El término vasculitis engloba un conjunto de enfermedades cuya característica principal es la inflamación de los vasos sanguíneos. Y entre ellas se encuentra la arteritis temporal de células gigantes.

Estamos hablando de enfermedades autoinmunes sistémicas poco frecuentes y de gran complejidad. Y en este tipo de patologías se produce una disminución del flujo vascular o una interrupción completa del mismo.

Los especialistas de la Sociedad Española de Reumatología (SER) explican que hasta ahora se han identificado 11 tipos de vasculitis, entre ellas la arteritis temporal de células gigantes.

Los reumatólogos diferencian todos estos tipos en función del tipo de vaso sanguíneo al que afecten (arterias, arteriolas, venas, capilares…).

Por eso los expertos hablan de vasculitis de vaso grande, de vaso mediano y de vaso pequeño.

Arteritis temporal de células gigantes

En el caso de esta patología los vasos sanguíneos que se inflaman son las arterias de mediano y gran calibre, con una predilección especial por las arterias craneales derivadas de la arteria carótida y que irrigan territorios extracraneales.

Afecta principalmente a personas mayores de 50 años y su incidencia aumenta con la edad, alcanzando un pico máximo entre los 70 y los 79 años.

Y como en prácticamente todas las enfermedades autoinmunes, es más frecuente en mujeres, según explica el doctor Javier Loricera, del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander).

Además, la arteritis temporal de células gigantes es el tipo de vasculitis más común en Europa y América del Norte.

Síntomas

Los síntomas más característicos de esta patología son:

  • Dolor de cabeza. Los pacientes suelen localizar el dolor en la zona de las sienes.
  • Cansancio mandibular al comer.
  • Alteraciones visuales como visión doble, pérdida de visión de algún ojo, visión borrosa y hasta ceguera.
  • Dolor de hombro.
  • Dolor en las caderas.

¿Cómo se diagnostica este tipo de vasculitis?

Como reconocen desde la SER, el diagnóstico de las vasculitis puede llegar a ser muy complejo.

La forma más habitual para abordar al paciente con síntomas es realizar "muchas pruebas complementarias además de la historia clínica completa, así como pruebas analíticas generales".

En el caso concreto de la arteritis de células gigantes, la mejor forma de confirmar el diagnóstico es realizar una biopsia de la arteria temporal.

¿Se puede tratar?

Cada tipo de vasculitis va a requerir un tratamiento personalizado, en el que también habrá que tener en cuenta otras consideraciones, como explican desde la SER:

  • "El grado de afectación sistémica
  • Factores individuales del paciente como la edad
  • La presencia de otras enfermedades concomitantes, etc".

Aunque en general son los inmunosupresores o los corticoides los fármacos más utilizados, como precisa el doctor Loricera...

"El seguimiento por parte del reumatólogo es fundamental para vigilar de forma rigurosa la evolución de la enfermedad, instaurar un tratamiento óptimo precoz y evitar posibles complicaciones como la ceguera. En concreto, el tratamiento fundamental de esta enfermedad son los corticoides, aunque en los últimos años se han desarrollado nuevos fármacos".

El especialista también recalca que "con un manejo adecuado por parte del reumatólogo y con un tratamiento correcto, la mayoría de las vasculitis logran una evolución aceptable".