Ya va oliendo a primavera. Los días son más largos y el sol comienza a calentar un poco más. En plena pandemia, y después de un invierno duro y frío, lo que más apetece es disfrutar de largos ratos al aire libre bajo el astro rey. Pero aunque abrigos y bufandas sigan acompañándonos en nuestros [...]Leer más...

Ya va oliendo a primavera. Los días son más largos y el sol comienza a calentar un poco más. En plena pandemia, y después de un invierno duro y frío, lo que más apetece es disfrutar de largos ratos al aire libre bajo el astro rey.

Pero aunque abrigos y bufandas sigan acompañándonos en nuestros paseos, no debemos olvidar que la exposición solar puede causar manchas en nuestra piel. Manchas de las que, durante el invierno, y ahora más con las mascarillas, nos olvidamos y lamentamos con el verano.

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Tipos de manchas cutáneas

Según la Fundación Piel Sana, hay tres tipos de manchas que pueden aparecer en nuestra superficie cutánea, y que, con el sol, pueden aumentar su intensidad.

El lentigo senil. Es una reacción de la piel a la radiación ultravioleta, que normalmente se localiza en las zonas más expuestas al sol: la cara, el cuello, el escote y los brazos.

Suelen aparecer a partir de 60 años y normalmente se deben a una vida de largas exposiciones solares e incluso a quemaduras. Y una vez que aparecen, ya no desaparecen, aunque dejemos de tomar el sol.

El melasma, también conocido como “máscara del embarazo”, se caracteriza por la aparición de manchas irregulares en cara, sobre todo en la frente, los pómulos y el labio superior. También puede producirse en cuello o antebrazos. Tienen un tono marrón, más o menos intenso, y son bastante antiestéticas.

Este tipo de machas es muy habitual en las mujeres, y puede aparecer muy pronto, entorno a los 20 años. ¿Por qué? Pues parece que está relacionado con el sistema hormonal femenino, ya que suele aparecer durante el embarazo o por la toma de anticonceptivos.

Es fuente de muchos complejos porque, desafortunadamente, estas manchas pueden durar años y su tono se vuelve más oscuro cuanto mayor es la exposición solar.

• Y, por último, el temido melanoma, un tumor maligno de la piel. Su apariencia nos puede dar pistas para diferenciarlo de otro tipo de mancha. Puede presentar distintos tonos (del marrón claro al negro) y suelen ser manchas con bordes irregulares, mal definidos y una cierta asimetría.

Algunas veces aparecen de forma súbita, pero es habitual que surjan a partir de lunares que ya teníamos. Por ello es importante vigilar cualquier cambio de color, tamaño o simetría de nuestros lunares, y acudir al dermatólogo ante cualquier anomalía.

Salvo el melanoma, el resto de las manchas no revisten gravedad, pero en muchas ocasiones son antiestéticas y, en algunas personas, pueden afectar a su calidad de vida. Así que, aunque las clínicas dermatológicas ya ofrecen una gran cantidad de tratamientos para eliminarlas o minimizarlas, lo mejor según los expertos es prevenirlas.

Y se consigue de una manera sencilla con el uso diario de fotoprotectores, gorro, gafas de sol y evitando la exposición durante las horas centrales del día (entre las 12 y 16 horas). Ya sabemos que son medidas muy conocidas, pero a veces nos acordamos de ellas sólo en verano, o cuando ya ha pasado y nuestra piel queda marcada de zonas híper pigmentadas.

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Cómo tratar las manchas en la piel

Si ya tenemos lentigos y queremos eliminarlos, nos quedan algunos meses antes del verano para hacerlo. La Fundación Piel Sana explica que el tratamiento de este tipo de manchas es sencillo “y con una única sesión pueden resolverse en la mayoría de las ocasiones”.

Los dermatólogos suelen usar la criocirugía en spray, el peeling o el láser para eliminar los lentigos.

En cuanto al melasma, la cosa es más complicada. Una vez que el melasma aparece, lo más probable es que lo siga haciendo cada vez que aumentamos nuestra exposición al sol.

Y es que los expertos en piel aseguran que el “tratamiento tiene que ser continuado a lo largo del año”. Por ello el uso de fotoprotectores se hace imprescindible durante todas las estaciones. Y sí, en invierno también.

Si además de esto, se usan productos despigmentantes 2- 3 veces en semana, mejor. Sabiendo, claro, que estos tratamientos blanqueadores siempre tienen que ser aplicados por la noche si queremos que funcionen. Y en estas fechas también estamos a tiempo de recurrir al láser.

Eso sí, este tipo de tratamientos deben ser realizados por especialistas en dermatología. No vale cualquier láser ni cualquier peeling.