Las mezquitas se han convertido en los últimos tiempos, en buena parte, las construcciones más colosales e impresionantes. La inmensa riqueza de muchos países árabes y la gran fe que profesa su población ha provocado una especie de competición mundial para conseguir la mayor, la más impactante y la más suntuaria de estas edificaciones religiosas, sin reparar en gastos y tirando la casa por la ventana. Afortunadamente, todas ellas se pueden visitar desde el exterior y de muchas de ellas también su interior, con la única excepción de la mezquita de La Meca, la ciudad vetada a los no musulmanes. Elegir las 10 mejores mezquitas del mundo es complicado dado el gran número existente, ya que a las construidas a lo largo de los siglos se añaden las de nueva planta, pero criterios subjetivos aparte, las 10 que cito a continuación y que he tenido la suerte de visitar, están entre las más relevantes, sin lugar a dudas.

1. MEZQUITA DE ABU DHABI

Está considerada la más lujosa del mundo. Se encuentra en la capital de los Emiratos Árabes Unidos, la misma que acoge el exilio del rey emérito. Es de nueva planta ya que se completó en el año 2007 tras 11 años de construcción. Al contrario que algunas, que son muy bonitas por fuera y decepcionantes por dentro, esta mezquita rivaliza en belleza tanto en el exterior como en el interior. Su nombre oficial es la mezquita Sheikh Zayed, nombre del primer presidente del país. Tiene cuatro minaretes de más de 100 metros de altura y 82 cúpulas de distintos tamaños.

Mezquita de Abu Dhabi Manuel Dopazo

El interior de la mezquita de Abu Dhabi es flipante. Las paredes de mármol blanco están decoradas con motivos vegetales y arabescos utilizando infinidad de piedras preciosas y semipreciosas incrustadas, tales como nácar, lapislázuli, ónix y amatista, entre otras muchas. La sala de oraciones cuenta con la alfombra más grande del mundo, confeccionada a mano, y en toda la edificación hay más de mil columnas. El pasaje de los arcos, con su armónica simetría, me recordó a la mezquita de Córdoba.

El Pasillo de los arcos de la Mezquita de Abu Dhabi Manuel Dopazo

2. MEZQUITA DE CASABLANCA

Es la más cercana que tenemos, en la costa atlántica de Marruecos, y es también de reciente construcción ya que fue inaugurada en 1993. Se llama "Hassan II" igual que el rey que mandó construirla y su objetivo era impactar al mundo con una edificación colosal y a ciencia cierta que lo consiguió, tanto por su belleza como por su grandiosidad, ya que presume del minarete más alto del mundo, con 200 metros, y de ser la tercera mezquita en tamaño del planeta.

El interior de la Mezquita de Casablanca es de obligada visita por su gran belleza. En su construcción participaron 12.500 artesanos, incluyendo los más destacados de Marruecos. Los mosaicos, arabescos y decorados están artísticamente elaborados a mano y con los materiales más selectos. Su visita impresiona, y no exagero. Recuerdo una anécdota que me sucedió cuando la visité por segunda vez, en 2022. Al llegar a la amplia explanada saqué mí cámara Canon y al intentar la primera fotografía me aparece en la pantalla la advertencia de "error" y un número. No le di importancia porque la indicación de error aparece en algunas ocasiones, pero esta vez no conseguí desbloquearla por mucho que lo intenté. Parecía una maldición y que iba a quedarme sin imágenes de uno de los mayores incentivos del viaje. Afortunadamente, siempre llevo una cámara de repuesto en mi equipaje para prever cualquier incidencia y, además, con la suerte de que en ese momento la tenía en el vehículo con el que tras Casablanca me iba a trasladar a Rabat, y que estaba estacionado muy cerca. Pude hacer finalmente las fotos de la mezquita y del resto del viaje pero la cámara bloqueada tuve que tirarla a la basura porque al volver a casa me dijeron en un taller especializado que repararla costaba tanto como una nueva.

El suntuario exterior de la Mezquita de Casablanca Manuel Dopazo

3. LA CÚPULA DE LA ROCA EN JERUSALÉN

Aunque no se le denomina oficialmente mezquita, reúne todos los requisitos para serlo ya que es un lugar de oración para los musulmanes. Su imagen es uno de los iconos de Jerusalén y se encuentra en el centro de todos los conflictos entre árabes y judíos, encima de los restos del sacrosanto Muro de las Lamentaciones para los israelíes, y en la Explanada de las Mezquitas, dos lugares antagónicos que provoca incidentes frecuentes y la prohibición de visitar la zona muy a menudo. Yo la visité en diciembre de 1999 y aunque la situación entonces estaba tranquila tuve que intentarlo hasta 5 días para conseguirlo ya que el control israelí es muy riguroso y vetan el paso a los turistas por cualquier mínima incidencia. Es un edificio octogonal histórico de finales del siglo XVII y ha sido restaurado y modificado en distintas épocas. Está recubierto de azulejos y pude visitar también su interior aunque están prohibidas las fotos.

