Paola Castellanos

Postdoc Research

Physical and Technological Oceanofraphy

Institute of Marine Research

Paola Castellanos estudió oceanografía en Venezuela e hizo un máster en oceanografía física en Las Palmas de Gran Canaria. Luego se doctoró en circulación a gran escala por la universidad politécnica de Catalunya.

Las circunstancias que propiciaron que me encontrara con Paola nada tenían que ver con la ciencia. Y a pesar de venir de países greográficamente distintos, y de tener profesiones casi antagónicas enseguida descubrimos que las dos pisábamos la misma arena. La arena que pisamos todos. “Todos estamos en la misma playa, aunque a veces actuemos como si estuviéramos separados los unos de los otros” me dice en un tono dulce y conciliador.

Cada uno desde su cala personal, cree que son los otros los culpables y que nada tenemos que ver con lo que está ocurriendo en el Mundo. Los demás son los que se equivocan, los que no se enteran y enredan, los demás son los que contaminan. A menudo uno se siente víctima del sistema. Pero el sistema lo formamos todos. Así que todos deberíamos poner nuestro granito de arena.

En un momento en el que nuestro planeta vive un cambio profundo, tanto en lo social como en lo medioambiental, es necesaria una reflexión igual de profunda. Paola, estudiosa de las corrientes marinas, señala que “nos distraemos con falsas realidades. Y se pregunta: “¿Cómo vamos a ser capaces de prepararnos para lo que ha de venir? Si queremos crear un futuro real y sostenible, urge ver la realidad tal como es”.

Parece que el asunto del cambio climático preocupa sólo a hippies y piraos, y que el resto del mundo sólo tiene ojos para la crisis económica.

La realidad es que ambas crisis están relacionadas. Si en un poblado de África una mujer no puede beber agua, ella cree que el problema es suyo y que es de tipo económico. Pero luego llega una persona de fuera, alguien con más conocimiento y le dice que la escasez de agua se debe al calentamiento global que está afectando en la retirada de las precipitaciones de su tierra; que en algunas zonas del planeta hay sequía mientras en otras cada vez llueve más. Entonces esa señora se dará cuenta de que su problema es un problema global.

¿Porqué la información científica llega a trompicones, o directamente no llega a la sociedad?

La ciencia tiene sus propias logísticas. Somos una pieza más de un engranaje social en decadencia. En sus inicios la ciencia era de carácter naturalista pero luego se distanció de la sociedad hasta hacerse técnica. El científico es un tipo de carácter introvertido que está constantemente haciendo mediciones y que tiene que demostrar que sus cálculos son acertados. Eso le quita toda la energía. Es raro que puedan ser buenos comunicadores. Son pocos los científicos capaces de naturalizar su discurso para que llegue a la gente.

¿Y los jóvenes científicos?

Muchos de ellos han tenido una vida muy cómoda y no aceptan su propia responsabilidad. Esperan que las ayudas y las soluciones lleguen de fuera. Aquí en España hay una crisis moral muy profunda. Muchos jóvenes no quieren asumir su papel y su contribución, y esperan que las soluciones lleguen a ellos. Hay una gran falta de madurez porque pertenecen a una generación que lo ha tenido muy fácil y cuando les toca asumir responsabilidades, no lo hacen. Dicen que es el sistema, que son los gobiernos, hasta Franco tiene la culpa. Pero, ¿y la responsabilidad de cada uno? Yo pienso que hay que arriesgarse a vivir, y vivir es asumir responsabilidades.

Hay gente que aún niega la existencia de un cambio climático.

El cambio climático está fuera de toda duda. El problema es que aun hay países negacionistas porque muchos intereses económicos están en juego. Son los paises nórdicos los que se han puesto manos a la obra. Por ejemplo, en el Stockholm Resilience Center (Suecia) están estudiando actualmente cuáles son los efectos de resiliencia del Planeta.

¿Qué es la Resiliencia?

La resiliencia es el mecanismo al cambio que desarrollan los organismos vivos. En psicología es la capacidad de los seres humanos para superar situaciones traumáticas. Pues bien, la tierra reaccionará frente a los traumas que le hemos ocasionado. Por ejemplo, cuando una liebre es capturada por un león hay un mecanismo que se activa en su organismo que hace que le bajen las pulsaciones de forma que el león cree que está muerta, y si se despista la liebre puede escapar. Aun no sabemos cómo va a reaccionar nuestro Planeta ante el cambio climático.

Pero lo que sí es un hecho es que hay un aumento de la temperatura.

Sí, hay un aumento de la temperatura del agua del océano, y, lo más importante, está en riesgo la generación de aguas profundas que se producen gracias a la fusión de las corrientes de aguas cálidas del Atlántico con el agua dulce y fría del Ártico. El Ártico se está derritiendo y si no se generan estas aguas profundas se desequilibra completamente el sistema de distribución del calor por los océanos y eso pone en riesgo no solo la vida de muchas especies, sino también la vida del hombre.

¿Porqué?

Aumenta el nivel del mar significativamente, las tormentas son más fuertes y aumenta la temperatura atmosférica; la temperatura del océano y la temperatura atmosférica son un todo. Por ello en algunas zonas del planeta está dejando de llover, y en otras hay inundaciones. Si hay inundaciones, no podemos cultivar. La tierra desértica tampoco sirve para el cultivo. Las hambrunas se incrementarán.

¿Cree que los países más afectados deben recibir dinero por el perjuicio medioambiental que causan los paises ricos?

Desde luego, y la deuda medioambiental cada vez será más grande.

¿Qué puede decirnos de nuestro país?

