«Jane the virgin» ha perdido la virginidad. Puede que su protagonista Jane, interpretada por Gina Rodriguez, se mantega inmaculada, pero los espectadores no tienen ya la virginidad audiovisual con la que se enfrentaron al episodio piloto. Superado el factor sorpresa de la primera temporada, para la segunda el reto va a estar precisamente en mantener la capacidad de asombro. Los nuevos episodios se estrenarán en Estados Unidos el próximo 12 de octubre. Un día después podrá verse en España a través de Movistar+ en versión original.

La serie de la Warner es la versión USA de la telenovela venezolana "Juana la virgen", de la cual también habrá adaptación española tras haberse hecho con los derechos Mediaset. Ahora que sabemos que Leticia Sabater se gastó un pastón en cirugía estética para reconstruirse el himen y volver a ser virgen, ¿quién sabe si no tendría el deseo oculto de aspirar a ser la Juana de la versión made in Spain? Méjico, Brasil y Polonia ya han hecho también sus particulares adaptaciones de esta telenovela como en su día se hizo con "Betty la fea".

Volviendo a la versión USA, Jane the virgin se pone por encima del tradicional culebrón y aplica al máximo la norma de que lo importante no es lo que se cuenta, sino cómo está contado. La serie en la que basaba era un culebrón convencional, pero los productores han decidido hacer algo más alocado en lugar de centrarse en ofrecer un producto para sus audiencias hispanas. Episodio tras episodio van parodiando los tópicos de las telenovelas, aunque al mismo tiempo utilizan los mismos trucos que éstas para enganchar a sus espectadores y que vuelvan a la semana siguiente. La serie se basa de todos los recursos narrativos que tiene a mano para reirse de lo que está contando y hacer reírse también al espectador, conscientes de que la historia es una gran chorrada. Una voz en off sirve de narrador y se convierte en otro personaje más que incluso se sorprende en los giros más inesperados y hace comentarios irónicos. También vemos en la pantalla textos de apoyo que, además de presentar a los personajes, aprovechan para soltar algún que otro chascarrillo y juegos de palabras. En algún episodio se han ofrecido escenas de diálogo subtituladas con lo que realmente quieren decir los actores en contraposición a lo que sale de sus bocas. Otras escenas nos han mostrado cómo cuando un personaje se enamora de otro, le ve envuelto en una especie de aura amarilla, que desaparece en el momento del desencanto. Incluso se ha recurrido al uso de corazones dibujados en los ojos de los protagonistas cuando alguien les hace tilín.

En cuanto al argumento, Jane Gloriana Villanueva es una joven de 21 años hija de madre soltera que, influida por las ideas religiosas de su abuela, ha decidido llegar virgen al matrimonio. Abuela, madre y nieta conforman esta familia de inmigrantes hispanos en Miami, formada por Jane, su entrañable abuelita que parece sacada del reparto de Como agua para chocolate y su despendolada madre, que a sus 40 años sigue viviendo la vida loca y tiene el lejano sueño de algún día de ser la nueva Paulina Rubio. La vida de Jane da un giro un día que debido a una negligencia médica acaba inseminada artificialmente con el semen de Rafael Solano, hijo del dueño del hotel en el que ella trabaja, con el que tuvo un breve affaire hace años. La situación sirve de punto de partida para que se sucedan las escenas más disparatadas porque Jane decide tener el bebé.

Además del embarazo, la serie cuenta con otras subtramas alocadas. El novio de Jane, Michael, es policía y está investigando al jefe de una organización criminal, Sin Rostro, que actúa desde el hotel en que ella trabaja. Cuando Jane y Rafael se enamoran, Michael pone a éste como el sospechoso número uno de su investigación. Por si esto fuera poco, el verdadero padre de Jane vuelve a su vida y quiere conocerla y, para sorpresa de ella, resulta ser la estrella de telenovelas de moda de la tele Rogelio de la Vega (Jaime Camil): Maduro de sienes plateadas, adicto a la fama y que interpreta a su personaje de galán latino vestido de general en su serie The Passions of Santos. De la Vega cuenta con su propia cuenta de Twitter en la realidad (@RogelioDeLaVega) donde frecuentemente tuitea cuánto se quiere a sí mismo. En el colegio católico donde Jane trabaja su embarazo es acogido como un milagro y venden medallitas con la imagen de la sufrida protagonista como reliquia religiosa. Huracanes, asesinatos, amores y desamores, conspiraciones por hacerse con el control del hotel y rehenes que se han acostumbrado a cenar langosta. Ésta es una pequeña muestra de los giros del argumento durante su primera temporada. Los guionistas semana tras semana han ido haciendo verdaderos ejercicios de funambulismo para captar la atención del público. El principal problema al que se enfrentan es que, pasada la sorpresa inicial, la audiencia de la serie va a depender de hasta cuándo al espectador siga haciéndole gracia el chiste.

Para la primera temporada, la serie ha contado con cameos de artistas de pop latino haciendo de sí mismos como Paulina Rubio, David Bisbal y Juanes. Ahora, para la segunda temporada, se anuncian nuevas apariciones estelares de estrellas de la canción como Britney Spears y Kesha. No en vano, Warner que es la cadena que la emite es propietaria de una empresa discográfica dentro de su enorme imperio mediático.

En cuanto a las claves de por dónde van a ir los tiros este otoño, es el momento de colocar los avisos de spoiler para quienes no hayan visto el final de la primera temporada. En el último episodio vimos que, tras el parto de Jane, el malvado Sin Rostro se llevaba al bebé del hospital. Por otro lado, la ex de Rafael, Petra, se hacía con una muestra de esperma congelado de éste con la intención de inseminárselo para tener un hijo con el que tratar de recuperarlo. Estos son los dos platos fuertes que se han reservado los guionistas para la segunda temporada y con los que aspiran a lograr mantener en pie la torre de naipes, conscientes de que una carta mal colocada puede hacer que toda la torre se derrumbe.