El sacerdote Fabrício Rodrigues, de Marabá, ciudad del estado brasileño de Pará, se ha hecho popular de la noche a la mañana debido a un vídeo publicado en TikTok y que ya corre por todas las redes sociales. En la grabación se le puede ver en plena misa, concretamente en el momento de la comunión.

Hasta ahí todo normal. Mientras se prepara para la Eucaristía, un músico toca la guitarra de fondo cuando una cuerda del instrumento se rompe, pese a lo cual siguió tocando y cantando. Es entonces cuando al cura le entra un ataque de risa y, por más que lo intenta, no puede parar de reír.

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El vídeo, que se ha convertido en viral, muestra cómo intenta recuperar la seriedad que debe acompañar la liturgia, pero no puede evitar que le asome la sonrisa. Finalmente logra recuperar la compostura y acaba bebiendo del cáliz. Y es que ya se sabe que cuando a uno le entra la risa tonta, no hay Dios que la pare. En el caso de este sacerdote sí, pero le costó... Dios y ayuda.