Ahora que las vacunas están llenando de anticuerpos a millones de personas, sobre todo a nuestros mayores, vuelven a la actualidad las preguntas que nos han preocupado desde el principio: ¿Protegen los anticuerpos? ¿Cuánto tiempo duran? ¿Y si se acaban?

Y ahora se hace importante resolver una duda más: si estoy vacunado, con la dosis completa ¿Ya no hay riesgo de contagio? ¿Puedo salir a la calle y ver a la familia sin necesidad de mascarilla, ni de guardar distancias, ni tomar las precauciones que ya nos sabemos de memoria?

Las dos primeras están bastante claras, como explicamos a continuación. Pero la última, la de si una vez vacunados ya no contagiamos, todavía no tiene respuesta.

Los científicos son optimistas en cuanto al funcionamiento de la vacuna en todos los sentidos, pero no tienen datos suficientes para responder a esta pregunta. Y nos tocará esperar a que haya pasado un tiempo prudencial para que podamos tener datos suficientes.

Así que mientras tanto, es mejor que mantengamos la precaución

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El experimento de Wuhan

de Un artículo publicado el día 20 de marzo en la prestigiosa revista ‘The Lancet’, recoge el estudio que comenzó a realizarse el mes de abril del año pasado en la provincia donde se originó la pandemia, Wuhan. Y arroja un poco más de luz sobre el comportamiento de los anticuerpos frente a la Covid-19.

Es la primera encuesta de seroprevalencia a largo plazo que se realiza en Wuhan, y uno de sus coautores, Ren Lili, del Instituto de Biología de Patógenos de la Academia China de Ciencias Médicas y el Colegio Médico de la Unión de Pekín, sintetizaba así sus hallazgos sobre la durabilidad de las respuestas inmunitarias contra COVID-19 durante un período prolongado:

Y no es una cantidad de tiempo limitada. Sólo es el tiempo que va desde las primeras muestras de sangre venosa tomadas del 14 al 15 de abril de 2020, hasta el último control con muestras de sangre tomadas entre el 9 de octubre y el 5 de diciembre. Y ojalá que en el siguiente análisis se sigan manteniendo los anticuerpos, como ocurrió en el test intermedio realizado entre el 11 y el 13 de junio.

Otras cuestiones importantes observadas en este estudio es que los niveles de anticuerpos en pacientes asintomáticos eran más bajos que los de los pacientes confirmados y que sufrieron la enfermedad. Y Llama mucho la atención que según las muestras recogidas, la tasa positiva de contagios en Wuhan fue sólo del 6,9%.

Este nuevo hallazgo viene a confirmar la regla general que se cumple casi siempre:

Y aunque acabemos viendo como bajan los anticuerpos en nuestros análisis, que es algo que acabará ocurriendo pasado un cierto tiempo (también con los vacunados) la protección persiste mucho más tiempo.

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Por eso otra de las importantes novedades en este tema es el protagonismo que están adquiriendo los «linfocitos T killer» en la investigación. Una células capaces de destruir las células infectadas evitando un desarrollo grave de la enfermedad.

También son muy importantes las «células T colaboradoras», que son las que se dedican a estimular la producción de anticuerpos y de «células T asesinas».

Son hallazgos importantes para la tranquilidad, ya que, en principio alguien que haya pasado la infección por coronavirus SARS-CoV-2 en los primeros tiempos de la pandemia, que deje de tener anticuerpos no significa que esté desprotegido. Porque tiene la posibilidad de generarlos como reacción inmediata a la infección. Y según las investigaciones que se manejan en la actualidad se considera que son protección suficiente.

Incluso como dice Annika Karlsson, inmunóloga del Instituto Karolinska en Estocolmo, si los linfocitos T killer «son capaces de matar las células infectadas por el virus antes de que se propaguen desde el tracto respiratorio superior, podrían reducir la transmisión. Porque a menos cantidad de virus, menos carga vírica hacia los demás y menores posibilidades de contagios».

Y las noticias todavía podrían ser mejores, de confirmarse los estudios realizados en el Instituto de Inmunología de La Jolla, en California. Allí, los investigadores están observando que las células T que generan quienes han pasado el SARS-CoV-2 se dirigen al menos a 15 o 20 fragmentos diferentes de proteínas del coronavirus. Y no son siempre los mismos, lo que de confirmarse haría muy difícil que las mutaciones pudiesen escapar del reconocimiento celular. Y eso no parece que ocurra sólo con los anticuerpos.

Así que la importancia de esta investigación no se limita a la duración de la protección, que ya de por sí es trascendental, sino que afecta a la amplitud de esa protección y a la posibilidad de que los linfocitos T nos mantengan a salvo de las nuevas mutaciones.

Por eso 9 meses después, tanto por evitar el contagio como por impedir el posible desarrollo de la enfermedad grave, que el test serológico diga o haya dicho que tengo anticuerpos se sigue considerando una protección muy importante parra mi y para los demás.

