"Creé en mí varias personalidades. Creo personalidades constantemente. Cada sueño mío se encarna de inmediato, luego de aparecer soñado, en otra persona que pasa a soñarlo y no yo. Para crear me destruí; me exterioricé tanto dentro de mí que no existo más que exteriormente. Soy el escenario viviente donde aparecen distintos actores representando obras diferentes."

Pessoa. El viento ligero en Parma. Vila Matas.

Los caminos confluyen en un cruce maldito. Personajes entrometidos, personajes descartados, asesinados una mañana calurosa en el arcén polvoriento de un pueblo, amados bajo la calidez de una de las lunas de saturno. Confluyen, puès, las sensaciones y el saberse parte de un conjunto filosofal. Uno nunca lee a todos, pero todos acaban en uno. Diógenes de Sínode, Pitol, Wilckock, Sade, Byron, Calvino, Jarry, Wallace, Bioy y su banda de macacos asalta frutas de mercado..... Hoy topo con Pessoa en un texto confluyente, Tabucci, Bolaño, Gombrowicz (lo miró una vaca con el blanco de los ojos para insunflarle el espíritu ansiado). La tarde calurosa sopla viento caliente, siroco del sáhara que remueve los toldos de poniente. Pescados muertos en el embarcadero, grillos chirriantes y olor a café colombiano.