Saben que practico, como practicaba Kafka, todos los días unas letras, aunque sean contra mí:

Hoy he estado leyendo como un poseso. Esa cualidad, la de abstracción y comprensión lectora la he ido adquiriendo con los años. Simple adaptación profesional. El caso es que limpiaba el pollo, (soy un especialista en anatomías varias), mientras engullía un capítulo de la magnífica novela de Martínez de Pisón "El día de mañana". La recomiendo sin más porque es necesariamente maravillosa. Un poco después, mientras el pollo descuartizado rendía cuentas con el tomate triturado, la cebolla y una cabeza de ajo en la sartén, (ubi alium, ibi Roma), procuraba pasar plumero, cristasol y fregona en el salón comedor. Allí me esparaba a regañadientes la crueldad severa de Avilés con su "Constatación brutal del presente", letras que, cuando ustedes puedan deberían de visitar. Eso sí, con sumo cuidado, ya saben que hay libros que asesinan al lector. Después, en la limpieza del baño, me encuentro con un volumen fotográfico de Munick editores. La portada del libro, una pop star de los sesenta desnuda enseñando pechos, muslos y labios pintados, guarda relación con un plato grande lleno de cántaros pulidos, caracolas, dos estrellas de mar y el exoesqueleto de un erizo al lado de los cepillos de dientes. No está mal, en caso de necesidad suprema, abrir sus tapas y pasear por láminas con diosas, (todas ellas tendrán en la actualiadad sesenta y tantos años) desnudas. Otros tiempos, con otros cánones, otras caderas, tetas, pubis angelicales sonrosados....

Pues esto que escribo es lo que cuento contra mí. La verdad es que no tenía muchas ganas de hacerlo, aunque, la fuerza de la costumbre, al final vengo a vertir acontecimientos domésticos vulgares. Y a eso, a la vulgaridad de lo cotidiano vuelvo.... libros, fútbol y rock and roll.