¿si tengo anticuerpos soy inmune? ¿Durante cuánto tiempo? ¿en qué condiciones?

Ésa es la gran aportación de lostest serológicos a diferencia de la PCR o del test de antígenos. Que nos va a decir si tengo anticuerpos del coronavirus y, por lo tanto, si he pasado la Covid-19.

Y a partir de ahí buscamos nuevas respuestas: ¿Entonces puedo ir a ver a la abuela? ¿o a mis padres que son de riesgo y llevan meses solos y recluidos en casa? ¿Puedo reunirme con mis hermanos y sobrinos sin riesgo?

Todo se resume realmente en una pregunta que parece ser la gran compensación para quienes ya lo padecieron: si el test serológico dice que tienes anticuerpos ¿puedes contagiar?

Pero ¿si el test lo dijo hace unos meses y ya no lo dice? Si mis anticuerpos se han ido ¿ya no soy inmune? ¿Por qué no salen?

La realidad es que nadie sabe todavía durante cuánto tiempo se mantienen los anticuerpos (IgG). Pero los científicos consideran que los ‘linfocitos T’ siguen ahí y hacen función suficiente para mantenernos a salvo.

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Otra cuestión importante, que va más allá de mi propio riesgo de contagiarme de la Covid-19, es que nos podría abrir la posibilidad de ayudar a los demás. Porque… ¿Y si tengo los anticuerpos del coronavirus y alguien necesita mi plasma?

De todas formas, esta enfermedad acaba de cumplir solo un año. Es demasiado ‘joven’ y sólo estamos comenzando a tener las primeras respuestas a todas esas preguntas. Queda mucho camino por andar, aunque la investigación científica continúe avanzando en su conocimiento y sacando conclusiones… Que parecen muy bien encaminadas, es cierto, pero que aún es necesario verificar. Y podrán cambiar una o varias veces.

Por eso actualizamos este artículo cada pocos meses. y siempre supervisado por nuestra comisión científica.

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Test serológico

La prueba en cuestión que todo el mundo se quiere hacer se llama ‘test serológico de anticuerpos en sangre para el virus COVID-19’.

Y es importante saber que esta prueba, a diferencia de la hoy famosa PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa) no detecta directamente el virus sino nuestra respuesta inmunológica contra el patógeno.

Por eso podemos saber, a cambio de un poco de nuestra sangre, si hemos tenido dentro el SARS-CoV-2 y nuestro sistema inmunitario ha generado anticuerpos para combatirlo. Lo que sería tener IgG positivo. Tener anticuerpos del coronavirus.

Por cierto, sobre la cantidad que le diga su prueba no saque conclusiones por su cuenta, porque hay mediciones diferentes y se manejan cifras distintas según ‘el fabricante’.

Así que, en cuanto a la manera de proceder una vez tenga el resultado, ¡calma!

Porque las respuestas siguen sin ser científicamente claras, aunque ya tenemos estudios que comienzan a darnos esperanzas.

Tenga en cuenta que sólo algunos anticuerpos son capaces de luchar contra el virus y derrotarlo: los anticuerpos neutralizantes. Y el siguiente paso para los investigadores es identificarlos y saber qué cantidad de ellos se necesita para bloquear el virus y prevenir la reinfección.

Por eso los científicos llevan tiempo trabajando en el desarrollo de una prueba de anticuerpos neutralizantes que permita evaluar a muchos pacientes y dé un resultado fiable de quién es realmente inmune.

Mientras, y es un nuevo aviso para quienes celebran sus cifras de anticuerpos en el papelito con el resultado del análisis, es necesario saber que tener anticuerpos, de momento, no significa con certeza absoluta ser inmune y estar completamente a salvo. Por muy buena pinta que tenga. Que la tiene.

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Primera conclusión: sí genera anticuerpos

El primer gran estudio científico sobre los anticuerpos está publicado en MedRxiv y, aunque aún no ha sido revisado por expertos, es tan fiable como todo lo que aparece en esta publicación científica.

En este estudio han llegado a la conclusión de que casi todas las personas que han tenido la enfermedad Covid-19, independientemente de la gravedad con que la hayan pasado y de su edad o sexo, producen anticuerpos contra el virus.

Y aunque todavía no está claro cuánto tiempo duran, lo podemos considerar una muy buena noticia.

Porque los anticuerpos son moléculas inmunes producidas por nuestro organismo para combatir los patógenos, y cuando hay una presencia real de anticuerpos en la sangre, habitualmente eso significa que existe al menos cierta protección contra el ‘invasor’.

Tan es así que los funcionarios de salud de varios países, incluido Estados Unidos, han depositado grandes esperanzas en los test serológicos como pruebas que identifican los anticuerpos, porque teóricamente podrían permitir decir en el futuro (si se confirma) quién es inmune y puede desarrollar una actividad completamente normal.

