Era una decisión que se estaba esperando y ya ha llegado. Ayer, el Comité de Medicamentos de Uso Humano de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) anunciaba la autorización para extender la vacunación frente al SARS-CoV-2 con el preparado Comirnaty en niños de 5 a 11 años.

El primer paso está dado. Ahora toca a los gobiernos de los países de la Unión decidir si va a hacer efectiva la vacunación de los más pequeños. De momento el Ministerio de Sanidad no se ha pronunciado, pero entre los padres han empezado a surgir las dudas.

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Por ello, el Comité de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP) ha realizado un comunicado con dos objetivos: el primero mostrar su posicionamiento favorable a la vacunación de los menores, y segundo aclarar las lógicas dudas de los padres y madres.

El posicionamiento es claro. Una vez que la vacuna esté aprobada por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), el Comité de Vacunación de la AEP recomienda la vacunación de todos los niños de este grupo de edad en base a los siguientes puntos:

Frecuencia de infecciones y de transmisión en niños

Los expertos en pediatría reconocen que no se conoce con exactitud qué porcentaje de niños ha sido infectado por el SARS-CoV-2, «dado que hasta un 50 % de los casos pueden ser asintomáticos».

Al contrario de lo que se pensaba al inicio de la pandemia, «los niños no han sido el grupo que más ha influido en el comportamiento comunitario de la infección por SARS-CoV-2».

Las evidencias científicas obtenidas durante todos estos meses han revelado que los niños se infectan y transmiten la enfermedad en menor grado que los adultos.

De hecho, según la AEP, «dentro de los niños, tanto la transmisibilidad de la infección como la posibilidad de infectarse son más bajas en los niños más pequeños que en los adultos y adolescentes».

Estas diferencias entre los grupos de edad pueden deberse a las conductas de cada uno. Los más pequeños pasan más tiempo en casa o al aire libre, mientras que según van creciendo es más normal que realicen actividades grupales lo que incrementa el riesgo de infección.

«En ese mismo escenario, los niños más pequeños se infectan en una proporción pareja a la de los adultos. Esto significa que, en las circunstancias actuales, en la que los niños representan una proporción sustancial de la población no vacunada, la infección pueda desplazarse hacia ellos y puedan llegar a constituirse en un eslabón fundamental para la circulación de SARS-CoV-2», explican los expertos.

Gravedad de la enfermedad en población infantil

Afortunadamente, el porcentaje de niños afectados de gravedad por el coronavirus es mucho que en los adultos. Y si hablamos de letalidad el número de fallecimientos extraordinariamente baja.

Según los datos de la AEP, en España, la tasa de hospitalizaciones en los niños es 4-6 por mil infectados, la de ingresos en las UCI pediátricas de 3-4/10.000 y la letalidad extraordinariamente baja, de 2- 4 entre cada 100.000.

«Con todo, y teniendo en cuenta que un gran número de niños ha adquirido la infección desde el inicio de la pandemia, se han producido, en nuestro país, al menos, 6.000 hospitalizaciones, 300 ingresos en UCIP y 37 fallecimientos por Covid-19, la mitad de ellos en menores de 10 años», subrayan los pediatras.

Esta carga de enfermedad por SARS-CoV-2 justifica, en opinión del CAV-AEP, la vacunación de todos los niños, siempre que existan vacunas con inmunogenicidad, efectividad y seguridad apropiadas.

Preparados vacunales y balance riesgo/beneficio

En este momento hay dos vacunas aprobadas para niños mayores de 12 años, la vacuna Comirnaty (Pfizer & BioNTech) y la vacuna Spikevax (Moderna).

Ambas han demostrado una eficacia del 100 % y escasos efectos secundarios que en los ensayos clínicos han sido sobre todo reacciones locales en el sitio de la inyección, cefalea y cansancio.

El 29 de octubre de 2021, en Estados Unidos la FDA dio su visto bueno a la vacuna Comirnaty para niños de 5 a 11 años de edad.

«La vacuna aprobada para estas edades contiene solo un tercio (10 μg) del ARNm de las vacunas aprobadas para niños mayores y adultos (30 μg)», explican. Esta misma vacuna se ha aprobado también en Canadá.

La autorización de emergencia de la vacuna de la EMA se ha basado en los datos de un estudio aún en marcha, que demuestra que la inmunogenicidad es similar a la de los niños mayores vacunados y la eficacia frente a Covid-19 del 90,7 %.

Y en base a estos datos los pediatras españoles aseguran que «es una vacuna segura, cuyos efectos secundarios han sido leves y se han limitado a dolor e hinchazón en el sitio de la inyección, cansancio y fiebre poco elevada».

¿Y la miocarditis?

Uno de los asuntos que puede crear recelo entre los padres es los casos de miocarditis, pocos, que se han producido tras la vacunación con Moderna en los niños de 12 o más años.

Los pediatras de la AEP explican que «la frecuencia de esta complicación es 1-5 casos/100.000, aparece, sobre todo, entre los 2 y 4 días después de la segunda dosis y ocurre con más frecuencia en varones de 16-29 años».

«Aun considerando esta complicación, el balance beneficio/riesgo es netamente favorable a estas vacunas en los adolescentes, ya que la miocarditis es más frecuente tras la infección que tras la vacunación», aseveran los expertos.

Los pediatras dicen ‘si’ a la vacuna

Analizados todos estos datos, los especialistas del Comité de Vacunas de la AEP lo tienen claro. Lo más recomendable es vacunar a los niños.

Y ponen el énfasis en un aspecto, y es que «la incidencia acumulada de infecciones por SARS-CoV-2 es más alta en los niños menores de 11 años que en cualquier otro grupo de edad».

«Considerando que la ocurrencia de la miocarditis asociada a las vacunas de ARNm disminuye con la edad de los niños, y teniendo en cuenta la menor cantidad de ARNm en el preparado para niños, es muy probable que el riesgo de esta complicación sea mucho menor que tras la vacunación de adolescentes y adultos jóvenes, mejorando así el balance beneficio/riesgo de la vacunación en niños de 5-11 años».