Esta semana se cumplirán 13 años de un curioso acto de protesta llevado a cabo en Alicante que, aunque parezca descabellado, guarda una posible relación con el reciente asalto al Capitolio. En la madrugada del 29 al 30 de enero de 2008, varias personas accedieron de forma clandestina al Castillo de Santa Bárbara, retiraron la bandera española y la cambiaron por una pirata.

El grupo reivindicó el "secuestro de la bandera" mediante el envío a los medios de comunicación de un correo electrónico en el que se hacía llamar Luther Blissett y donde explicaba que la habían sustituido "por la que creemos que es el verdadero estandarte de los dirigentes de este territorio. La bandera pirata". En aquel entonces gobernaba la ciudad el Partido Popular, con un Luis Díaz Alperi que dimitiría como alcalde unos meses más tarde.

El estandarte negro con la calavera apenas ondeó unas horas sobre la fortaleza alicantina, ya que los funcionarios se apresuraron a quitarla y poner de nuevo otra bandera española.

La bandera pirata ondeando en el Castillo de Santa Bárbara

"El Pueblo, ante continuas agresiones y vejaciones contra el territorio, sus agentes y su cultura por parte de los intereses empresariales afines a nuestros representantes políticos, dice: Basta ya de especulación inmobiliaria, de gastos en infraestructuras innecesarias; de represión social; de prohibiciones culturales; de privatizaciones que benefician sólo a unos pocos; de favoritismos de amigos en asuntos de todos; de promoción del transporte insostenible y de políticos corruptos", manifestaba en su email este colectivo.

El grupo reivindicaba, además, el diálogo con los movimientos sociales en cuanto a movilidad, memoria histórica, cultura de base y ecología, entre otros asuntos, y los contraponía a los "intereses de las élites dominantes".

El entonces concejal de Cultura y responsable del Castillo de Santa Bárbara, Miguel Valor, quiso quitar hierro a lo sucedido y lo tachó de "gamberrada", aunque se presentó una denuncia en la Comisaría por el robo de la enseña nacional.

El colectivo se autodenominó, como decíamos, Luther Blissett, un nombre usado por artistas, colaboradores de revistas culturales y activistas que tuvieron popularidad en la segunda mitad de la década de los años 90 en países con movimientos alternativos de izquierda.

Retrato habitual de Luther Blissett.

Pero, ¿por qué el nombre de Luther Blissett? Su origen todavía sigue siendo una incógnita, aunque parece ser que se debe al futbolista jamaicano con ese nombre que jugó en el Milan. Era lo que hoy se considera un delantero "paquete" y se ganó la animadversión de la afición por su falta de puntería y de ganas, al menos durante su periplo italiano.

En este vídeo donde se le entrevista en 2004, el propio Luther Blissett se toma con humor el uso de su nombre y se desvincula de cualquier relación con el grupo:

Luther Blissett fue usado como alias por los cuatro escritores italianos (Roberto Bui, Giovanni Cattabriga, Federico Guglielmi y Luca Di Meo) que formaron parte del Luther Blissett Project (LBP), un movimiento que se llegó a convertir en Italia en un fenómeno muy popular gracias a lo que hoy llamaríamos "troleos", esto es, burlando y engañando a los medios de comunicación para poner de manifiesto "su poca rigurosidad y su politización". España y Alemania fueron otros de los países europeos donde el LBP dejó su impronta.

El LBP se dio por concluido en 1999 con la publicación de su novela "Q" y el suicidio metafórico de sus integrantes. Un año después se uniría a ellos Riccardo Pedrini y a partir de entonces escribirían bajo el nombre de Wu Ming, que en chino mandarín significa "sin nombre" o "anónimo".

Nació entonces la Fundación Wu Ming, que ha llegado a especular con que el movimiento QAnon, la teoría de la conspiración de la extrema derecha estadounidense que cree que el orden mundial está dirigido por pederastas, caníbales y satánicos responsables de un complot contra Donald Trump, podría estar inspirado intelectualmente en su novela "Q".

QAnon es la abreviatura de Q-Anonymous y Q, como la novela, es su supuesto líder. Nadie sabe quién es, pero en sus delirios, los seguidores de este colectivo han llegado a atribuir la identidad al mismísimo Trump.

Algunos integrantes de QAnon participaron en el asalto al Capitolio de los Estados Unidos que tuvo lugar el pasado 6 de enero. QAnon es considerada una rama del Pizzagate, otra teoría de la conspiración que en nuestro país tendría su trasunto en el caso Bar España.

De tener razón la Fundación Wu Ming, su movimiento izquierdista y anarquista habría sido hoy "adoptado" por la ultraderecha, llevando su "campo de batalla" sobre todo a las redes sociales. 

No sería la primera vez que la extrema derecha quiere sacar provecho de la polvareda levantada por Luther Blissett. En 1997 el semanario alemán Der Spiegel publicaba que Umberto Eco era el padre del proyecto LBP, algo que tanto él como los miembros del movimiento desmentirían. Poco después se publicó en Internet un panfleto titulado "El nombre múltiple de Umberto Eco", firmado por las iniciales KMA, contrario a las ideas de Blissett y con postulados muy cercanos al conspiracionismo de la extrema derecha.

Como dijo el futbolista Luther Blissett en la entrevista del vídeo de más arriba, citando un párrafo del libro Totò, Peppino e la guerra psichica, firmado por quienes usaron su nombre, "cualquiera puede ser Luther Blissett sencillamente adoptando el nombre de Luther Blissett". Pues eso.