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Después de los procesos respiratorios, la lumbalgia y la ciática (lumbociática) son dos de las afecciones más comunes en las consultas de atención primaria. Con toda probabilidad, el parón de actividad física que para muchos ha supuesto la pandemia de coronavirus, haya provocado un incremento de estas dolencias.

Y aunque a simple vista podría parecer que se trata del mismo tipo de dolencia realmente no es así.

La lumbalgia, coloquialmente conocida como lumbago, produce molestias dolorosas en la zona de baja de la columna (lumbar), en concreto entre el final de las costillas y el inicio de los glúteos.

El dolor en esta zona puede tener varias causas, bien de origen muscular (contracturas), nervioso (hernia discal) u ósea (artritis reumatoide).

Además, es muy probable que en algún momento de nuestra vida suframos de lumbago, ya que según estiman los expertos, el 85% de la población padece esta dolencia. Pero tranquilidad, aunque duele y mucho, en la mayoría de los casos la causa que la provoca es benigna.

En cambio, en la lumbociática o ciática, el dolor supera la zona lumbar y se extiende hacía por la parte posterior o lateral de la pierna, llegando incluso hasta el pie. En este caso no hablamos de causas musculares ni óseas, sino de la existencia de una lesión en las raíces nerviosas que salen de la columna lumbar a través del nervio ciático.

El paciente con lumbociática, además de dolor lumbar, puede sufrir dolor en el glúteo, en la zona posterior del muslo o de la rodilla. La ubicación del dolor dependerá de la rama del nervio ciático que se haya visto afectada.

Tratamiento del dolor lumbar

El tratamiento para enfrentar ambas dolencias será también diferente, en función de la causa que esté originando ese dolor, pero hay algunas cuestiones comunes, según explican desde la Fundación Española de Reumatología.

En primer lugar, no abusar del reposo. Pasados dos días, es esencial recuperar la actividad física de forma suave y progresiva, según vayamos experimentando mejoras.

  • Aplicar calor con una manta o almohada eléctrica varias veces al día.
  • Si sentimos contracturada la zona, acudir a un fisioterapeuta puede ser la mejor opción para aliviar el dolor.
  • Y siempre podemos recurrir a los analgésicos como el paracetamol, el metamizol o los antiinflamatorios no esteroideos.

Claves para prevenir el dolor lumbar

Para los especialistas en traumatología, la prevención del dolor lumbar se basa en tres ejes fundamentales: evitar coger pesos, higiene postural y el ejercicio físico.

En nuestra vida diaria cargamos peso, bien cuando vamos a la compra, bien cuando tenemos que coger en brazos a un niño, o bien por cuestiones laborales. Pues bien, la Fundación Española de Reumatología nos da algunas nociones básicas sobre cómo hacerlo.

  • Nada de doblar la espalda para coger algo del suelo. Siempre hay que doblar las rodillas, evitando que éstas roten.
  • Debemos procurar no levantar objetos pesados por encima de los hombros.
  • Si volvemos de viaje o de la compra completamente cargados, hay que repartir el peso entre ambas manos.
  • Y por último, si pesa demasiado no se esfuerce, es mejor buscar ayuda para levantar los objetos pesados.

Higiene postural

Si por trabajo o por cualquier razón debemos permanecer de pie durante mucho tiempo, debemos cambiar de posición a menudo. Podemos alternar nuestro peso en cada pie, o incluso buscando algún apoyo.

  • La espalda siempre recta. Y el calzado ancho, bajo y, sobre todo, cómodo.
  • A la hora de sentarnos, la mejor postura es con ambos pies en el suelo y las rodillas dobladas a la altura de las caderas.
  • Si tenemos que pasar muchas horas al volante, como ocurre con taxistas o camioneros, los reumatólogos aconsejan parar cada dos horas para hacer unos estiramientos.
  • En la cama, además de un buen colchón, las mejores posturas para dormir son boca arriba o de lado.
  • Y cuando limpiemos la casa, cuidado con las malas posturas. Lo mejor es arrodillarse para hacer las camas o usar una banqueta para llegar a los sitios altos.

Y actividad física, fundamental

  • Si ha acudido a un profesional sanitario por el dolor lumbar, probablemente le haya indicado la realización de algún ejercicio. ¡No lo deje! Es esencial para la recuperación. Eso sí, no puede doler nada cuando se realicen los ejercicios.
  • Lo mejor para cuidar nuestras lumbares es la práctica de la natación, sobre todo de espaldas, y la bicicleta estática. También caminar una hora diariamente puede prevenir el dolor lumbar.

Un último detalle, si el dolor lumbar, bien sea ciática o lumbago, se mantiene más de 3 semanas, lo mejor es acudir al médico, si todavía no lo hemos hecho.