Dados a la chupandina, al chupingo, al chupaco, a la mamada, el mamerto, la mamúa. Entusiasmado en mesas propias y ajenas soplando vidrio, empinando, embrocando, embicando. Y todos sujetos a la borrega, la esfoyaza, la sosiega, botijuera, antruejos, a comilonas murgas y charangas. Cuantos garrafones, toneles, cubas, fudres y pellejos, juntándose con marimorenas, odres, pipas o jarras. Algunos hablan, otros cantan y después o durante ambos culebrean, cambaladan, serpentean, estacionean, andan a las quimbas, se embalan, peonzas, piedras, cucarros. Es tal la jindama, la zangarriana, el dancio, que algunos se marean, se almadian, nausean, les dá la vomitaina, arrojan, sueltan la mazcá, largan los chanchos, la chuñada, tienen una mierda como un piano, un cagalón, una curda, curdela, un moco, un muermo, un calomacano terrible y navideño. Sin embargo, prestos y preparados para el fin de año, aguantan resacas estorninas, tornapedos, resecos, vendimias de retorno, desollando la mona, matando la rata, durmiendo la zorra, la perra, la raposa, el lobo, pillados por el carrito del helao, por el tío del saco, clavos, correas, gomas, globos, gorilas tremendas y dolorosas. Hip, hip, hurra.....