La Cúpula de la Roca en Jerusalén Manuel Dopazo

4. LA MEZQUITA AZUL, ESTAMBUL

Es una de las más famosas y conocidas, situada en el centro de Estambul frente a la también destacada mezquita de Santa Sofía, por lo que suele ser una de las primeras visitas a la más turística de las ciudades turcas. Es otra mezquita histórica, de comienzos del siglo XVII, y es la culminación del estilo otomano. Destaca por sus seis puntiagudos minaretes. Su nombre obedece al color azul de los mosaicos que decoran la gigantesca sala de oraciones.

La Mezquita Azul de Estambul Manuel Dopazo

5. LA MEZQUITA DEL IMAN. ISFAHÁN

Esta imponente edificación destaca tanto por su belleza como por su ubicación, en una plaza monumental declarada Patrimonio de la Humanidad en la ciudad iraní de Isfahán. Esta edificación es considerada el culmen de la arquitectura tradicional persa, data de comienzos del siglo XVII y está recubierta de coloridos y brillantes azulejos. La plaza en cuestión, llamada Naghsh-i Jahan, es una de las más grandes del mundo y reúne otra destacada mezquita y distintas edificaciones históricas persas.

Fachada de la Mezquita del Imán en Isfahán Manuel Dopazo

La fachada de la Mezquita del Imán, anteriormente llamada del "Shah", está recubierta por 475.000 azulejos y flanqueada por dos minaretes de color turquesa. Destaca especialmente su cúpula, en forma de cebolla, bellamente cubierta de azulejos de tonalidad azul claro. Isfahán y el país de Irán se pueden visitar actualmente, aunque los tiempos no parecen los más indicados. Yo la visité en 1999 y en contra de lo que pueda parecer, me llevé una muy grata impresión del pueblo iraní, en su mayoría crítico con la teocracia que les gobierna, especialmente los jóvenes, muy amistosos con los turistas y ansiosos por entablar conversación y conocer el mundo occidental.

La mezquita del Imán, en Isfahán, con su imponente cúpula Manuel Dopazo

6. MEZQUITA DE BRUNEI

Es una de las mezquitas más fotogénicas, a orillas de una laguna artificial sobre cuyas aguas se refleja. La laguna está atravesada por un artístico puente de mármol y con una reproducción en piedra y otros materiales de una barcaza a tamaño real. Data de mediados del siglo XX y es la imagen icónica del sultanato de Brunei, situado en un rincón de la isla de Borneo. Se llama oficialmente mezquita del Sultán Omar Ali Saifuddien y se encuentra en la capital de este minúsculo país famoso por la riqueza de sus mandatarios, dadas las grandes reservas de petróleo y gas natural. Visitar Brunei es muy sencillo ya que los españoles no necesitamos visado y abundan los vuelos directos desde Malasia.

La Mezquita de Brunei al atardecer se refleja en la laguna Manuel Dopazo

7. GRAN MEZQUITA DE BARRO DE DJENNÉ. MALÍ

Es un prodigio que esta gigantesca construcción de barro secado al sol no solo se pudiera construir sino que se siga manteniendo en pie más de un siglo después de su construcción, todo ello gracias a la población de Djenné que cada año, tras la época de lluvias, procede a restaurar los daños sufridos por el agua para evitar su derrumbe y para conservarla en perfectas condiciones. Es el edificio religioso más grande construido con barro y el más alto exponente de la arquitectura sudanesa. Tuve la fortuna de visitarlo en 2002 cuando Malí todavía estaba libre del acoso de los extremistas islámicos, especialmente activos en la actualidad en el norte del país, aunque la zona de Djenné parece tranquila.

La Mezquita de barro de Djenné en Malí Manuel Dopazo

La mezquita original se cree que se remonta a entre los siglos XII y XIV, pero era mucho más modesta que la actual y se derrumbó por falta de mantenimiento en el siglo XIX. La actual construcción se concluyó en 1909, en unos trabajos que se prolongaron tres años. El acceso al interior de la mezquita de Djenné está prohibido desde finales del pasado siglo, cuando una revista de moda utilizó las dependencias interiores para presentar sus novedades, demasiado atrevidas y hasta procaces para las autoridades religiosas del lugar. Tanto la edificación religiosa como el barrio de su entorno, con todas sus edificaciones de adobe de tipología tradicional, han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y serían de visita obligada si el país recobra la seguridad necesaria.

Puerta de la mezquita de Djenné Manuel Dopazo

8. MEZQUITA DE LAHORE

Llamada oficialmente Mezquita Badshahi, se encuentra en la ciudad pakistaní de Lahore, muy cerca de la frontera de La India y hermanada con la mezquita de Delhi, con la que comparte un diseño muy similar, y no por casualidad, ya que ambas fueron construidas por padre e hijo, los emperadores mogoles de finales del siglo XVII. La mezquita destaca por su color rojizo, ya que fue construida con terracota a la que se han añadido incrustaciones de mármol, y está coronada por tres grandes cúpulas de mármol blanco. Aunque Pakistán ha atravesado una época muy conflictiva, en la actualidad la situación es más tranquila y ya hay agencias que organizan viajes turísticos a distintas zonas del país.

