Encontré una paja en medio de agujas. Supe que había muerte antes de la vida, que me encuentro con el zapato de mi horma y que no por mucho amanecer madrugo más temprano. Ya sabes que me llevo una isla a un libro desierto, que me arrimo a una sombra donde me cobija un buen árbol y que a mazo rogando con dios dando. Si mucho hierras mucho hablas, en moscas cerradas no entran bocas, haz quién y no mires bien. También sabes que la sangre con letra entra, que a otro hueso con ese perro, que en casa de palo cuchillo de herrero. El revés está en el mundo, aunque tiren más dos carretas que dos tetas, o me digas de lo que careces y te diga de lo presumes, o a diente regalado no le mires el caballo. Pero sobre todo: puede ser que a cada san martín le llegue su cerdo, y que a grandes remedios, grandes males. Que no se te olvide nunca: a río de pescadores, ganancia revuelta.

Viejos consejos populares, sin duda.