Cuando el capitán Cook llegó al reino de Konga en el pacífico, allá por 1777, conoció al monarca Fatafehi Paulah, curioso tipo que coleccionaba desvirgamientos, incluso los contabilzaba. Cook narra que Paulah, sin exageraciones, rozaba las 37.900 copulaciones con muchachas. Viendo su extremo poderío, no era de extrañar. Leemos y hablamos de estas cosas, invenciones o datos extravagantes, cuando en un seminario de intrahistoria o historias de la historia nos toca exponer algo adecuado. Pese a no ser novedoso, el asunto a tratar crea expectación.

Hablo de la actriz Madmoiselle Dubois, musa del marqués de Sade en su "Filosofía del tocador", fornicadora implacable que, en ese afán recopilatorio, confesaba haberse tirado a 16.527 hombres en veinte años. Dubois, creo, pecaba de tímida. Recuerdo al respetable al porno star John Holmes, con sus 35 cm en reposo o al gran Long Dong Silver, con sus fláccidos 45 cm. Hablamos de la fallecida Lolo Ferrari y sus grandes ubres, de la dificultad de sobrevivir pegada a tanto kilo de mama, asunto que le ocurría por igual a W. F. Benedict, con nueve kilos y medio en cada teta. Explico a la audiencia que todos estos datos están definidos perfectamente en "The Sexual Anatomy of Woman", y allí pueden consultarlos si lo desean.

De cosecha propia, citar como Lisa Sparx batió récords copulando con 919 tipos en un día, asunto que en el año 2007 superó la poderosa Erin Daye, al hacerlo con 1001 hombres en 24 horas, permitiendo que cincuenta de ellos lo hicieran sin condón, previo análisis sanguíneo y pago de cincuenta dólares. De estas historias, Chuck Palahniuk, (El club de la lucha) extrajo inspiración para su novela "Snuff", editada en Mondadori, donde se narra el récord mundial de una actriz con setecientos tíos. Con respecto a las felaciones, explicamos y rendimos homenaje a la recientemente fallecida Sexy Cora, actriz alemana que consiguió 75 de calidad en un día, según sus propias palabras. Para acabar, mencionar a una amiga, cuyo nombre omito. Mujer de expresión altamente sonora, movilizó con sus gritos y jadeos a toda una comunidad de veinte vecinos, pensando, (ellos tan silentes) que el escándalo mantenido era por culpa de una agresión, asesinato o vaya usted a saber. Hablando con los que insistían golpeando la puerta, entendieron lo ocurrido, aunque llamaron al orden. Todos sabemos que existen muchas más atrevidas anécdotas sexuales, sólo que para lamento de los asistentes, las dejamos pendientes de explicación.