Asisto a la presentación de los relatos de Antón Daro, un novísmo, alineado en la llamada generación extraña. Nos enseña una recopilación de relatos disparatados, no más de quince, agrupados bajo el título "Los chinos ya no abren sus tiendas en domingo". Parece Antón un hombre dicharachero, serio a primera vista, que ràpidamente explica como el àpice de locura de sus relatos tiene una procedencia muy natural. He leído algunas de sus historias, de hecho termino hace dos cañas la última de ellas "Un Laguna Coupé incustrado en el retrovisor derecho del scooter", apasionantes letras cargadas de insondable pánico, sólo resuelto en el taller mecànico con la amputación del susodicho retrovisor. El mito del espejo, fantasía repetida en todas las culturas como ser del trasluz o, en este caso, la persecución eterna de un renault de gama media a base de frenazos, relampagueo de luces y acoso siniestro. Menciono, por igual "Tú lo quisiste, pequeña guarra", trágica narración de Lulú, una cría de cerda vietnamita, que casualmente acaba en el jardín de la familia Briz y por ende, al cabo de dos meses, en su barbacoa de los jueves. Ya lo saben, visiten y busquen a Antón Daro, pura gozada cuentista. Queda recomendado.