La aldea global es una madeja por donde asoma un hilo. Cuando tiramos de él, poco a poco advertimos: el papa romano se afilió a las juventudes nacionalsocialistas y ahora reza rodeado de obispos que suceden a otros que ampararon, glorificaron y bendijeron a Franco, Mussolini y Hitler. Hugo Boss, èse de ese perfume que usted quiere echarse antes de pasear, ganó dinero, mucho dinero, con la sastrería del tercer reich, Bertelsman publicó obras de instrucción oficial para las SS, y el señor Ford, señor que dá nombre a su coche bonito, puso camiones y jeeps al servicio del ejército alemán, aparte de escribir el opúsculo "El judío internacional". Hitler lo condecoró, igual que colgó medallas en el pecho de la IBM, empresa que hizo factible la identificación y catalogación de los judìos.

La madeja sigue desarbolándose: Rockefeller financió todas las investigaciones raciales y racistas nazis, Prescott Bush puso su fortuna a disposicón de Hitler. Le acompañaba otro multimillonario, Fritz Thyssen. Todos esos dineros ayudaron a la economía hitleriana, Deutsche Bank, amigo de la causa, financió el campo de concentración de Auschwitz. Y la Bayer, Basf o Hoeschst, se encargaron de usar como conejillos de indias a prisioneros de los campos. Los prisioneros de guerra, internos en campos de muerte, trabajaron como esclavos para Krupp, Thyssen, Siemens, Varta, Bosch, Benz, Volkswagen o BMW. La "pasta" que se movía acababa en la neutral Suiza, sobre todo joyas y dientes de oro de los gaseados. Dicen que la ITT, recibió una compesación económica por haber sido bombardeada durante la guerra en Alemania. Al acabar, la fuga de cerebros diseñadores del holocausto se vió favorecida por la guerra fría. De hecho, el proyecto lunar, la conquista más efectista del espacio, fué dirigida por el ingeniero aeroespacial Von Braun, quién, a su vez, se había encargado de trabajar en todos los mecanismos de defensa hitleriana, empleando mano de obra esclavizada.

Contra más deshago el ovillo, más grande se torna, parece que algún truco de magia invada la lana, lana de sangre histórica.