Inmunidad de escudo

Existen ya investigaciones que hablan de una estrategia según la cual las personas inmunes podrían reemplazar a las personas vulnerables, especialmente en entornos de alta transmisión como los hospitales.

Se trataría de crear así lo que los investigadores llaman «inmunidad de escudo» en la población, tal y como aparece publicado hace unas fechas en la revista ‘Nature Medicine’.

Sería una de las consecuencias fundamentales de la inmunidad, si se llega a comprobar, tanto para la salud como para la economía.

No olvidemos que hasta ahora seguimos viendo que la mitigación y la supresión de nuevos casos de infectados sólo parece lograrse con estrategias que se centran en limitar las interacciones entre humanos. Y eso podría ser social y económicamente insostenible a largo plazo.

Así que este equipo de científicos ha desarrollado y analizado un modelo de intervención epidemiológica que aprovecha las pruebas serológicas para identificar y desplegar individuos recuperados en sustitución de otros vulnerables, “con el objetivo de desarrollar la ‘inmunidad de escudo’ a escala poblacional”.

El objetivo es ayudar a mantener la actividad necesaria para el funcionamiento de los bienes y servicios esenciales, a la vez que se reduce la probabilidad de transmisión.

Los investigadores aseguran que “Nuestro enfoque de ‘inmunidad de escudo’ podría reducir sustancialmente la duración y la carga general del brote actual”. Sobre todo, teniendo en cuenta que es una fórmula perfectamente compatible con el distanciamiento social.

Pero este modelo, como tantas otras cosas de nuestra relación presente y futura con esta pandemia, depende fundamentalmente del valor que realmente tengan las pruebas serológicas como parte de las estrategias de intervención.

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Estudios mayores

Hasta ahora varios estudios pequeños habían dado razones para esperar que las personas que han tenido Covid-19 tengan también algo de inmunidad durante un período de tiempo.

Pero una nueva investigación, la más grande hasta el momento, llega a conclusiones esperanzadoras con resultados de 1.343 personas, aunque toda ella se ha desarrollado en y alrededor de la ciudad de Nueva York.

El estudio alivia la inquietante preocupación de que solo produzcan anticuerpos las personas que han estado gravemente enfermas. Y llega a afirmar que incluso las personas que solo tuvieron síntomas leves produjeron una cantidad saludable de anticuerpos. Y ocurre, según han comprobado, “independientemente de la edad y el sexo”.

Esta investigación llevada a cabo por el equipo del Dr. Krammer, realmente muestra que la mayoría de las personas desarrollan anticuerpos y que existe una muy buena correlación entre esos anticuerpos y su capacidad para neutralizar el virus.

El proyecto que lidera la Dra. Ania Wajnberg, también fue aprendiendo según avanzaba.

En un primer grupo de donantes, solo el 3 por ciento de los participantes habían sido atendidos en urgencias o habían sido hospitalizados. Los sujetos restantes tenían sólo síntomas leves o moderados, en lo que ha sido, según dice la doctora, «el grupo más grande analizado de personas descritas con enfermedad leve, que yo sepa.»

Inicialmente requerían que los donantes potenciales estuvieran libres de síntomas durante solo tres días, pero luego lo extendieron a 14 días.

El equipo evaluó a 624 personas que dieron positivo y se recuperaron. Al principio, solo 511 de ellos tenían altos niveles de anticuerpos. 42 tenían niveles bajos y 71 no tenían ninguno.

Sin embargo, cuando 64 de los sujetos con niveles bajos o sin niveles se volvieron a analizar más de una semana después, todos menos tres tenían al menos algunos anticuerpos.

Eso sugiere que el momento de la prueba de anticuerpos puede afectar en gran medida los resultados. Y aunque no estaban investigando eso en concreto, han encontrado evidencias suficientes para decir que probablemente 14 días también sea demasiado pronto para que se detecten los anticuerpos.»

Incluso hubo una diferencia entre los niveles a los 20 días frente a los 24 días, por lo que sugieren que el momento óptimo para una prueba de anticuerpos es mucho después de que terminen los síntomas. Al menos tres semanas después», dijo la Dra. Wajnberg.

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Convencidos, pero sin anticuerpos

Debido a que las pruebas para diagnosticar la infección por coronavirus no estaban disponibles para la mayoría de las personas en la ciudad de Nueva York en el mes de marzo, los investigadores incluyeron en su estudio a otras 719 personas que sospechaban que tenían Covid-19 en función de los síntomas y la exposición al virus, pero en quienes la enfermedad no había sido diagnosticada.

En este grupo, los investigadores encontraron una imagen completamente diferente. La mayoría de estas personas, el 62 por ciento, no parecía tener anticuerpos.

