La derecha saca bíceps. El destrozo está hecho: han votado, dando un golpe maestro, contra sus enemigos y fantasmas personales. Item más, tamaña ignomimia, ha sido aplaudida y jaleada desde la bancada popular. Aplausos temerarios ante el comunicado de recortes en la prestación por subsidio, aplausos temerarios ante la aboliciòn disfrazada de la Ley de Dependencia, aplausos temerarios ante la retirada de paga extraordiaria al funcionariado o ante la retirada de liberados sindicales, reducción de concejales, etc.

Por otro lado, el señor presidente hace de don Tancredo ante la marcha minera o lanza a su doberman particular, en este caso, la ignorante Esperanza, a decir gilipolladas delante de las cámaras televisivas.

Lo único que cabe preguntarse es ¿hasta cuando?, ¿que hacer, si la idiotez se extiende como tela de araña?, ¿què, contra el fascismo camuflado, contra el rodillo reaccionario?. ¿Sentarnos y esperar a que nos levanten?, ¿Izar la mano silenciosa moviéndola?, ¿marchar cantando canciones de amor?, ¿acampar?.

Sólo advierto: o la lucha se recrudece, las acciones se vuelven directas y calculadas, tácticas, o la respuesta política social izquierdosa se radicaliza, o no hay nada que hacer. Nada: la desidia y la sociedad fagocitante nos digerirá hasta hacernos fosfatina.