Un grupo de investigadores de la Universidad de California (UCLA) en San Francisco (Estados Unidos) ha logrado implantar en la cabeza de una paciente, con éxito y por primera vez, una especie de marcapasos para el cerebro. Lo que médicamente se denomina implante neural y que podría revolucionar el tratamiento de la depresión y hasta conseguir su curación.

Un avance muy importante porque estamos hablando de uno de los trastornos más presentes en el mundo: afecta a más de 264 millones de personas, según la OMS, y es una de las principales causas de discapacidad. Sólo en España, según datos del Ministerio de Sanidad de este año, afecta al 6,7% de la población. Y se da más del doble en mujeres (9,2 %) que en hombres (4 %).

La investigación, que acaba de ser publicada en la prestigiosa revista científica Nature, se centra en la historia de Sarah, una mujer de 36 años con depresión severa desde que era niña.

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Sarah ha tenido una vida difícil y a lo largo de toda su historia ha sido tratada con distintas terapias psicológicas, siempre con poco éxito.

– «Estaba muy deprimida. La mía no era una vida que valiera la pena vivir», cuenta Sarah, a quien le ha cambiado la vida radicalmente tras ser intervenida con un ‘marcapasos cerebral’.

Ahora, tras ser intervenida ha recuperado la esperanza Le han colocado un marcapasos en el cerebro desarrollado por científicos de UCLA San Francisco, pionero en el mundo y que promete cambiar la forma en la que se trata la depresión, sobre todo en los casos más graves.

¿Cómo funciona el marcapasos cerebral?

El primer paso para implantar el marcapasos cerebral es identificar el patrón específico de la actividad cerebral, lo que se conoce como biomarcador, y que es responsable de la aparición de los síntomas de la enfermedad.

Los indicios de esta enfermedad incluyen sentirse triste o ansioso, irritabilidad, dolor de cabeza, malestar o dificultad para concentrarse.

Sin embargo, no en todos los pacientes se manifiesta la enfermedad de la misma forma. Y como afirma la principal autora del estudio, la doctora Katherine Scangos. «La depresión de una persona puede ser muy diferente a la de otra».

Sarah tuvo que someterse a una exploración durante 10 días en los que llevo electrodos para medir su actividad neurológica. Posteriormente a ese estudio, transmitió a los profesionales sanitarios cómo se estaba sintiendo emocionalmente durante todo ese periodo. Y en ese tiempo los médicos lograron identificar el biomarcador que provocaba los síntomas de su depresión.

«La efectividad de esta terapia mostró que no sólo identificamos el circuito cerebral y el biomarcador correctos, sino que pudimos replicarlo en una fase posterior completamente diferente en el ensayo utilizando el dispositivo implantado», asegura Scangos.

¿Nuevo tratamiento para la depresión?

La investigación hace hincapié en que la efectividad de este tratamiento para la depresión severa podría no ser extrapolable a los pacientes en general. El biomarcador podría no ser universal y, por lo tanto, tendría que ser adaptado a cada una de las personas con este trastorno.

Sin embargo, el equipo científico ya se ha puesto en marcha para tratar a más pacientes y poder confirmar así que este marcapasos cerebral es el presente y futuro para curar la depresión.

«Necesitamos observar cómo estos circuitos varían entre pacientes y repetir este trabajo varias veces. Y necesitamos ver si el biomarcador o circuito cerebral de un individuo cambia con el tiempo a medida que continúa el tratamiento», continúa la doctora Katherine Scangos.

«Un nuevo camino esperanzador»

Incluso si nos ponemos en lo peor y hay que realizar marcadores personalizados, que como comenta Nature llevan únicamente diez días de estudio, estamos ante una esperanza para los pacientes con depresión severa y resistente a los tratamientos más convencionales.

En la actualidad, la depresión se trata con psicoterapia, tratamiento farmacológico como antidepresivos o ansiolíticos, o electroconvulsivo. Esta técnica, con anestesia, es para aquellos pacientes con casos más graves.

Sin embargo, el marcapasos cerebral allana el camino para una cura más efectiva para la depresión severa. «Hemos desarrollado un enfoque de medicina de precisión que ha manejado con éxito la depresión resistente al tratamiento de nuestra paciente (Sarah) al identificar y modular el circuito en su cerebro que está asociado de manera única con sus síntomas».

Un nuevo tratamiento esperanzador, aún con mucho trabajo por delante, y que ya ha cambiado el futuro de la primera paciente tratada con el marcapasos cerebral.

– «Este estudio señala el camino hacia un nuevo paradigma que se necesita desesperadamente en psiquiatría», concluye Scangos.