Antes o después va a pasar. La lava avanza inexorablemente hacia el océano y eso supone un importante peligro para la salud de todos los que puedan verse afectados por los efectos de ese “impacto”.

Es cierto que de momento la lava en La Palma se ha ralentizado y solo avanza a unos 20 metros por segundo, según dicen los expertos. Pero en dos o tres días llegará. Y será uno de los momentos cruciales de este volcán y sus consecuencias para la salud.

Porque la lava, que se encuentra a unos 1.100 grados centígrados, entrará en contacto con el agua del océano que en esos momentos estará a unos 20-21 grados.

Y como el agua del mar está compuesta de sodio, cloruro, magnesio, azufre, calcio, potasio, bicarbonato, bromo, estroncio, boro y flúor, el vapor que se producirá no será un inofensivo vapor de agua.

Sobre el mar se elevarán enormes columnas de humo que serán tóxicas y corrosivas para las personas.

Tanto que en la última erupción terrestre de La Palma, hace 50 años, murió una persona por inhalar gases a pocos kilómetros de donde se habían juntado la lava y el mar.

La dirección del viento será fundamental

Los peligros que pueden existir una vez que lleguemos a ese momento son abundantes.

Y muchos de ellos dependerán de la dirección en la que sople el viento y de su fuerza.

Las predicciones para el fin de semana pronostican que la velocidad del viento no supere los 11 kilómetros por hora. Y es previsible, por las fechas en las que estamos, que como es época de alisios el viento sople hacia el mar en la zona del «impacto».

Un dato que ayuda a pensar que la nube tóxica pueda alejarse de la tierra, con lo que las consecuencias de los gases que pueda emitir serían menores y habría menos peligro.

¿Qué gases tóxicos aparecerán?

Ya sabemos que la temperatura es uno de los mayores peligros a los que nos enfrentamos cuando hay una erupción. Pero hay una serie de gases invisibles, e incluso inoloros, que también ponen en riesgo la salud de las personas.

Cada volcán es único. Y según el tipo de erupción, los gases que emite también cambian. Pero por la propia composición del agua del mar la emisión de gases se agrava cuando la lava alcanza la costa.

En el instante en que entre en contacto con el agua habrá un choque de temperaturas enorme que creará gigantes columnas de vapor. Una niebla intensa cuyo gas principal es el vapor de agua, ya que el mar se evaporará muy rápidamente, pero no es el único.

En esa columna de niebla habrá gases tóxicos que se liberarán en grandes cantidades. Y el riesgo aumenta con determinadas condiciones meteorológicas, que pueden arrastrar esa nube a muchos kilómetros de distancia. Tantos que está previsto que llegue a la península.

Ácido clorhídrico, que puede ser mortal

El ácido clorhídrico es uno de los gases más peligrosos que van a aparecer en el momento del impacto. Un ácido que en España es comúnmente conocido con el nombre de salfumán. Tiene un olor muy molesto e irritante y es particularmente nocivo para la salud.

Se trata de un gas que es tóxico para todos los tejidos.

Los síntomas iniciales con concentraciones bajas son irritación de ojos y garganta. Pero si las concentraciones son altas y hay personas cerca, el ácido clorhídrico provoca dificultad respiratoria, acumulación de líquido en los pulmones y, de no remediarse, puede conducir hasta la muerte.

Ácido fluorhídrico

Es otro gas importante que habrá que tener en cuenta cuando la lava entre en contacto con la mar.

Se trata de una molécula que tiene una gran capacidad de penetración en los tejidos y es muy corrosiva.

Pero cuidado, porque si bien el olor del ácido fluorhídrico es habitualmente fuerte, puede alcanzar concentraciones tóxicas en los pulmones sin que lleguemos a darnos cuenta.

Además, es probable que no sintamos irritación en el momento, porque en ocasiones este ácido reacciona con el sistema nervioso provocando que el dolor no aparezca hasta horas después.

En concentraciones bajas y durante poco tiempo, los mayores efectos sobre la salud al respirar ácido fluorhídrico son la irritación de garganta, bronquios y pulmones.

Pero si estamos más tiempo o lo que respiramos tiene una concentración mayor, se obstruyen las vías respiratorias, aparece la dificultad para respirar y, en casos graves, llena de líquido los pulmones. En casos más graves puede llegar a provocar la muerte.

Cristales minúsculos que se pueden clavar en los pulmones

Existe otro peligro en la nube que se produce cuando la lava llega al mar.

En ese momento la lava se cristaliza a gran velocidad y aparece el peligro de que pueda crear cristales minúsculos que flotan en el aire.

Si eso se produce, las personas que se encuentren cerca podrían acabar respirando estos cristales, llegando hasta los pulmones y pudiendo causar lesiones de diferente gravedad.

Los peligros del derrumbe del «delta»

Otro de los grandes peligros que puede aparecer en ese momento es el derrumbe del «delta».

El delta es la tierra «nueva» que se va creando conforme la lava entra en el mar.

Pero este flujo de lava puede no crear unos cimientos adecuados, y aparece el peligro de que pueda colapsar. Y si eso ocurre, provocará que en un instante enormes volúmenes de lava entren en contacto con el agua. Y esto ocasionaría la creación de una gran nube ácida muy rápido, pudiendo provocar también explosiones.

El desplome de un «delta» también puede provocar grandes olas a temperaturas muy altas. La lava impacta directamente y mueve gran cantidad de agua, a la par que la calienta, con los destrozos que tanto la ola como su temperatura podrían provocar.