La previsión meteorológica para este fin de semana anuncia una subida importante de las temperaturas. Y cuando el calor aprieta nuestra salud se puede resentir si no mantenemos unos buenos niveles de hidratación.

La Fundación Española del Corazón (FEC) alerta de que las altas temperaturas favorecen la aparición de deshidratación y tiene graves consecuencias sobre nuestra salud, especialmente entre los ancianos, los niños y las personas que padecen insuficiencia cardiaca.

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La deshidratación se produce cuando nuestro organismo utiliza o pierde más líquido del que se ingiere. La falta de agua y líquidos dificulta que nuestro cuerpo realice las funciones normales y no reponerlos a tiempo nos deshidratará.

Cuidado con los niños y los más mayores

Por norma general, la sed es el indicador de que necesitamos agua. Pero en algunas ocasiones y en determinados grupos de edad esta necesidad puede pasar desapercibida por diversas causas.

En el caso de las personas mayores hay que tener en cuenta que, con los años, se va perdiendo el control de líquidos por disminución del estímulo de la sed, a veces acompañado de una disminución de la función del riñón por esclerosis o envejecimiento.

Además, estas personas no suelen manifestar sus síntomas hasta que el proceso está muy desarrollado, lo que agrava su estado.

Otro de los grupos a los que hay que prestar una especial atención durante los días de más calor son los niños, ya que necesitan más agua en su organismo, el 65% de su peso total, y en muchos casos son incapaces de expresar que tienen sed, lo que puede conllevar la aparición de diarrea.

Y es que como avisa el cardiólogo, «la diarrea en los niños es una de las principales causas de deshidratación infantil y es la responsable del 54% de la mortalidad infantil en el mundo».

También las personas con insuficiencia cardíaca y algunas otras enfermedades crónicas deben extremar la precaución cuando la canícula aprieta.

Desde la Sociedad Española del Corazón recuerdan que este tipo de pacientes no deben hacer ejercicio al aire libre en condiciones de mucho calor y humedad, porque su corazón tiene una menor capacidad de reserva para eliminar el calor del cuerpo y puede sobrecargarse.

Además, no hay que olvidar que muchas personas con insuficiencia cardíaca toman diuréticos para controlar los niveles de líquido del cuerpo.

Pero no debemos olvidar que cualquiera puede sufrir una deshidratación. En los jóvenes y personas de edad media, las causas más habituales de la deshidratación son la pérdida aguda o crónica por sudoración provocada por el calor y el ejercicio físico.

Si en condiciones habituales cada persona pierde por la piel y la respiración más de medio litro de agua, cuando aumenta la temperatura ambiente o hace un ejercicio físico importante, estas pérdidas pueden elevarse hasta el litro y medio causando entonces un cuadro de deshidratación que es necesario compensar con la ingesta de agua o líquidos que contengan los electrolitos que suelen perderse acompañando a aquella.

Síntomas de la deshidratación

Las molestias o síntomas de la deshidratación se inician con sensación de cansancio, mareos, cifras bajas de presión arterial taquicardia, seguidas de contracturas musculares o calambres, y pueden llegar a aparecer convulsiones, entrada en coma o pérdida total del conocimiento y en casos extremos provocar la muerte.

Pero estos síntomas pueden variar según la edad e identificarlos a tiempo es fundamental.

En bebés y niños pequeños los signos de alerta son:

En personas mayores los síntomas pueden ser:

La deshidratación afecta al rendimiento intelectual

El agua está presente en las células que constituyen todos nuestros órganos y también en líquidos como la sangre, la orina o la bilis. Es por ello, que se calcula que la necesidad diaria de líquidos ronda aproximadamente los dos litros.

En este sentido, cabe destacar que diversos estudios muestran que los españoles no destacamos por tener una buena hidratación.

Un ejemplo de ello es el estudio realizado por Millward Brown, ‘Bebidas, motivaciones e hidratación‘, que afirma que el 36% de los españoles asegura consumir menos líquido del recomendado, siendo esta situación más agravante en los hombres, cuyo porcentaje se eleva al 43%.

Además, una buena hidratación no sólo influye en el cuerpo, sino también en la mente. Recientemente se ha observado que la deshidratación causa una contracción del tejido cerebral que se asocia a un aumento del volumen ventricular, llegando a afectar negativamente en la respuesta de nuestro cerebro a una actividad intelectual.

Así, procesos mentales como la memoria, el aprendizaje o la capacidad de atención pueden disminuir por la falta de líquidos, sobre todo cuando el cuerpo sufre pérdidas de más del 2%.

Así que, «para evitar que el calor perjudique a nuestra salud, desde la FEC recomendamos una hidratación constante aunque no se tenga la sensación de sed», concluye el experto.