Algunos de ellos pueden haber sido probados demasiado pronto después de su enfermedad para detectar anticuerpos. Pero la gran mayoría probablemente confundieron la gripe, otra infección viral o incluso alergias, con la Covid-19.

«Creo que literalmente todos en Nueva York piensan que han tenido el virus, y la gente no debería asumir que la fiebre que tuvo en enero era Covid y por eso ahora es inmune». dijo la Doctora Wajnberg.

Con anticuerpos, pero no diagnosticados

Otros expertos quedaron más impresionados por el porcentaje de personas que resultaron tener anticuerpos, a pesar de que el coronavirus nunca había sido diagnosticado en ellos.

El número sugiere que hay una gran cantidad de infecciones no diagnosticadas, como demostraría, por ejemplo, una encuesta de anticuerpos realizada por funcionarios del estado de Nueva York, que encontró que el 20 por ciento de los residentes de la ciudad habían sido infectados.

Otro hallazgo del estudio es que las pruebas de diagnóstico de PCR pueden ser positivas hasta 28 días después del inicio de la infección. Y ese dato también resulta importante, porque hace falta saber, ¿cuánto tiempo necesita el cuerpo para eliminar el virus? ¿Durante cuánto tiempo son contagiosas las personas?

Y la realidad es que aún no tenemos esas respuestas.

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El caso de Corea del Sur

En cualquier caso, los científicos piensan que es muy poco probable que una prueba que dé positivo tanto tiempo después de que hayan aparecido los síntomas sea realmente un virus infeccioso.

Recientemente, los investigadores en Corea del Sur anunciaron que varios casos sospechosos de «reinfección» que habían aparecido, sólo fueron el resultado de pruebas de PCR que estaban recogiendo restos de virus muertos, y no infecciones reales.

El Dr. Krammer lo explica con ejemplos muy ilustrativos, como que el material genético del virus del sarampión puede aparecer en las pruebas seis meses después de la enfermedad. Y se sabe que los fragmentos genéticos de los virus Ébola y Zika persisten aún más tiempo en el cuerpo.

Aun así, los médicos consideran que hasta que haya una confirmación al respecto, es prudente que todos procedan como si una prueba de PCR positiva significara virus contagioso. Y pasen a estar aislados.

El siguiente paso

Ahora los expertos consideran que el siguiente paso sería confirmar que la presencia de anticuerpos en la sangre significa protección contra el coronavirus. Y eso depende, como decíamos al principio, de un subconjunto de anticuerpos que son los llamados anticuerpos neutralizantes.

Y aunque son varios los virólogos que consideran que lo más probable es que sí lo sean, hace falta una mayor evidencia científica para poder afirmarlo.

Pero la primera aproximación real la pone un trabajo del Dr. Krammer, admitido para publicar en ‘Nature Medicine’, que asegura que sus investigadores encontraron en aproximadamente una docena de personas, incluidas algunas que tenían síntomas leves, que el nivel de anticuerpos en la sangre correspondía al nivel de actividad neutralizante.

Por lo tanto, todos los que producen anticuerpos probablemente tengan cierta inmunidad al virus, dijo el Dr. Krammer: «Estoy bastante seguro de esto».

De todas maneras, aún no hay certeza científica de ello y puede que esté ya en marcha otra forma de evaluar la inmunidad, que sería mostrar que los anticuerpos purificados pueden prevenir la infección por coronavirus en un animal.

Pero quizás la pregunta más urgente, especialmente a medida que aumentan las investigaciones sobre vacunas, es cuánto tiempo podría durar esa inmunidad.

Incluso si los niveles de anticuerpos caen con el tiempo a niveles indetectables, siempre existe la posibilidad de que las personas pueden conservar cierta protección contra el coronavirus.

Las células inmunes llamadas células T, son soldados valiosos en la lucha contra los patógenos, y al menos un estudio ha demostradoque el coronavirus provoca una fuerte respuesta de estas células.

Las llamadas células de memoria, o células B, también pueden ponerse en marcha cuando se encuentran con el coronavirus, produciendo más anticuerpos.

Sin embargo, en última instancia, la respuesta a la duración de la inmunidad vendrá solo con paciencia.

A menos que alguien haya encontrado alguna manera de acelerar ese proceso, la única forma de saberlo es siguiendo a estos pacientes a lo largo del tiempo.

Y haciendo un seguimiento muy importante a los posibles casos de reinfección, con las complicaciones que ello puede representar para la vacuna.

Pero todo lo que está escrito en ese artículo es… a día de hoy. Porque estamos hablando de un virus con sólo meses de vida, muy desconocido aún y que todavía nos puede dar muchas sorpresas.

Así que iremos actualizando su contenido con la comprobación de nuestra comisión científica, para asegurarnos de que lo publicado sigue vigente.

Y la última revisión está realizada el 7 de abril de 2021.