Se calcula que en veinte años en Barcelona tendremos la temperatura que actualmente hay en Marrakesh. Una temperatura media de 27 grados.

No parece tanto.

Bueno eso significa máximas de cuarenta grados. Casi diez grados más que en la actualidad.

Pero eso puede significar que el calor en ciudades como Sevilla o Madrid sea insostenible.

Así es.

¿Por qué la comunidad científica no informa a la sociedad de todo esto?

No se ponen de acuerdo. Y además de no saber cómo hacerlo, temen el efecto que pudiera provocar.

Me parece inverosímil. ¿Qué me dice del Mediterráneo, cómo afectará el cambio climático a nuestro mar?

Tenemos la suerte de vivir en una zona muy privilegiada. El Mediterráneo también está sufriendo el problema de la distribución del calor a través de las corrientes y por ello muchas especies están desapareciendo. Las tormentas aumentarán y se crearán destrozos económicos. Pero a diferencia de otras zonas como Florida, por ejemplo, que probablemente desaparezca, el litoral Mediterráneo está más protegido.

¿Hay riesgo de tsunamis en Europa?

En principio no hay riesgo de tsunamis. Además, en caso de que hubiera un tsunami, el sistema de alerta europeo es muy bueno. Pero repito, aun no sabemos qué pasará exactamente.

Intuyo que no es buen negocio comprar una casa en la playa.

Hombre, depende de dónde y nunca en la arena. Siempre en una zona lo bastante elevada.

¿Y el pescado que ingerimos?

Los plásticos que lanzamos al mar están envenenando a los peces. Se sabe que estamos ingiriendo pequeñas proporciones de plástico además de otros metales pesados a través del pescado. Pero ese problema afecta a todos los mares en general, no sólo al Mediterráneo. Los océanos están en constante movimiento y arrastran de un lado para otro tanto los nutrientes como también las substancias tóxicas, como los plásticos.

¿Qué podemos hacer con el plástico, prohibirlo?

Más que prohibirlo, dejar de consumirlo.

Deberíamos hacer un poco de autocrítica.

Somos una especie conquistadora e invasora que arrasa con todo.

Como las termitas.

Exactamente. Pero también tenemos la capacidad de mejorar las cosas. Y éste es un problema que nos atañe a todos. Todos, sin excepción alguna, estamos en la misma playa, respiramos el mismo aire, y tomamos la misma agua. Es el mismo planeta para todos. Y quienes no lo crean, no pasa nada, también les llegará.

¿Cómo podemos mejorar las cosas?

La única forma es reducir el consumo, y dejar de pensar que la responsabilidad está fuera de nosotros. Vivimos en un momento en que todos echamos la culpa a los demás y no vemos lo que estamos haciendo mal. Queremos mantener a toda costa nuestro nivel de consumo, incluso incrementarlo, y eso no es posible. Yo recomiendo estar más en contacto con la naturaleza para entender que no es un un asunto político; ni de izquierdas, ni de derechas. Esto no lo va a resolver ni Pablo Iglesias, ni Rajoy, ni Trump; es un asunto personal.

¿Propone que seamos todos más hippies?

No es necesario hacerse hippy pero si plantearse cuál es nuestra huella medioambiental y tratar de reducirla al mínimo. Si todos reducimos nuestra huella, a la larga, se reducirá el impacto del cambio climático que en estos momentos es imparable.

¿Imparable?

Si dejáramos todos de consumir ipso facto, el cambio climático no se detendría de golpe pero si podemos minimizar sus efectos a largo plazo.

Pero si decimos que es imparable... Apaga y vámonos!

Muchos mirarán para otro lado. Por eso hay que animar a la gente que salga a la naturaleza, que esté en contacto con ella. Yo me considero positivista y creo que a pesar de todo hay que tener esperanza y educar a los niños en valores de sostenibilidad y conservacionismo. Es importante que los niños sepan de dónde provienen las cosas que consumen y que valoren lo que tienen.

Lo cuál no es nada fácil en nuestra sociedad.

Antes, todo eran líneas rectas sabías que si tu hijo estudiaba ingeniería tendría un futuro estable. Ahora no sabemos nada. Es importante educar a los niños para que sean flexibles, sensibles y creativos. Yo tengo un niño de diez años y trato de darle herramientas para ser capaz de enfrentarse a la incertidumbre.

Vivimos un problema de exceso de población.

Es más bien un problema de distribución. Yo estoy completamente a favor de la vida y creo que la vida siempre existirá sobre la tierra. No pienso que sea un error seguir procreando. Todo lo contrario, si dejáramos de tener hijos entonces sí sería el fin. Pero es cierto que en nuestro planeta somos muchos y debe haber de todo, gente que quiera tener hijos, y gente que no.

¿Qué más podemos hacer, al menos para tener la conciencia tranquila?

Hay que cambiar hábitos. Reciclar, pero reciclar bien. Los plásticos que se reciclan también generan un gasto de energía. Comprar a granel. Cuestionarse la forma de transporte, utilizar transporte público. Cuestionarse el consumo energético, ver cómo podemos reducirlo. Podemos hacer un viaje al año pero no tenemos que estar constantemente de vacaciones que parece que es lo que quiere la gente. Hay varias webs en internet que te explican y te dan consejos de cómo hacerlo. De cómo reducir tu huella ecológica (líneaverdemunicipal.com).

Y que les diría a los más conservadores, a esos que son más difíciles de convencer.

Les diría que lo prueben que tal vez se sorprendan en positivo y se den cuenta de que no necesitamos tantas cosas. Se puede ser feliz con mucho menos.

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