Mezquita de Lahore Manuel Dopazo

Visité la mezquita de Lahore en el año 2000, dentro de un viaje que incluía un recorrido por los lugares más destacados de Pakistán. Era todavía un país tranquilo, y me pareció fascinante, incluyendo a la mayoría de sus habitantes. Como dato curioso recuerdo que entré a Pakistán desde La India por la frontera terrestre cercana de la ciudad de Amritsar. El cruce de fronteras fue muy especial. Así, un taxista me dejó en la misma frontera porque estaba prohibido el paso de vehículos. Antes de iniciar el trámite del papeleo asistí a un espectáculo fronterizo protagonizado por soldados indios y pakistaníes, consistente en una especie de ceremonia de subida y bajada de bandera en la que formaciones militares de ambos países rivalizan entre sí para intentar demostrar la que tiene más arrogancia marcial. En fin, una simple curiosidad pero que atrae a numerosos ciudadanos de ambos países. Acto seguido atravesé la frontera sin ningún contratiempo y ya en territorio pakistaní contacté con taxis colectivos allí estacionados para desplazarme a Lahore, situada a menos de 30 kilómetros. Así fue y tras una breve espera, hasta que se completó de pasajeros, el taxi colectivo enfiló el camino hacia Lahore.

Pórtico de entrada al gran patio de la Mezquita de Lahore Manuel Dopazo

9. MEZQUITA DE OMÁN

Esta edificación religiosa no resulta, en su parte exterior, de las mezquitas más impresionantes, ya que no es excesivamente grande ni espectacular, pero está acabada con una calidad extraordinaria y, sobretodo, su interior es uno de los más bellos del mundo, sin lugar a dudas. Además, se encuentra en uno de los países más tranquilos de los más de 140 que he visitado y con una población sumamente acogedora. La Gran Mezquita del Sultán Qabus, un nombre oficial que responde al mandatario que la mandó construir, se encuentra en las afueras de Mascate, la capital de Omán, y es de nueva construcción ya que se inauguró en el año 2001 tras seis años de obras.

Gran Mezquita de Omán Manuel Dopazo

Omán tiene un tamaño algo mayor que la mitad de España y tiene menos de 5 millones de habitantes. Es un país rico, con grandes reservas de gas y petróleo. Con tanto dinero y una población enteramente musulmana resulta lógico que al sultán se le ocurriera construir una lujosa mezquita. Del exterior destaca un gran minarete de 90 metros y la gran cúpula central. Tiene una capacidad para 50.000 fieles. En su interior todo es espectacular, con todas sus salas y dependencias engalanadas con los materiales más nobles y elaborados por maestros artesanos. Destaca la alfombra de la sala de oraciones, la segunda más grande del mundo tejida a mano, para lo que se precisaron cuatro años. La lámpara de araña de mayor tamaño mide 14 metros.

Interior de la Gran Mezquita de Omán Manuel Dopazo

10. MEZQUITA DE SELANGOR. MALASIA

Esta imponente mezquita se concluyó en 1988 y entonces destacaba por tener los cuatro minaretes más altos del mundo, con 142 metros, récord que perdió pocos años más tarde cuando se completó la Mezquita de Casablanca. El récord que todavía mantiene es el de contar con la cúpula religiosa más grande del mundo, con un diámetro de 51 metros y una altura de 107 metros. Tal tamaño permite divisarla desde la lejanía con un intenso color azul enmarcado por rombos de color blanco.

Mezquita de Selangor, en Malasia Manuel Dopazo

Cuando visité esta mezquita, un cartel advertía que el interior estaba vetado a los no musulmanes. Sin embargo, la gran puerta de entrada estaba abierta y me interné unos metros para tratar de darme una idea del interior. Como no me encontré a nadie seguí caminando y penetré hasta la sala central de oraciones. Lo que estaba contemplando me defraudó porque no estaba en consonancia con la magnificencia exterior ni con los interiores de otras mezquitas destacadas. Estaba ya pensando que no merecía la pena haber entrado obviando el veto, cuando vi con estupor que se me acercaba, a paso ligero, una persona con indumentaria típica musulmana que, con aire inquisitivo, me preguntó en inglés si era musulmán. Le contesté que estaba visitando la mezquita, tratando de eludir la respuesta de que me había colado, pero tanto me insistió y con tanta vehemencia, que al final le mentí y le dije que era musulmán. Craso error porque me “invitó” a que rezara y pronto descubrió la verdad. Tras increparme con palabras incomprensibles, me obligó a seguirle hasta el despacho de quien debía ser el responsable de la mezquita. Le explicó a su superior lo sucedido, sin que yo abriera la boca y la respuesta del responsable fue decirme, sin elevar el tono de voz, que me marchara, señalando la puerta, y sin más comentarios. Así lo hice y así terminó el incidente. No sé si lo sucedido sirvió de algo, pero lo cierto es que en la actualidad se ha levantado el veto y el interior de la mezquita de Selangor ya puede ser visitado por todo el mundo, sea o no sea musulmán. De todas formas insisto en que el interior dista mucho de la belleza de otras mezquitas aquí reseñadas.

La Mezquita de Selangor se refleja en una pequeña laguna Manuel Dopazo

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