamentales que se han creado no han logrado ni una sola evidencia física de qué fue lo que ocurrió. Muchos consideran la serie como una metáfora de cómo quedó la sociedad norteamericana tras los atentados del 11-S. Hay actos de conmemoración por los desaparecidos, estatuas, lectura de listas, etc. El día de los héroes es la propuesta para llamar a la conmemoración de la fecha. "Pues mi cuñado desapareció y era un gilipollas", dice uno de los personajes en la reunión donde se están haciendo los preparativos para el tercer aniversario. "Mejor el día de los héroes, que el día de lo que no tenemos ni puñetera idea de qué fue lo que pasó", le responden. Tras la secuencia inicial en la que se nos cuenta la desaparición, saltamos en el tiempo tres años, un periodo más que suficiente para que aquellos que perdieron a alguien sepan, o empiecen a tomar conciencia, de que éstos ya no van a volver. ¿Por qué pasó?, ¿qué tenían en común todos los desaparecidos? son las preguntas que atormentan cada día a los que se quedaron. Pero la más inquietante de todas es ¿sabemos realmente que esto no va a volver a ocurrir? No es una serie de ritmo trepidante. Lo que hay es dolor en carne viva. La historia transcurre en el pueblo de Mapleton (Nueva York). Capítulo a capítulo vamos conociendo las tragedias personales que sufrieron cada uno de sus protagonistas. Ese sheriff que piensa que se está volviendo loco; esa mujer que perdió a toda su familia el mismo día; el reverendo que trata de recuperar a sus fieles. Luego están los de blanco. Una especie de secta, que ha elegido no volver a hablar, fuma constantemente y sale cada día a buscar nuevos adeptos, siguiéndoles día y noche por todas partes hasta que éstos finalmente deciden abrazar su fe o muelen a palos a sus silenciosos acosadores. Esta secta es odiada por buena parte de la población, sobre todo por sus exigencias de decir a los demás cómo deben vivir su dolor, así que es bastante habitual que soporten agresiones físicas y hasta asesinatos, que nadie investiga y quedan en el fondo de un cajón. La primera temporada ha terminado como una de las grandes series revelación del año y muchos aguardamos a que llegue la segunda después del verano y con la incógnita de si van a saber lograr mantener el nivel. Para aquellos que no la han visto, hay tres episodios especialmente recomendables: el tercero, el sexto y el noveno, que profundizan en la tragedia de cada personaje y que son de llorar a moco tendido. Luego está el brutal final de temporada que nos deja las piezas dispuestas para el año que viene y con ganas de saber más.

Podéis abrir el vídeo sin ningún temor a spoilers, porque son los primeros minutos del episodio piloto. Mientras tanto, si alguien consigue saber qué hay en común entre Jennifer López y Benedicto XVI habrá logrado con el enigma que atormenta a los protagonistas de la serie.