Escena de terror en una calle del centro de Alicante

Un vecino de la ciudad comparte el siniestro momento que vivió junto a un árbol en una zona cercana a la estación de trenes

Calle Luis Sánchez Octavio de Toledo donde un vecino de Alicante vivió un siniestro momento

Calle Luis Sánchez Octavio de Toledo donde un vecino de Alicante vivió un siniestro momento / INFORMACIÓN

En 1975, Steven Spielberg se propuso asustar al mundo. Y vaya si lo consiguió. Su malvado Tiburón llenó las salas de cine... y dejó las playas algo más vacías. Está estadísticamente demostrado. Un gran número de bañistas prefirió ese año no meterse en el mar, por lo que pudiera pasar. Pero el aterrador escualo creado por el director estadounidense no fue el primer animal que traumatizó al público de la gran pantalla. Trece años antes, Alfred Hitchcock logró que muchas personas miraran con recelo a cualquier bandada que volara a su alrededor. 60 años después, la huella de Los Pájaros sigue todavía presente en la sociedad. El relato de un vecino de Alicante así lo demuestra.

El hombre ha compartido su experiencia en su cuenta personal de Twitter, donde ha publicado un vídeo que muestra lo sucedido. En la grabación, se puede apreciar el sonido emitido por un inmenso averío que ocupa el esqueleto de un árbol de gran tamaño situado en la calle Luis Sánchez Octavio de Toledo, cerca de la estación de trenes de la ciudad.

La imagen es verdaderamente siniestra. El sonoro trino de los animales contrasta con la calma de una escena casi estática. Las oscuras siluetas de las aves aparecen inmóviles sobre las ramas, entre algún ligero movimiento producido por nuevos pájaros que llegan al lugar, como si fueran soldados completando las filas de un ejército. Lo cierto es que la estampa es carne de película serie B. Camuflada entre la espesura, la peculiar hueste plumada parece estar tramando un plan de conquista y su incesante cantar bien podría ser las consignas de un ataque que la humanidad no sospecha.

Dejando posibles sinopsis e historias a un lado, es imposible que la escena no evoque a algunas de esas imborrables secuencias de la cinta de Hitchcock, como la de los cuervos en los columpios ante la tensa mirada de Tippi Hedren. El maestro del suspense hizo honor a su fama con una película inmortal que hoy en día sigue siendo una referencia no solo de su género, sino del cine en general. Por suerte, el instinto asesino de los pájaros (como en el caso de los tiburones) sigue siendo cosa de la ficción, por mucho que a veces la realidad se empeñe en querer superarla.