La polémica está servida. La atleta Ana Peleteiro y medallista olímpica en Tokio 2020 se ha visto (otra vez) como “trending topic” después de ser duramente criticada por algunos tuiteros tras comprarse un coche valorado en 55.000 euros. Parece ser que, para algunos, comprarse un coche de alta gama resulta incompatible con denunciar racismo, machismo u otras desigualdades sociales. El zasca de la atleta, ya acostumbrada a estar en el ojo del huracán y ser la diana de muchos usuarios de ultraderecha, parece haber llegado a Tokio y vuelto. Su respuesta a las críticas fue lo más viral durante el fin de semana.

La atleta compartió en redes, orgullosa, la foto de un Land Rover Evoque que, según ella, había soñado con tener “durante muchos años”. “¡Por fin puedo decir que es mío!”, escribía emocionada.

Un gesto que muchos tuiteros respondieron con la alegría. Sin embargo, Twitter también puede ser una red social donde se refleja la envidia y, en ocasiones, lo peor de muchos usuarios, que no tardaron en criticar duramente a la atleta por ver “incoherente” comprar un coche de 55.000 euros con mostrarse activa y reivindicativa con temas y cuestiones sociales, aprovechando la "crítica" para hacer comentarios de índole racista.

Peleteiro ha denunciado en muchas ocasiones vivencias y situaciones de racismo que ha vivido como mujer negra, por lo que suele ser objetivo de aquellos usuarios que no comparten sus declaraciones.

La respuesta de Peleteiro a las críticas, muchas de ellas venidas de usuarios de ultraderecha, ha sido una contundente cita de Jackson Brown: “La envidia es el homenaje que la mediocridad le rinde al talento”.

En su defensa

La respuesta de los usuarios que defendían a Peleteiro no tardaban en llegar: Desde los que argumentaban que no tenía nada que ver su ideología con no poder adquirir el coche que quisiera con lo que había ganado trabajando hasta aquellos que simplemente valoraban su valentía: “Con dos narices, esa era la respuesta, di que sí”, respondía un tuitero.

Y pese a lo que muchos pensaron en un principio, la medallista olímpica no abandonó Twitter por las críticas, tal y como ella se encargó de desmentir.