¿Cómo es posible que ninguno de ustedes tenga un millón de euros?. ¿Cómo que no estén depositados en una cuenta suiza?. Granados, ese senador que platica (platica es un guiño a mis amigos al sur del sur) en las tertulias, tan estirado, engominado y vende motos, tenía un milloncito en tierras helvéticas, que es dónde mola tener millones, sobre todo si eres de derechas de toda la vida y meas cr...ucifijos.

Lo de mear crucifijos no es una metáfora, ni siquiera un eufemismo, es literal: en el Partido popular, sus ministros, senadores, parlamentarios, ediles y votantes, orinan cruces con cristos, pues queda demostrado (Gallardón dixit) que dentro de sus vejigas reposa el rey de Judea clavado, con melena similar a la de Ian Anderson hace veinte años.

Granados evacuaba cruces atravesadas en Lausana. Ahora cuenta que aquello no era nada, por favor, no sean ustedes rojos y malpensados..... ¿quién coño no tiene un millón de euros?.

Apoyo el vaso con café oyendo el despertar de la nidada escondida en la bocana del respiradero de la cocina. Vaya sitios, es genial, cuanto saben mis amigos gorriones. La evolución los ha adaptado con escándalo al urbanismo desarrollista. Pían porque sueñan con su origen de dinosaurios gigantes. Ellos pían, pero en realidad creen que rugen y ese rugido emitido desde el tubo de la campana extractora, se transmite por toda la cuidad: éste es nuestro territorio, declaman, que a nadie, ni siquiera a los Quetzalcoatlus, se les ocurra asomar....

Vaya, me huele el aliento, esta boca mía siempre jodida. Y los oídos, no hay manera, ayer por la tarde me machaqué demasiado, la fiebre ligera ha remitido pero la halitosis oportunista dice que aún algo no funciona. Algo no funciona. Bah, que pensamiento negativista, eso es porque no estoy en Suiza, no tengo un millón de euros y no meo cruces: al contrario, sólo satán aparece en el amoniaco de la taza.